SANTANDER.- El nuevo arzobispo de Zaragoza, Vicente Jiménez Zamora, que tomarará posesión de este cargo en una ceremonia que se oficiará en La Seo de la capital aragonesa mañana domingo, ha hecho un llamamiento a la «regeneración moral» en todos los ámbitos de la sociedad para superar la crisis que se atraviesa, no solo en el plano económico. Sucede en el magisterio pilareño a monseñor Ureña, ex obispo de Cartagena, tras su destitución papal al frente de la Archidiócesis aragonesa.
Monseñor Jiménez ha pedido también que se rece por los políticos.
La Iglesia —dice— y lo hace. «La iglesia muestra su aprecio por la
función pública y ora por los legítimos representantes del pueblo», ha
dicho el prelado durante la multitudinaria misa concelebrada
que ha presidido en la catedral de Santander para despedirse de
Cantabria antes de marchar a Zaragoza.
Vicente Jiménez ha apelado también a reconocer la importancia decisiva que tiene la política, que sea valorada por la sociedad y que sea ejercida por sus representantes con acierto y honestidad. «La vida política es un arte noble y difícil, pero es necesaria en la sociedad para la consecución del bien común», ha destacado.
El prelado ha hecho también un
llamamiento al optimismo colectivo para superar las dificultades, a que
«cunda entre nosotros el sentido de la autoestima y superación, y no la
patética del lamento y de la crítica destructiva».
Monseñor Jiménez cubrirá formalmente
desde mañana domingo la vacante dejada al frente del Arzobispado de
Zaragoza por Manuel Ureña, quien el 12 de noviembre hizo pública de
forma sorpresiva su renuncia a este cargo que desempeñaba desde el año
2005.
Alegó «motivos de salud», pero posteriormente se supo que, en
realidad, fue un cese fulminante ordenado desde el Vaticano, a raíz de
una sospechosa indemnización que personalmente decidió que se le abonara
a un diácono.
Ureña ordenó pagar más de 100.000 euros a un joven diácono
que ejercía en la localidad zaragozana de Épila y que el propio
arzobispo había determinado que no iba a ser ordenado sacerdote.
Tras
destaparse el caso de esta indemnización, el diácono dijo haber sido
víctima de supuestos acosos. El párroco de Épila a cuyo cargo estuvo ese
diácono durante meses respondió a esas acusaciones con una denuncia
contra el joven por calumnias.