Dicho acuerdo debe ser aún ratificado por los Estados miembros y por las autoridades marroquíes y su entrada en vigor no se producirá hasta al menos 2011, según fuentes comunitarias.
"Cuando se habla de los acuerdos con terceros países sólo pensamos en lo que entra y nos olvidamos de lo que, como europeos, podemos exportar a esos países", argumentó la ministra en respuesta a las interpelaciones de varios eurodiputados.
Además recordó que el acuerdo es la "revisión de un protocolo" que ya existe y que incluye una "cláusula especial" que presta atención a las especies sensibles, como el tomate, las clementinas o las fresas. Dicha cláusula contempla "mecanismos específicos para evitar perturbaciones en el mercado comunitario" y que permiten combinar los calendarios de producción de las dos partes.
Sobre los mecanismos de control sobre los productos agrícolas importados a la UE negó que no existan, pero admitió que "sí hay que hacer esfuerzos" en este ámbito porque la "complejidad" de los mecanismos actuales "retrasan" los datos y dificultan una reacción en tiempo real si hay incumplimiento del acuerdo.
Sobre esta cuestión la Comisión Europea trabaja "desde hace meses" para facilitar los controles, apuntó la ministra, aunque no aclaró si el debate se producirá durante la presidencia española de la UE.
La ministra Espinosa dio estas explicaciones a la eurodiputada del PP Esther Herranz, quien reprochó las "muchas e injustas concesiones" que la Unión Europea asume en sus acuerdos comerciales con terceros países como, por ejemplo, Marruecos. "Nunca hay reciprocidad", lamentó, y subrayó los perjuicios que en su opinión acarreará este acuerdo para los productores del sur de Europa, como Canarias.
Por su parte, el socialista Miguel Ángel Martínez apoyó los acuerdos comerciales que la UE firma con países en desarrollo como Marruecos y consideró incompatible rechazar que se importen contingentes de países del tercer mundo y al mismo tiempo combatir la inmigración ilegal. "Si no cultivan tomates tendrán que tirarse al mar para llegar a nuestras costas", afirmó Martínez.
Estas declaraciones fueron duramente criticadas después de la comisión parlamentaria por el eurodiputado 'popular' Gabriel Mato que consideró "inadmisible y demagógico" mezclar dos asuntos que "nada tienen que ver" y aseguró que "no siempre son los agricultores de los terceros países los que más se benefician de este tipo de acuerdos".
"El Gobierno español ha mantenido desde hace meses una posición muy ambigua en torno a las negociaciones con Marruecos, oponiéndose en unas ocasiones y defendiéndolo a capa y espada en otras", concluyó Mato, para pedir a España que "aclare" su posición.
La presidencia española de la UE también tendrá entre sus prioridades en el área agrícola trabajar para una política agraria común (PAC) fuerte más allá de 2013 y para hacer llegar a los ciudadanos la "necesidad" de que esta política cuente con un apoyo presupuestario importante, porque "no sólo beneficiará a los agricultores y ganaderos, sino a todos los ciudadanos de la UE".
Además destacó el objetivo de crear mecanismos que garanticen "retribuciones justas" a todos los eslabones de la cadena de producción agroalimentaria, desde el agricultor hasta el transportista o el comerciante.
También hizo referencia a la necesidad de buscar nuevos mecanismos de gestión que permitan afrontar mejor futuras crisis como la que ha afectado al sector lácteo y que actúen como "red de seguridad" que dé protección ante situaciones "impredecibles".
Otra de las novedades que España quiere introducir en el debate europeo es el papel de la mujer en el ámbito rural. La ministra Espinosa aseguró que la mujer "siempre" ha estado presente en los campos, pero puso en duda que se haya respetado su papel en igualdad.