VALENCIA.- Sudáfrica es una de las grandes potencias cítricas del mundo. El país,
que suministra a Europa más de 900.000 toneladas de agrios anuales, es
el primero de los importadores en volumen dentro de la Unión Europea.
Una cifra significativa que, puesta en contexto, supone una doble amenaza para los productores españoles,
primer exportador mundial de cítricos, con cerca de cuatro millones de
toneladas comercializadas fuera de nuestras fronteras. Hablamos de
naranjas, mandarinas y limones, principalmente, aunque también en otras
categorías como el pomelo.
Razón por la que la guerra
abierta entre España y Sudáfrica desde hace un par de años cobra más
sentido y que en 2023 ha supuesto reabrir el conflicto. Entre medias,
una realidad que denuncia Intercitrus, la patronal de los productores de
cítricos españoles: Sudáfrica no cumple con las condiciones sanitarias de exportación que exige la Unión Europea.
Estas condiciones tienen que ver con el cold treatment
o tratamiento en frío, una forma de tratar los cítricos para evitar la
proliferación de dos plagas que actualmente están en curso en Sudáfrica:
el hongo mancha negra (científicamente conocido como Phyllosticta citricarpa o, ya popularmente, como Citric Black Spot o sintetizado como CBS por sus siglas en inglés) y la falsa polilla (Thaumatotibia leucotreta).
Un riesgo creciente de importar plagas en Europa
Entre las denuncias de Intercitrus, una peligrosa realidad: los cítricos sudafricanos no tienen esos estándares sanitarios,
aumentando el riesgo de que lleguen a Europa piezas contaminadas que,
una vez en territorio europeo, pudieran extender a los cultivos de la
Unión Europea donde España tiene todas las de perder.
El drama, como han apuntado en varias ocasiones desde Intercitrus, es que alguien dentro de los puertos europeos no está haciendo su trabajo y está dando por bueno los datos falseados del cold treatment que presentan los contenedores de cítricos que llegan de Sudáfrica.
Lo que sucede, explican, "es que toman como referencia la temperatura del contenedor",
dándola por válida, cuando lo que se debería tomar como referencia es
la temperatura del interior de la fruta, que es la que garantizaría la
muerte de la falsa polilla y de la mancha negra.
Esto no está sucediendo y, además, se pone un punto y seguido en una
tensa relación que Intercitrus está manteniendo con las
instituciones
europeas por permitir el acceso de posibles cítricos contaminados a
Europa que, una vez desembarcadas, esas frutas podrían distribuirse
libremente por el continente.
Una situación de la que se ha
hablado desde 2021, acrecentada por las identificaciones de cargamentos
de cítricos sudafricanos en los que se ha detectado la presencia de la
falsa polilla (hasta 16 casos en el mes de julio).
Sudáfrica esquiva los puertos españoles
El plus ultra de estas
tiranteces es, además, algo que reconoció la Citrus Growers Association
—la patronal de los productores de cítricos sudafricanos— en su memoria anual
de 2022: es más alta la probabilidad de que los cítricos sudafricanos
reciban una notificación de incumplimiento en los puertos españoles
(donde se someten a una inspección fitosanitaria portuaria y que
depende del Ministerio de Agricultura) que en
otros puertos comunitarios.
De hecho, cifran que "había una posibilidad cincuenta veces mayor"
respecto a lo que sucede en los amarres neerlandeses (principalmente el
puerto de Rótterdam, el de más volumen de toda Europa) o portugueses de
que se produjera esa notificación de incumplimiento.
Un riesgo que la CGA calificaba como "simplemente inaceptable",
admitiendo que en 2023 reevaluaría el transporte a puertos españoles,
que en 2022 sólo descargaron el 0,69% de todos los cítricos sudafricanos
que entraron en la Unión Europa.
Aun
no suponiendo un riesgo directo de competencia
(el cítrico sudafricano llega a España cuando no es temporada en el
hemisferio norte), la situación de turbidez llega al comprobar que las
instituciones europeas miran a otro lado y que en determinados puertos
continentales hacen la vista gorda con los cítricos sudafricanos.
La
situación de tensión supone dejar abiertas las puertas de un
hipotético caballo de Troya en forma de plagar que afectase al campo
español. No sólo el cítrico, como ya se sabe, sino a otros cultivos
donde la falsa polilla también hace mella como el aguacate, el caqui, el
melocotón o la granada, todos de gran relevancia económica para el agro
español.