MURCIA.- Más de 9.000 palmeras se han arrancado desde
la aparición del picudo en la Región de Murcia, según han confirmado fuentes de la Consejería de Agricultura y Agua, a la vez
que se destaca que el 80% de los arranques efectuados
corresponden a la palmera canaria (Phoenix canariensis), que es la más
afectada, mientras que el resto corresponde a palmeras datileras.
Esta última especie se ve afectada por la zona de la corona de
palmas y frecuentemente por la base. De hecho, señalan las mismas
fuentes, muchos de los individuos no presentan síntomas aparentes a
pesar de estar infestadas. Esta situación conlleva un gran peligro y
puede ocasionar el desplome y caída de la palmera, ocasionando serios
daños, "por lo que resulta imprescindible ejercer un mayor control sobre
los posibles daños en esta especie tradicional del paisaje
mediterráneo".
Otra de las especies atacadas, pero, en menor medida, es el
palmito, de un elevado valor paisajístico y medioambiental. El primer
ejemplar afectado apareció en el año 2010 y hasta la fecha se han
localizado una decena de ejemplares.
A pesar de la evolución de la plaga, ha destacado la Consejería,
los medios de control disponibles no han evolucionado, incluso se está
dificultando la aplicación del escaso número de productos fitosanitarios
existentes en el mercado.
Por otro lado, los sistemas biológicos de lucha prácticamente "son
nulos por su efectividad" y muchos de los existentes se encuentran en
fase de desarrollo, "lo que imposibilita la aplicación práctica por los
propietarios de palmeras".
Actualmente, en la Región de Murcia se tienen instaladas más de 80
trampas distribuidas por todos los municipios de la Región y se llevan
capturados más de 150.000 individuos, lo que "demuestra la gran
capacidad de multiplicación de este insecto", afirma la Consejería.
El mayor síntoma de que el ejemplar está afectado es la aparición
de exudaciones en el tronco o fuste y en la base, así como la aparición
de olores fétidos producidos por la fermentación del tejido interior
afectado por las larvas.
Estos ejemplares aparentemente asintomáticos, que están afectados
en su interior por la base, son "claros candidatos a la caída en el caso
de aparición de días ventosos" y por problemas estructurales con la
inclinación de los ejemplares, añade la Consejería.
El picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus) es un escarabajo
originario del sur de Asia que ocasiona importantes daños en las
palmeras hasta llegar a destruirlas. En 1995 aparecieron los primeros
ejemplares afectados por el picudo rojo en la zona costera de Almuñécar
(Granada), que paulatinamente se iría extendiendo por toda el área
mediterránea. En 2004 se detectaron focos en la Comunidad Valenciana. En
2005 y 2006 en las comunidades de Canarias, Cataluña y Murcia.
A pesar de los esfuerzos económicos realizados por la
Administración regional durante los últimos años para la erradicación de
la plaga, con más de nueve millones de euros, "su erradicación y
control no ha sido efectiva y solo son posibles medidas de contención
para evitar su dispersión".
Una pieza clave en la contención de la plaga es la sensibilización
de los particulares en adoptar las medidas de tratamiento y eliminación
de palmeras afectadas para reducir la salida de adultos del interior de
las palmeras.
La Consejería de Agricultura y Agua recuerda que, según lo
establecido en la Ley 43/2002 de Sanidad Vegetal, los propietarios de
las palmeras, ya sean particulares, empresas, ayuntamientos u otras
instituciones, son los únicos responsables de la vigilancia y
mantenimiento fitosanitario de los ejemplares de su propiedad.
De hecho, la Consejería ofrece, a través del departamento de
Sanidad Vegetal, un servicio gratuito de asesoramiento para empresas,
ayuntamientos y particulares.