martes, 12 de diciembre de 2017

El gobierno murciano acudirá a la manifestación de los regantes


MURCIA.-El presidente del Gobierno regional, Fernando López Miras, y todo su Equipo de Gobierno asistirán este miércoles a la manifestación convocada por el Círculo del Agua para pedir medidas urgentes frente a la situación de sequía.

Así lo ha hecho saber el consejero de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca, Francisco Jódar, en una entrevista concedida este martes a la televisión 7 Región de Murcia.
"Estoy autorizado para decir aquí que mañana, el presidente con todo el Gobierno regional, estarán acompañando a los regantes en esa reivindicación de medidas urgentes para la situación coyuntural que vivimos y también para pedir la solución definitiva: ese pacto de Estado sobre el tema del agua", ha señalado Jódar.
Cabe recordar que el Comité de Crisis del Círculo por el Agua anunció una concentración este miércoles ante la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), y posterior manifestación hasta la Delegación del Gobierno en Murcia, para exigir soluciones a la situación de sequía.
Paralelamente, el Círculo del Agua ha promovido un "paro agrario" en todo el territorio de la cuenca del Segura este miércoles con el cierre de las oficinas de las comunidades de regantes con el fin de dar la mayor difusión posible a la jornada de protestas.

Bankia aleja los fantasmas de una fusión con BBVA con la venta de un 7%

MADRID.- El Gobierno aprovecha una ventana de mercado con Bankia para entornar otra: la de los rumores de venta de la entidad a BBVA. La decisión del Fondo de Reestructuración (Frob) de poner a la venta más de un 7% de Bankia, adelantada por este medio, supone un espaldarazo de Luis de Guindos, ministro de Economía, a José Ignacio Goirigolzarri, presidente del banco, según distintas fuentes financieras consultadas por Voz Pópuli.

Así, en las últimas semanas habían ganado fuerza los rumores de una posible absorción de Bankia por parte de BBVA. Sobre todo tras la venta de la filial chilena de ésta última y de su ladrillo a Cerberus, lo que le da un colchón para compras de 2.500 millones.
El escenario que se abría por ello es el siguiente. Por un lado un BBVA con apetito comprador; que se quedó con ganas de comprar Popular (pidió ayudas públicas en la subasta); y que podría buscar una gran operación en el último año en la presidencia de Francisco González
Por otro lado, una Bankia cuya privatización llevaba estancada casi cuatro años y en el foco de unas autoridades internacionales que apuestan por más fusiones en España.
La venta de más del 7% (puede llegar hasta el 10%) envía al mercado y los reguladores el mensaje contrario. "Cuanto menor sea la participación del Frob en Bankia menos posibilidades habrá de que lo que compre un competidor, como BBVA", señala un directivo financiero.
Las fuentes consultadas ven tres factores detrás de la privatización parcial de Bankia: la mejora de la cotización; la voluntad de Guindos de enviar un mensaje a las autoridades antes de su posible marcha al BCE; y la intención del ministro de mostrar su respaldo a Goirigolzarri y su equipo, que llevaba meses reclamando una desinversión, incluso por debajo del 50%.
Se podría sumar un cuarto factor: la frialdad de las relaciones de González con Goirigolzarri, que fue su número dos, y Guindos, con quien ha tenido roces como el de no entrar en Sareb.
La clave está, añaden las mismas fuentes, en que el Frob baje del 50% en los próximos meses. Tras la venta anunciada más la fusión con BMN quedará entre el 60% y el 62%.
Más allá de esta pelea de poder está la recuperación de las ayudas públicas. Con la venta del 7% Bankia habrá devuelto 2.640 millones (a precio de cierre del lunes) a los contribuyentes vía colocaciones en mercado y dividendos, un 11,7% de las ayudas recibidas.
Teniendo en cuenta la integración pendiente de BMN y el dinero público que recibió esta entidad, el nuevo grupo tendría que devolver todavía 21.400 millones y la participación del Frob está valorada en unos 7.800 millones. Por ello, Bankia tendría que subir un 175% en bolsa para reintegrar el 100% de las ayudas.
Para ello, la hoja de ruta de Goirigolzarri es presentar un nuevo plan estratégico en enero y estudiar nuevas adquisiciones de antiguas cajas, para conseguir nuevas eficiencias y mejorar los castigados márgenes. Para ello tendrá que terminar de cerrar la puerta a BBVA.

El Frob se anticipa al escenario de Goirigolzarri para su salida paulatina de 'Bankia'

MADRID.- El Gobierno ha ce­rrado la venta del 7% de Bankia por medio de una co­lo­ca­ción ace­le­rada que se anunció el lunes por la no­che. Los bancos en­car­gados de la co­lo­ca­ción han sido Deutsche Bank, Morgan Stanley y UBS. El im­porte ha sido de 818.306.195 eu­ros, a 4,06 euros por ac­ción. Este precio im­plica un des­cuento adi­cional del 2,7% res­pecto al cierre del lunes de los tí­tulos de Bankia. 

La venta su­pone ace­lerar el pro­ceso de pri­va­ti­za­ción an­ti­ci­pado por José Ignacio Goirigozlarri, pre­si­dente de la en­ti­dad, en las úl­timas se­ma­nas.La colocación acelerada de un 7% de su participación en Bankia al porcentaje que ya se acometió por primera vez en febrero de 2014. Eso sí, a un precio muy inferior, casi un 38% menos, recuerda https://www.capitalmadrid.com.
La operación tendrá un impacto positivo en la ratio de capital de calidad de BFA de 75 puntos básicos a nivel consolidado respecto al cierre de septiembre 2017. Tras esta colocación, BFA mantiene una participación de 1.745.745.307 acciones de Bankia, un 60,63% de su capital social.
"En este sentido, BFA ha asumido un compromiso de no transmisión (lock-up) de dichas acciones durante un plazo de 60 días, sujeto a las condiciones propias de la práctica habitual en este tipo de operaciones", según la nota remitida a la CNMV.
De esta manera, el FROB toma las riendas de las desinversiones ante el calendario varias veces comentado por el presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri. El banquero bilbaino ha tenido muy claro, desde hace cinco años cuando asumió la presidencia de Bankia, que él y su equipo eran los gestores, pero que los dueños de la entidad nacionalizada y rescatada eran todos los españoles, en manos del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).
El Estado anunció el lunes la orden de venta acelerada de un 7% en manos del FROB mediante el Banco Financiero y de Ahorros (BFA), matriz de Bankia, un porcentaje similar al que ya se vendió a finales de febrero de 2014. Eso sí, en esa primera y única venta hasta el momento, las arcas públicas recuperaron algo más de 1.300 millones de euros, mientras que con esta colocación tan sólo se obtendrían unos 818 millones.
Las acciones de Bankia se han recuperado en las últimas sesiones, hasta situarse en los 4,17 euros, pero aún lejos de los algo más de seis euros que deberían haber alcanzado para situarse en el mismo valor en el que se produjo la anterior desinversión estatal, antes del contrasplit realizado recientemente.
Desde hacía meses, se hablaba de algunas ventanas de oportunidad para una nueva venta de la participación estatal en Bankia, que se eleva por encima del 67%. Sin embargo, todo parecía que había quedado aparcado hasta la presentación del nuevo plan estratégico del banco presidido por Goirigolzarri y el cierre de la integración de BMN, el otro banco controlado por el FROB.
El propio presidente de Bankia afirmaba estos últimos días, en una entrevista a El Periódico de Cataluña, que las nuevas oportunidades de venta ya se producirían entre enero y febrero de 2018, cuando se conocieran los detalles de su nuevo plan estratégico para los próximos tres años.
En el Gobierno, o en el FROB, han debido considerar que la iniciativa y los plazos se imponen desde su orilla y no desde el equipo gestor que lidera con éxito José Ignacio Goirigolzarri desde hace una década. La venta parcial se adelanta al calendario previsto por el presidente de Bankia, aunque todavía queda margen para que la participación estatal desaparezca antes de finales de 2019.

Todos conformes
Tanto el presidente José Ignacio Goirigolzarri, como su consejero delegado, José Sevilla, se han mostrado en numerosas ocasiones partidarios de que la salida del Estado del capital de la entidad intervenida se acometiera cuando las condiciones de los mercados fueran las propicias.
La venta acelerada anunciada, que cuenta con el respaldo de Deustche Bank, Morgan Stanley y UBS, se produce justo en plenos análisis de algunas firmas que colocan la participación mayoritaria del Estado en Bankia en manos del BBVA de Francisco González (FG).
Goirigolzarri sostiene, desde hace ya un par de años, que el Estado ha recuperado mucho más de los 1.304 millones obtenidos con la primera venta de un 7,5% de su participación. Según sus cálculos, la recuperación estaría en torno a los 5.000 millones de euros con lo devuelto a accionistas y preferentistas. Eso sí, dicha cantidad aún dista mucho de los más de 22.000 millones de euros inyectados como ayudas públicas.

La Región de Murcia en la media española en cuanto a compra de ropa


MADRID.- Cuando nos encontrábamos inmersos en las compras de Navidad, con las rebajas ya en el horizonte y la cuenta acusando todos los gastos extra, ha ocurrido lo impensable: el pasado año se gastó menos en ropa que en 2009. Sí, en plena crisis se gastabas más. Así lo acaba de confirmar el estudio El sector textil y el gasto en prendas de vestir en 2017 que acaba de presentar el EAE Business School y que refleja que los españoles hemos gastado de media anual en ropa 450 euros, un 17,5% por ciento menos que en 2009, cuando la crisis más dura amenazaba el país, según se cuenta en http://www.vogue.es.

Los más espléndidos en materia textil, según revela el estudio, son los vascos, con una media de 580 euros per cápita, seguidos de los melillenses (567 euros), los navarros (551 euros), los ceutíes (509 euros) y los catalanes (501 euros). 
Por el contrario, las comunidades que más han recortado su presupuesto destinado a engrosar el armario han sido Canarias (338 euros) y Castilla-La Mancha (390 euros). Mientras que Galicia con 492 euros, Asturias con 487, Cantabria con 482 y Madrid con 468 se encuentran cercanos a la media española. 
Sólo en Baleares se aprecia la excepción del aumento del gasto con respecto a 2009, allí, sus compradores pasaron de gastar una media de 412 euros, a 440 euros en 2016.
Una tendencia que tira a la baja, teniendo en cuenta que el estudio prevé un gasto de 496 de media para 2020, sólo un 10% más que en 2016. No es de extrañar entonces que el mismo informe se haga eco de la desaparición de multitud de marcas textiles patrias, hasta el punto de que el sector ha acusado un descenso del 26,5%. 
Quizás por esa otra tendencia que dice que vamos hacia un consumo más responsable, quizás simplemente por el hecho de que el comercio online se ha incrementado significativamente en favor del comercio internacional.
No en vano, España acaba de superar a un país con tanta tradición de moda (y compra por internet) como es Francia, con un 34% de internautas que compran ropa online (frente al 33% de los galos). 
Al fin y al cabo, quizás gastemos menos que antes, pero esto no quiere decir que compremos menos (y si es desde casa, mejor).

'Indra' y 'Navantia' actualizarán el sistema de combate del ‘Juan Carlos I’ y los BAM


MADRID.- El contrato ya es oficial tras la publicación de la adjudicación esta misma semana en el Boletín Oficial del Estado.  La Dirección de Abastecimiento y Transportes de la Armada es la dependencia que ha tramitado el expediente de contratación, por procedimiento negociado sin publicidad, con un presupuesto de 622.000 euros, publica hoy El Confidencial Digital.

Sainsel será la firma encargada de actualizar las consolas CONAM de los buques BAM de la Armada, así como del buque de proyección estratégica Juan Carlos I’.
Esta firma, participada por Navantia e Indra, es la misma que diseñó y fabricó las consolas del sistema de combate (SCOMBA)de estas unidades  y de muchas otras de la Armada. Está especializada en el desarrollo y suministro de equipos de navegación y combate para buques militares.
Desde el año 2010 se puso en marcha el proceso de unificación de sistemas de combate en todos los buques de la Armada para mejorar la interacción y operatividad entre unidades.

El Ministerio y CCAA plantean cuatro nuevas fechas para la OPE nacional en sanidad

MADRID.- Los exámenes de algunas categorías de la OPE sanitaria nacional podrían adelantarse con respecto a la previsión inicial de que éstos tuvieran lugar a partir de enero de 2019. Será así si se impone el criterio de algunas comunidades, que prefieren adelantarlos al segundo semestre de 2018, al de otras que consideran que ya tienen bastante en esas fechas con sus propias convocatorias ya programadas, según www.redaccionmedica.com.

La reunión de coordinación del Ministerio de Sanidad con las comunidades autónomas para definir la ‘mega OPE’ extraordinaria que se llevará a cabo en todo el Sistema Nacional de Salud (SNS) ha terminado, por así decirlo, ‘en tablas’. Con dos escenarios para la celebración de los exámenes para cada una de las cinco categorías que se han discutido y emplazándose a una decisión definitiva en una próxima cita.

Según han explicado a Redacción Médica fuentes conocedoras de las reuniones, las cinco categorías que se han discutido podrán celebrarse en cuatro fechas distintas, en función de cada uno de los dos escenarios definidos.

Así, los exámenes de Medicina de Familia y Pediatría de Atención Primaria podrían tener lugar, o bien en septiembre de 2018 o en el mismo mes de 2019. Los técnicos superiores de imagen y radiodiagnóstico, los técnicos superiores de laboratorio y los pinches celebrarán las pruebas o bien a lo largo del segundo semestre de 2018 o del segundo semestre de 2019.

Las próximas reuniones, en las que las comunidades tendrán que decantarse por un escenario u otro, definirán la fecha definitiva. Todavía cabe otro escenario más, una tercera vía en la que se permita que algunas autonomías hagan los exámenes en 2018 y otras en 2019. Una especie de ‘coordinación flexible’.

En este sentido, durante la reunión de este lunes, las comunidades del País Vasco y Castilla-La Mancha se han reafirmado en su posición de no coordinar las fechas de las cuatro primeras categorías, dadas a conocer hace dos semanas, y además han manifestado su preferencia por no coordinarse tampoco en las categorías de Medicina de Familia y Atención Primaria.

En definitiva, la definición de la OPE sanitaria nacional va avanzando, pero “paso a paso” debido a las dificultades que implica un tipo de coordinación autonómica inédito hasta ahora. El número definitivo de plazas superará las 105.000 y parece que las distintas comunidades optarán por agregar la parte correspondiente de estas plazas a sus convocatorias de OPE para los próximos tres años.

'Fedea' reelabora el ranking de recursos 'per cápita' de las CC AA

MADRID.- Qué sucedería si se incluyera en la financiación autonómica el ahorro generado por los mecanismos de liquidez aprobados por el Gobierno central? Este es el ejercicio que ha realizado el director de Fedea, Ángel de la Fuente, en un informe publicado ayer y en el que destaca que Cataluña sería, junto con la Comunidad Valenciana, la autonomía más beneficiada, según recoge Cinco Días.

Los recursos que obtiene la Generalitat del sistema alcanzaron en 2015, último año disponible, 2.312 euros por habitante ajustado, es decir, teniendo en cuenta las características demográficas que pesan a la hora de determinar el reparto de recursos. La cifra es inferior a la media autonómica, que se situó en 2.471 euros. 
En un modelo equitativo, las comunidades deberían disfrutar de un nivel similar. Sin embargo, ello no sucede y se producen diferencias difíciles de explicar. 
Por debajo del promedio también encuentran Andalucía (2.272 euros por habitante), Murcia (2.236 euros) y Madrid (2.308 euros). En cambio, Cantabria, La Rioja y Extremadura figuran como las mejor financiadas, con 2.906 euros por habitante, 2.844 euros y 2.693 euros, respectivamente.
Esta clasificación varía significativamente si en el cómputo se incluyen los ahorros generados por los mecanismos de financiación como el FLA o el Plan de Pago a Proveedores. Estos son los mecanismos de liquidez aprobados por el Gobierno central a tipos de interés inferiores a los del mercado. 
Si se tiene en cuenta el beneficio logrado por las autonomías para acceder a intereses más bajos de los que hubieran logrado en el sector privado, la financiación por habitante de Cataluña aumenta en 2015 de los 2.312 euros a 2.562 euros, situándose por encima de la media. 
Pasa de ser la undécima comunidad peor financiada a ser la quinta mejor tratada. La financiación efectiva, teniendo en cuenta la “subvención por intereses”, por utilizar el término que emplea De la Fuente, se situó de media en 2015 en el conjunto de las comunidades en 2.471 euros por habitante. 
Obviamente, las autonomías que han recurrido con mayor intensidad al FLA serán las que vean aumentar más su financiación efectiva con el nuevo cómputo. Entre 2012 y 2016, el Estado ha prestado 162.253 millones de euros a las comunidades. Cataluña, con 53.707 millones y Valencia, con 36.321 millones, son las comunidades que más créditos han recibido. Otras, como Madrid, optaron por acudir lo menos posible a los préstamos del Estado. 
De la Fuente señala que, incluso haciendo un cálculo conservador, el ahorro generado por el FLA alcanza los 15.276 millones entre 2012 y 2016. Cataluña, con 5.326 millones resulta la más beneficiada, seguida de Valencia (3.915 millones). El Gobierno de Carles Puigdemont defendía que el FLA era perverso ya que Cataluña aporta más de lo que recibe a la caja común. Argumentaba que el dinero salía de Cataluña hacía la Administración central y volvía en forma de préstamo.
“Con datos de 2015, Valencia y Cataluña ganan más de cinco puntos de financiación relativa con las bonificaciones a los intereses, mientras que Madrid, Galicia, Castilla y León, Aragón, Extremadura y La Rioja pierden una cantidad parecida”, apunta De la Fuente.
El director de Fedea también calcula el efecto sobre la financiación por habitante media entre 2012 y 2015. Cataluña logra situarse nuevamente por encima de la media si se incluye el ahorro por los intereses. Con esta corrección, las comunidades peor financiadas son Madrid y Andalucía. Valencia, si bien es una de las que más mejora, se mantiene por debajo de la media.
Más allá de los aspectos económicos, acogerse a los mecanismos de financiación como el FLA implica perder autonomía y sufrir un tutelaje por parte del Ministerio de Hacienda de Cristóbal Montoro. Y la Generalitat valenciana recuerda que si recurre más que otras autonomías a los préstamos del Estado es precisamente porque recibe menos que el resto. Este es uno de los argumentos que esgrime el presidente Ximo Puig para que el nuevo sistema de financiación que actualmente se está negociando incluya una quita de la deuda.
También el candidato del PSC a la Generalitat de Cataluña, Miquel Iceta, lleva en su programa electoral la propuesta de aprobar una condonación de la deuda. Comunidades como Madrid o Galicia se oponen a esta medida y señalan que supondría premiar la mala gestión.

Los expertos creen que la venta del 7% de 'Bankia' dará estabilidad al banco en Bolsa

MADRID.- Bankia cambia de perfil en Bolsa. La segunda colocación del grupo, que llega casi cuatro años después de la primera (en febrero de 2014) quita un enorme peso de encima al banco, que se libera de la inmensa presión y del estigma que a los ojos de inversores y analistas suponía la imposibilidad de seguir adelante con el proceso de privatización del grupo, a juicio de Expansión

El anuncio de la venta de un 7% del capital a través de una colocación acelerada supone eliminar incertidumbre en el valor y dota de máxima credibilidad a José Ignacio Goirigolzarri. El presidente de Bankia había lanzado en las dos últimas semanas una gran ofensiva mediática solicitando la venta inmediata de un paquete significativo. Y, después de mucho tiempo de espera, ha conseguido el visto bueno del Estado.
La colocación ha sorprendido porque el mercado especulaba con que cualquier movimiento se produciría después de las elecciones catalanas del 21 de diciembre. Es decir, si los resultados de los comicios hubieran sido lo suficientemente tranquilizadores (es decir, con una reducción significativa de las tensiones separatistas) para los mercados.
Pero éstos ya habían hecho previamente un acto fe en la intentona de Goirigolzarri y Bankia estaba marcando las diferencias en Bolsa en el primer tercio del mes de diciembre. Bankia, el banco que menos se ha revalorizado en 2017 entre los seis del Ibex 35 (un 10% frente a la media del 22% de los otros cinco) es el mejor en lo que llevamos del mes de diciembre.
La acción del banco nacionalizado había subido un 3,5% en las últimas siete sesiones (este lunes volvió a ser el mejor banco del Ibex), se había hecho fuerte por encima de su resistencia clave durante todo el año de los 4 euros y había vuelto hasta los niveles más altos desde mediados del pasado mes de agosto.
Una zona en la que se abría la posibilidad de sacar adelante una colocación 'in extremis' en este año 2017. Por un lado, la acción ha superado el nivel de los 4 euros (que se consideraba como una condición indispensable, aunque su ruptura en varias ocasiones durante este año no fue suficiente para activar una colocación) con cierta solvencia. Por otro lado, el sector financiero ha recibido una buena noticia a nivel global capaz de cambiar el sentimiento del mercado.
Se trata de la aprobación del último paquete de reformas de la regulación bancaria que da forma definitiva a la nueva regulación Basilea III. Los últimos acuerdos han sido celebrados por los analistas, porque creen que los dividendos de la banca europea están asegurados. Una lectura que provocó el pasado viernes una gran subida de la banca (el Euro Stoxx 600 Banks ganó un 2,22%, su mayor alza desde julio) que fue consolidada y aumentada este lunes.
En este escenario, el Estado ha visto una opción clara para colocar otro 7% del capital. Fuentes bursátiles aseguran que aunque aún quedará un 60% del banco por vender, la operación supone un claro punto de inflexión porque también eleva significativamente la liquidez del banco en Bolsa. Creen que la entidad se liberará de parte de la presión que sufre por parte de los inversores bajistas y que los analistas subirán sus valoraciones, muy ajustadas ahora a los precios de mercado.

Sansimonismo degradante a la murciana / Pedro Costa Morata *

Debido al inquietante activismo antiecológico de cierto número de ingenieros en la región, dentro y fuera de las instituciones político-administrativas, trataré (haciendo un esfuerzo que ni por asomo pretendo que coincida con lo que en realidad piensan los destinatarios de mi análisis, pero que sí se ajustará a lo que hacen) de encajar en algún marco ideológico de los existentes el actual giro de las políticas ambientales de la Administración murciana, sin dejar aparte la constatación histórico-entrópica de que las cosas pueden siempre ir a peor. 

Los planes que el consejero de Turismo, Cultura y Medio Ambiente, Javier Celdrán, muestra para el Mar Menor (o la Marina de Cope) retratan esta fase actual del desmadre y la incompetencia, y se basan en una clara incapacidad para entender de qué se trata; pero cuenta con un elemento básico determinante: el carácter vital-formativo del responsable que, siendo ingeniero, pone en evidencia cuando habla y opina que nunca nadie le ha podido insuflar el mínimo de sensibilidad ecológica necesaria para responsabilizarse de estos problemas, los ambientales, que hoy por hoy ya son los más serios en la región. 

Celdrán exhibe la mentalidad ingenieril más clásica, pese a lo cual se ha puesto en sus manos el medio ambiente regional con el agravante, insoportable, de que también se le han atribuido otras responsabilidades eminentemente contradictorias, las de turismo, seguramente con la intención, no de hacerlas compatibles, sino de que el enfrentamiento entre ambas, con pérdida cantada para lo ambiental, pueda resultar justificable, demostrable y hasta benéfico para la opinión pública, según la lógica y la práctica tecnocráticas propias del personaje.

Algo muy parecido (una sensibilidad ecológica ilocalizable) luce el director general del Mar Menor, Antonio Luengo (¡experto en robótica!) que espera poder salir con bien de donde lo han metido atrincherándose en un elocuente silencio. Pero la mentalidad ingenieril, ya lo he subrayado otras veces, no es exclusiva de ingenieros, y en esta región hacen gala de ella numerosos economistas y hasta abogados, puestos en la tesitura de gestionar la cosa pública. 

Un abogado como Pedro Rivera, por ejemplo, demuestra ser un lego radical en medio ambiente cuando propone 'ferrys ecológicos' para el Mar Menor; y tampoco se muestra más fino cuando, haciendo las cuentas de la lechera, anuncia que el AVE y el aeropuerto aportarán 250 millones de euros anuales a la región: este consejero de Fomento no parece saber en qué mundo vive ni (lo que es peor) cuál es la tierra que habita y en la que gobierna. 

Se me ocurre relacionar este relato de actitudes, digamos desarrollistas y claramente ajenas a cualquier conciencia ecológica, con el sansimonismo decimonónico (de Henri de Saint Simon, 1760-1825), que cabalgaba sobre el positivismo del momento, configurado por la Escuela Politécnica de París y que daba consistencia a la sociología original, casi exclusivamente francesa y muy poblada de ingenieros; y propugnaba que la sociedad estuviese gobernada por gente práctica y eficaz (positiva), es decir, ingenieros, empresarios, banqueros? 

Y de ahí el ahínco con que propugnaban la construcción y extensión de infraestructuras como ferrocarriles, carreteras, canales? para dotar de redes de comunicación e integración a los países que vivían la revolución industrial. Nuestros sansimonianos (como yo me empeño en considerarlos, pese a ellos) son forofos de las infraestructuras, pero no entienden el significado de red ni de integración territorial: sólo así se puede predicar que el AVE (que para ser velocísimo elimina paradas) integre, que un aeropuerto está bien construido a 30 y 70 kilómetros de otros dos existentes; que haga falta un nuevo puerto junto a otros dos funcionales y desahogados, etcétera. 

Aquellos sansimonianos, además, habían adquirido, en su mayor parte, una densa cultura en esa Politécnica, en la que se citaba y desarrollaba lo esencial de la ciencia europea en esos años de transición entre los siglos XVIII y XIX; ya quisieran nuestros actuales ingenieros parecerse a los de la Politécnica parisina, culta y revolucionaria. 

Este sansimonismo a la murciana parece surgir como un recurso a la eficacia de los técnicos una vez agotada la experiencia de los políticos, de balance ruinoso. Se trataría de un sansimonismo de pueblo, degradado y extemporáneo, perceptible en una fase que persigue trastocarlo todo en aras de una eficacia que se sabe de antemano imposible: pero que quiere ganar tiempo con proyectos empresariales efectistas. 

Porque las últimas Administraciones murcianas han optado por convertirse sin disimulos en peleles de los intereses empresariales, en cuyas manos ponen su supervivencia política: última desviación ideológica, de carácter fatalista y desesperado. Lo último ha sido seguir las descaradas instrucciones del factotum José María Albarracín (que lleva su injerencia en la política a niveles hasta ahora no logrados por los líderes de la CROEM) para sustituir el órgano ambiental competente por una Agencia del Clima y el Medio Ambiente que, por lo perversa y lacaya, el ecologismo murciano habrá de obstaculizar. 

A un sansimonismo tan trasnochado y perjuro (pero que, ¡ay! se ha topado con el obstáculo ecologista, que ni el inquieto Saint Simon o sus discípulos pudieron entrever) hay que adjudicar el sonoro y sistemático fracaso de todos (¡todos!) los grandes proyectos que, bien desde la incompetencia contrastada, la ambición ridícula o la estulticia exhibicionista, han ido desfilando en el último cuarto de siglo por esta tierra asombrada y mártir. 

Como la incisiva urbanización de Lo Poyo en el entorno del Mar Menor, la tan cacareada Marina de Cope, el infame aeropuerto, la ilusa inversión de la Paramount, la ruinosa autopista Cartagena-Vera, el fantasioso puerto del Gorguel? y por si fuera poco, hasta el acceso del AVE a Murcia se ha envenenado de tal manera, física y socialmente, que nos habrá de proporcionar otra travesía de años y frustraciones hasta que, fatalmente, se incruste en la capital, habiendo arramblado antes con millones públicos, prestigios políticos y energías vecinales derrochadas entre la espada y la pared.


(*) Ingeniero y profesor




La DUI de Fer / José Daniel Espejo *

  Estoy yendo demasiado lejos, con esto de las analogías, si digo que el presi López Miras se ha marcado una DUI? DUI. Acordaos. Una declaración unilateral de independencia. Sí, como Puigdemont. Ése. Va la actualidad tan rápida que mencionas algo un mes y medio después de que ocurra y ves cejas levantándose. Estos días hay ventolera por Murcia y se ven muchas banderas haciendo balconing (tal vez para hacer sitio al tradicional Papá Noel encalomao): ¿os acordáis de por qué estaban ahí colgadas? No, no es por el Mundial de Sudáfrica. Recapitulemos. 

El 27 de octubre, JxSí y CUP votaron una DUI en el Parlament de Cataluña. Una DUI fake, en realidad, porque solo hablaba de independencia en el preámbulo y lo que se votó fueron los acuerdos, como se ocupó de recalcar la presidenta Forcadell. Se trataba de salvar la cara ante el electorado indepe y, al mismo tiempo, de curarse en salud ante la judicatura. No funcionó. Ni se nadó ni se guardó la ropa. Pero dejemos el tema que se me acaba el artículo. Ya lo tenemos fresco, ¿no? 

Ok. Fer. Salvando los años luz de distancia, Fer se ha visto en una apretura parecida a la de Puigdemont. Aclaro: no llueve. En los tubos del trasvase se puede rodar un spaghetti western. El runrún de esos tractores que hicieron de la capital un párking está empezando a subir de volumen en todas las pesadillas, y las bandericas granas aparecen cada vez más en todas las manifestaciones. 

Mientras, el paro encadena cuatro meses seguidos subiendo, y los grandes proyectos para reactivar la economía regional reposan en la estantería del presi como venerables jarrones chinos, conteniendo cada uno las cenizas de un abuelo. 

El Mar Menor sigue en la UCI, la financiación autonómica se va a reformar cuando Montoro críe pelo y la percepción del (ejem) peso de nuestro presidente en Génova es, digamos, ligera. La tormenta (Ana o como se llame) perfecta para que algún asesor se atreva a decirlo: Fer, tenemos que hacer algo con esa imagen de pagafantas. 

Por ahí asoma Garre y los regionalistas despechados. Te han mandado a Bernabé a darte el abrazo del oso y de paso a clavarte el AVE en superficie por la espalda: si empiezas a bajar demasiado en encuestas puede que te lleve a dar un paseo de ésos de los que no se regresa. Y ahí lo tenemos, por fin. El gran revulsivo, el agua para todos, el presidente hídrico que Murcia necesitaba, la gran DUI de regadío de López Miras, dispuesto a todo (hasta a exiliarse en La Perdiguera) por la dignidad de esta gran nación. 

Pero acordaos que también ésta es fake, que la defensa de los trasvases caiga quien caiga de nuestro president solo está en el preámbulo, y si te fijas en el articulado lo único que firma Fer es llevar el asunto a la comisión de reforma constitucional, una medida tan revolucionaria y molesta en el PP nacional como pedirle el agua a la Fuensantica. 

Criticar a su propio partido la ausencia (tras seis años en el poder) de un nuevo PHN, o afearle algún gesto a la ministra Tejerina, o incluso quejarse de que diputados murcianos tan campechanos como Teodoro García Egea y Ascensión Carreño voten en contra de la propuesta (promovida por Cs) de moratoria al pago de infraestructura de trasvase, por parte de los regantes, mientras éste esté seco, ya tal. 

¿Se puede nadar y guardar la ropa, cuando el tema es el agua y el problema el PP? A Fer se le presenta un dilema: pagarse otra ronda de fantas o exiliarse en La Perdiguera, que me han dicho que está muy bonita en esta época del año.


(*) Filósofo


Desigualdad, corrupción, populismo y derechos humanos / Martín Alonso Zarza *

¿Quién puede evaluar el coste de los daños causados por las prácticas corruptoras de Odebrecht? Para dar una idea, una insignificante esquirla de ese grupo blanqueó en España  26 millones de euros, el equivalente al importe del salario mínimo anual de 2.625 personas. Habría que añadir ceros y ceros para calcular el monto total de lo calculable. 

Cambiando de escenario, el Eurobarómetro de 2014 revelaba que más de tres cuartas partes de los entrevistados pensaban que la corrupción estaba generalizada en su país; más de la mitad consideraba que se había incrementado en los últimos tres años. 

Un estudio de RAND Europa para el Parlamento europeo estima que la UE pierde entre  179 y 990.000 millones de euros cada año, incluyendo efectos directos e indirectos, debido a la corrupción. Los cuernos de la horquilla dan idea de la dificultad de afinar en la medida. Hace dos años la CNMV cifró en 48.000 millones la factura de la corrupción en la contratación pública

Estas anécdotas evidencian la distribución geográfica –dimensión planetaria– y la profundidad sociológica –dimensión sistémica o estructural– de la corrupción. Los daños estrictamente económicos son una pequeña parte del total porque la corrupción, a través de sus efectos inmediatos y  colaterales, es un fenómeno social total que puede representarse metafóricamente en la figura de la hidra. 

Como admite un informe de la UE: “Sin embargo, el verdadero costo social de la corrupción no puede medirse simplemente por la cantidad de sobornos pagados o fondos públicos desviados. Además de permitir que florezcan las ineficiencias económicas, la corrupción afecta negativamente a los objetivos del gobierno, que van desde una mejor distribución del ingreso hasta una mejor protección del medio ambiente. 

Lo que es más importante, la corrupción socava la confianza en los gobiernos, las instituciones públicas y la democracia en general”. En la cartografía oscura de la corrupción cabe destacar varios planos: ético (destruye la fibra moral de los seres humanos, reducidos a meros medios), social (pervierte las reglas de juego y distorsiona los criterios de justicia para la distribución de recursos), psicológico (daña la confianza y la autoestima de la ciudadanía damnificada y deshumaniza a los responsables), y político, al que se dedicará este artículo. 

El 9 de diciembre es el Día Internacional contra la Corrupción y el 10  de los Derechos Humanos. Esta proximidad cronológica puede tener algo más que un alcance simbólico. Robert I Rotberg, autor de The Corruption Cure: How Citizens and Leaders Can Combat Graft (2017), propuso la creación de un Tribunal Internacional Anticorrupción, habida cuenta de que los sistema judiciales nacionales no pueden ser operativos si los tribunales son permeables a la influencia, y la magistrada  guatemalteca Claudia Escobar ha caracterizado la corrupción como una violación de los derechos humanos, en la línea de otras propuestas encaminadas a crear la figura de los crímenes económicos contra la humanidad, algo que probablemente sería aplicable a prácticas de corporaciones como Odebrecht.   

Pero el término inicial del círculo vicioso que aquí se ventila no es la corrupción sino  la desigualdad. Eduardo Larraz, exconsejero delegado de Arpegio e imputado en el caso Púnica, y su mujer piden 10.000 euros al mes para subsistencia, porque entienden que es lo mínimo para llegar a fin de mes. Al matrimonio le fueron descubiertos 146 lingotes de oro en un banco suizo. Uno de los efectos del oro es que hace perder el sentido de la realidad (a veces también de la humanidad).  

Los Larraz no deben saber que 10.000 euros son más de lo se gana en doce meses de salario mínimo. Millet (caso Palau) pagaba el tabaco con billetes de 500 euros. Probablemente ninguno de estos y otros implicados tiene conciencia de la gravedad del delito de corrupción, arropados en esa especie de creencia implícita de que la corrupción es un delito sin víctimas. Pero de su gravedad da cuenta desde hace tiempo la literatura sociológica. En White Collar Crime (1961), Edwin Sutherland sostenía que los delincuentes de cuello blanco son los más peligrosos para la sociedad en cuanto a los efectos sobre la propiedad  y las instituciones sociales; son depredadores sociales que minan la moral pública y destrozan la organización social. 

En la misma dirección y partiendo de la tesis de Robert Putnam sobre el capital social, Mark E. Warren concluye que la corrupción es capital social malo y que este tipo de capital tiene más probabilidades de producirse en aquellas condiciones en que quienes soportan los costes de la externalidades negativas –las víctimas– carecen de recursos para resistirse a ellas. Warren apunta en una dirección congruente con el grueso de la filosofía política: “la teoría democrática sugiere la existencia de una conexión estrecha entre la distribución desigual del contexto de poderes (empowerments) y el funcionamiento negativo del capital social”.  

Una consideración que remite a una apreciación compartida: “la corrupción es profundamente subversiva para la democracia, porque mina los principios democráticos que estipulan que las personas deben tener las mismas oportunidades para influir sobre el debate público y el mismo poder en cuanto a la toma de decisiones”. 

Pero la corrupción adquiere una nueva coloración cuando se la relaciona con otra variable, con la cual mantiene una relación simbiótica porque se refuerzan mutuamente, la desigualdad. El politólogo Eric M. Uslaner ha explorado este campo en un ensayo titulado Corrupción, desigualdad y confianza y en elaboraciones posteriores. Si la corrupción funciona como una trampa que genera círculos viciosos, la desigualdad cumple las mismas funciones pero en una escala más amplia que da cabida a aquella. 

Según Uslaner, la desigualdad alimenta la corrupción por tres vías complementarias: 1) impulsando a los ciudadanos a ver la política como un sistema hostil, 2) generando en ellos un sentimiento de dependencia  y de pesimismo ante el futuro que mina el compromiso de tratar moralmente a los vecinos y 3) distorsionando las instituciones competentes para garantizar la justicia y la imparcialidad. De este modo se instala un modelo de proceso que funciona como un círculo vicioso:   desigualdad → baja confianza en el sistema político → corrupción → aumento de la desigualdad. 

Uslaner coincide con Warren en que la corrupción es “capital social malo” y, a la vez, un capital social que tiende a perpetuarse a través de malas prácticas, que resultan posibles gracias a la captura de las instituciones por las élites poderosas. Pero para romper ese círculo hay que situarse más arriba: “combatir la corrupción significa atajar el problema de la desigualdad”. 

La conexión entre los dos términos sirve de inspiración a un estudio detallado de Jong-Sung You. En ese estudio You propone una secuencia causal que enlaza la desigualdad con la corrupción. El primer impacto de la desigualdad es que escinde la sociedad entre una élite económica poderosa y una masa empobrecida. La primera ejerce su influencia de dos maneras: la captura y el clientelismo. La captura de la élite poderosa se expresa a través de prácticas como el soborno o las contribuciones a la financiación opaca de  líderes, partidos y campañas políticas que los benefician. 

El clientelismo, por su parte, se expresa en versiones distintas de corrupción política y compra de voto, así como el patrocinio y la corrupción burocrática.  La teoría política clásica coincide en asignar una función social, no meramente individual o egoísta, a la propiedad. La tesis weberiana sobre el origen del capitalismo incide en esta dirección subrayando el elemento ascético. El capitalismo que conocemos en este siglo no se reconoce, en términos generales,  ni en su talante ascético ni en su compromiso social.

Para Adam Smith en su obra clásica, “ninguna sociedad puede ser floreciente y feliz si la mayor parte de sus miembros están en la pobreza y en la miseria”. La desigualdad genera una riqueza que se desentiende de su obligación normativa de ser útil. La corrupción es una de las funciones de la propiedad sin función. De la ascesis que el capitán de empresa se imponía a sí mismo hemos pasado a la austeridad externalizada. 

La desigualdad en la distribución de los recursos tiene el poder de replicarse, como constató La Boétie refiriéndose a la situación que provocaría la revolución por excelencia: “los tiranos cuanto más saquean más exigen; cuanto más depredan y destruyen tanto más se les da, se les sirve; y tanto más se refuerzan y se vuelven cada vez más poderosos y más dispuestos para aniquilar y destruir todo”. 

Las respuestas sociales a las desigualdades sangrantes ha  sido tradicionalmente dos: la resignación y la revolución. La primera, obviamente, no deja huella en los libros de historia. La segunda sí. Branko Milanovic, exdirector económico del Banco Mundial y autor de Global Inequality: A New Approach for the Age of Globalization, recuerda que la desigualdad fue determinante en el desencadenamiento de la primera Guerra Mundial y ha resultado igualmente decisiva en las cuatro grandes revoluciones de la era moderna: francesa, rusa, china e iraní. 

Puesto que la igualdad, en cuanto isonomía, es una nota definitoria de la democracia, sería de esperar que la extensión de este marco político acabara poniendo coto a las desigualdades. Pero en el momento presente hay dos fenómenos que interfieren en esta exigencia: el neoliberalismo y el populismo. 

Los contornos que ha venido a adquirir esta forma postmoderna de capitalismo que denominamos neoliberalismo hacen sumamente difícil marcar una divisoria clara entre la economía blanca y la negra. El propio sistema dibuja una amplia y elástica zona gris donde la legalidad pierde su brillo y su jurisdicción. Con la particularidad de que la escolástica liberal es la ortodoxia, económica y también en buena medida política, del momento. Los economistas son los sumos sacerdotes. La economía de la oferta es un artefacto de probada eficacia para bombear recursos desde la base hasta la cúspide de la pirámide social. 

Una persona avezada en estas transacciones tiraba de léxico religioso: madre superiora, capellán, mosén, misales… Era un recurso literario. W. Benjamin escribió un artículo, “El capitalismo como religión”, en el que afirmaba que “el capitalismo es, presumiblemente, el primer caso de un culto que no expía la culpa sino que la engendra. Aquí, este sistema religioso se arroja a un movimiento monstruoso. […] El capitalismo es una religión hecha de mero culto, sin dogma”.  

Los paraísos –otra importación del lenguaje teológico– fiscales son  el más allá venturoso para la cosecha de la desigualdad y hay miles de bufetes de especialistas financieros dedicados al sacerdocio de oficiar transacciones ilícitas y otros tantos de togas doradas encargados de defender a los pecadores pillados. Los técnicos de Hacienda han identificado hasta 130 paraísos fiscales, sin duda un material tentador para añadir a esa soberbia exposición sobre la cartografía que muestra ahora la Biblioteca Nacional. Gabriel Zucman, catedrático de la Universidad de California, estima que en torno a un 8 % de la riqueza mundial se oculta en paraísos fiscales (The Hidden Wealth of Nations —The Scourge of Tax Havens, 2015). 

A falta de dogma tenemos los textos sagrados que dan cuenta de su existencia: Papeles de Panamá, Paradise Papers (¡), LuxLeaks, más otros menos solemnes como la lista Falciani. Por no hablar de cajas B y otros artefactos opacos de esta teología de la expropiación. 

Naturalmente cada teología crea su propia legalidad. La desigualdad no es un pecado y la corrupción oscila entre el mérito o el pecado venial; fácilmente amnistiable. Cuando a Jordi Pujol le comentaron que sus hijos andaban en negocios sospechosos contestó que lo hacían mejor que los demás, y así quedó la cosa; incluida la historia de la herencia paterna. Las historias del ático de Ignacio González –implicado en el caso Lezo con el negocio del agua de por medio– y los regalos de Mato, son de la misma escuela discursiva. La permisividad y la amnistía son la regla en esa zona gris en la que reina un liberalismo amoral. 

Se ha caracterizado la democracia como un sistema de controles y contrapesos. Uno de ellos se refleja en la dialéctica entre estado (democracia) y mercado (sistema económico). Es una obviedad que en los últimos años el fiel ha basculado brutalmente del lado del último. La trinidad neoliberal –desregulación, privatización, liberalización– ha erosionado hasta límites insospechados la soberanía popular y el zócalo de los derechos sociales. Para ello se ha manufacturado una artillería retórica asentada en el mito de que la gestión privada es superior.  

Lo que ha llevado a la merma de instancias de titularidad pública y está erosionando crudamente los pilares del estado social: sanidad, educación, agua, justicia, dependencia, pensiones. Defender la gestión pública es pura herejía y proponer gastos sociales pecado mortal. Del mito se desprende, asimismo,  de forma natural una cruzada mercantilizadora: nada puede sustraerse al mercado; todo es susceptible de compraventa, de los órganos a los recursos básicos, de la voluntad a la justicia. Los beneficios de los accionistas y los bonos se han convertido en el fulcro de la actividad económica. Los trabajadores son relegados al purgatorio de los costes laborales y las leyes no son más que estorbos que deben ser esquivados, torciendo su brazo o saltándoselas. 

Los castigos por estos delitos no causan estigma, no parece existir la pena social que correspondería a una transgresión insolidaria. Parecería que la corrupción misma es parte del mercado hasta el punto de que cabe hablar de un mercado de la corrupción,  con una demanda cada vez más cautiva por el crecimiento de la asimetría en la redistribución: Too big to fail, too big to jail. Nada está tampoco por encima del criterio del beneficio. La  finalidad económica se ha convertido en un fin en sí misma y ha capturado a la política. Las elecciones corren el riesgo de convertirse en un ritual sin mordiente efectivo, porque desde otras instancias rige un dogma inapelable, el de la disciplina de las reformas estructurales y los presupuestos austericidas.    

El otro escollo para la democracia es el populismo. El historiador Timothy Snyder escribe (Sobre la tiranía. Veinte lecciones para aprender del siglo XX, 2017): “Podríamos caer en la tentación de pensar que nuestro legado democrático nos protege automáticamente. Se trata de un reflejo equivocado. Nuestra tradición nos exige que examinemos la historia para comprender las profundas fuentes de la tiranía y que reflexionemos sobre la respuesta adecuada que hay que darle. No somos más sabios que los europeos que vieron cómo la democracia daba paso al fascismo, al nazismo o al comunismo durante el siglo XX”. 

Añade que los movimientos que desembocaron a la II Guerra Mundial fueron reacciones a las desigualdades y a la incapacidad de las democracias para hacerlas frente. Líderes mesiánicos encandilaron a las masas con los mitos de la raza, la nación o el imperio. Así, Weimar sucumbió en pocos años a las botas etnopopulistas (völkisch) del nazismo. 

Así, la razón se vio anegada por el mito y las emociones incandescentes que prometían devolver la grandeza perdida a las banderas. Make America great again, nos suena a déjà vu: la monserga del destino robado. No somos más listos pero somos probablemente más vulnerables. Goebbels no disponía de la división de cibermercenarios que han prestado unos servicios al parecer decisivos a Trump, los cruzados del Brexit, Marine Le Pen, Putin, Duterte, y antes a los liguistas, Berlusconi o Fujimori. El etnopopulismo no puede entenderse sin esta instancia de mediación que a través de las redes sociales produce realidades y verdades alternativas. Existe también un mercado de la (pos)verdad en la misma manzana del mercado de la corrupción. 

Con ello llegamos a la tercera pieza del argumento. Hemos visto la estrecha relación que existe entre desigualdad y corrupción. Estudios recientes han mostrado una conexión no menos inquietante entre corrupción y populismo. Un informe de Transparency International (Corruption and inequality: How populists mislead people) sostiene que el incremento de la percepción de la existencia de corrupción en los servicios públicos y de la impunidad que suele favorecer a los beneficiarios empuja a los países hacia líderes populistas que hacen del discurso contra las élites y de la promesa de acabar con la corrupción su bandera. 

El informe establece que “corrupción y desigualdad social están estrechamente relacionadas y son una fuente de malestar popular”; y añade que el “balance de los líderes populistas para hacer frente al problema es deprimente”. El estudio avala la tesis de la simbiosis, en términos más técnicos, la bidireccionalidad de la relación causal: los dos fenómenos interactúan en un círculo vicioso en el que la corrupción favorece la desigualdad en la distribución de poder y esta asimetría se traduce en una desigual distribución de riqueza y oportunidades. 

El título de uno de los apartados no puede ser más transparente: “captura del estado, corrupción a gran escala y muerte de la democracia”. Quizás habría que ir pensando en la figura de los delitos de lesa democracia. Entre tanto, han apuntado bien los organizadores de la “marcha contra la vergüenza”, que ha recorrido varias ciudades israelíes el 2 de diciembre pasado, precisamente para protestar contra la corrupción y el intento de Netanyahu de forzar las leyes para asegurarse la impunidad tras varios casos que le afectan. Vergüenza que  cabe sentir la ciudadanía de cualquier país afectado  por  haber elegido a esos políticos y haberlos colocado en las altas instituciones del estado, las que nos representan. 

A la vista de ciertos resultados electorales, parece claro que el populismo ha sabido aprovecharse del extendido descontento con un sistema o un régimen corrupto, presentándose como solución. Acaso el populismo es una suerte de clientelismo emocional que, como el otro, se aprovecha de la vulnerabilidad de los más pobres a los que, huérfanos de la protección que les debe el estado, no les queda otro remedio que agarrarse a estas soluciones mágicas y peores que la enfermedad. El populista pesca en el caladero de las frustraciones y capitaliza los resentimientos nacidos de la desafección hacia la instituciones (incapaces de proveer los servicios básicos) y la rabia contra la desigualdad (expectativas fallidas). 

En la medida en que el populismo pone el foco en el líder en vez de en el partido o la organización contribuye a menguar la confianza política (el líder populista es a menudo antisistema) y a debilitar la responsabilidad del electorado. La confianza es un factor clave. Como sostiene otro minucioso estudio, la corrupción debilita la confianza en las instituciones políticas y los populistas explotan esa veta del descontento. Por eso la recuperación de la confianza en la integridad de la política es la pieza clave para salir del círculo vicioso. 

Conviene mencionar un par de afinidades electivas entre neoliberalismo y populismo. Por un lado, se observa una variante de las puertas giratorias: figuras que han ocupado puestos de relevancia en instancias de las corporaciones financieras se incorporan luego a las filas de las formaciones etnopopulistas. Orban o Netanyahu entran en el lote; pero citaré un caso más novedoso, el de Alice Weidel, economista y empresaria, que inició su carrera en Goldman Sachs y fue figura destacada en la lista de AfD en las elecciones de septiembre. Weidel combate el euro, el ‘centralismo europeo’, el islam y la inmigración. 

Por otro, a menudo el populismo sirve como hoja de parra para tapar (con frecuencia con los colores de la bandera) las vergüenzas de la economía criminal. La demonización de los inmigrantes es un variante del mismo fenómeno. A veces los populismos pueden servir para ayudar  a los amigos en apuros: la decisión de Trump sobre el traslado de la embajada en Israel coincide con una ola de protestas contra Netanyahu por corrupción. 

La democracia tiene entonces que combatir una hidra de tres cabezas: la desigualdad, la corrupción y el populismo. El coste social de la desigualdad queda reflejado en estas palabras de alguien tan poco sospechoso de izquierdismo como el conde de Chateaubriand en sus Memorias de Ultratumba. 

 A la pregunta de si “un estado político donde unos pocos tienen millones, mientras que otros se mueren de hambre, puede subsistir cuando la religión no está ya ahí, con sus esperanzas fuera de este mundo, para explicar el sacrificio”, responde en vísperas de las revoluciones de 1848: “La excesiva desproporción de las condiciones y fortunas se puede soportar mientras se haya ocultado, pero tan pronto como esta desproporción es percibida de manera general, el golpe mortal está dado. Recomponer, si se puede, las ficciones aristocráticas e intentar convencer al pobre, pero cuando sepa leer no creerá más; intentar persuadirlo de que debe someterse a todas las privaciones mientras que su vecino posee miles de veces más lo superfluo. Como último recurso, deberán matarlos.”  

Desgraciadamente el populismo nos ha enseñado que no basta con saber leer, hace falta saber lo que se lee y lo que se escucha. El impacto de la corrupción también lo conocemos y no hace falta recurrir a la sofisticación de los modelos matemáticos de regresión y otros que hacen las delicias de los economistas. 

Yves Mény y Donatella Della Porta (eds. Démocratie et corruption en Europe, 1995) lo resumen en pocas palabras: “La corrupción pone en peligro los valores mismos del sistema: la democracia es herida en el corazón; la corrupción sustituye el interés público por el privado, mina los fundamentos del Estado de Derecho, niega los principios de igualdad y de transparencia favoreciendo el acceso privilegiado y secreto de ciertos agentes a los recursos públicos”. Se ha dicho que la corrupción es una de las consecuencias de la desigualdad y que las dos juntas alumbran el descontento (o el cinismo: recordemos algunos argumentos desde posiciones supuestamente progresistas apoyando a Trump) de que se alimenta el populismo, un “síntoma mórbido de una crisis política”, según Franz Bauman. 

No somos más listos que los europeos de los tiempos de la República de Weimar, pero podemos aprovecharnos de su experiencia. Porque sabemos, no solo que los ídolos caídos pueden volver a levantarse, como escribió G. Orwell, sino que muy bien estos  de pararreligión y pospolítica que son los populismos pueden estar incubando otros hasta ahora desconocidos. En inglés la expresión an elephant in the room hace referencia a un problema grave al que no se presta atención. Pero ignorarlo no le resta importancia, al revés. 

La ubicuidad de los efectos y la omnipresencia de las noticias alusivas pueden conducir a una especie de banalización por habituación, pero es difícil exagerar el peligro que augura la hidra. Por eso hay pocas tareas menos urgentes. No conviene olvidarlo estos días en que se habla tanto de Constitución. Pero sin duda el problema desborda las fronteras nacionales, de modo que convendría atender a dos propuestas que han adelantado algunos expertos: establecer la figura de los crímenes económicos contra la humanidad y, a la vista del carácter transnacional y global del mal, crear un Tribunal Penal Internacional Anticorrupción. Acaso no resulte a la postre tan anecdótico que el Día Internacional contra la Corrupción sea víspera del Día Internacional de los Derechos Humanos. 



(*) Doctor en Ciencias Políticas y Licenciado en Sociología, Filosofía y Psicología



Un ecuador de campaña con todo abierto / José Antich *

La campaña electoral para las elecciones del 21-D va a ser la más decisiva de todas las elecciones que se han celebrado en Catalunya. Nunca habían estado tan en duda tantas cosas: quién quedaría primero, quién acabaría formando Govern o si se tendrían que repetir las elecciones ante la imposibilidad de conformar una mayoría parlamentaria estable. 

La semana que ha transcurrido ha dejado claras unas cuantas cosas, pero no las definitivas, lo que otorga una importancia extraordinaria a los siete días de campaña que faltan y que acabarán decidiendo una situación u otra. 

Así, por ejemplo, hay dos impactos que hay que destacar: en primer lugar, la consistencia de Ciudadanos que no pierde fuerza electoral con el paso de los días. Su capacidad para succionar buena parte del voto no independentista, de una manera muy especial el del Partido Popular, está propulsando a la formación de Albert Rivera e Inés Arrimadas arriba de todo y, por ahora, sigue aguantando el vértigo de una posición tan importante.

En segundo lugar, la importancia de Oriol Junqueras en la campaña de Esquerra Republicana. Aunque la formación republicana tiene un elenco de personas conocidas, desde la propia Marta Rovira hasta Mundó, Tardá o Rufián, lo cierto es que el liderazgo de Junqueras no es hoy por hoy sustituible. No es un candidato mediático pero, en cambio, suple de sobras esta condición con su lenguaje fácilmente entendible y próximo. 

Los republicanos no han dado aún con la piedra filosofal para revertir esta ausencia y, además, sobre ellos se dirigen la gran mayoría de los ataques del resto de partidos. Esta situación, aunque no es simétrica, no es muy diferente a la del president Carles Puigdemont que, aunque puede hablar por videoconferencia desde Bruselas o a través de entrevistas, el impacto nunca es el mismo.

El avance del cuarto tracking de El Nacional que hemos publicado a las 22 horas de este martes lejos de despejar incógnitas ha vuelto a reabrirlas. El impacto de la manifestación en Bruselas del pasado jueves dio alas a todo el bloque independentista y de una manera especial a Junts per Catalunya. Cinco días después ese efecto ha disminuido en parte y parece evidente que el independentismo tiene una cierta necesidad de tocar a rebato entre sus electores si quiere asegurarse la mayoría absoluta. 

De no lograrla, el mapa político catalán amenaza con ser de una complejidad enorme y, por primera vez, no habría que descartar una situación similar a la de las elecciones españolas de diciembre del 2015 en las que acabó siendo necesaria una nueva cita con las urnas en junio del 2016, ya que ningún candidato tuvo los votos necesarios para ser investido. No es la principal opción pero no es descartable. Dependerá de la movilización de los bloques independentista y unionista en la última semana.


(*) Periodista y ex director de La Vanguardia


Este es el verdadero sondeo / Ramón Cotarelo *

Es el verdadero porque acierta el resultado al 100 por cien sin necesidad de muestreos, universos, rutas, márgenes de error y otras minucias. Acierta al 100 por cien el resultado porque lo impone por la fuerza. Así lo anuncia el presidente  del gobierno y presidente de un partido casi extraparlamentario en Cataluña con exquisito tacto en campaña electoral.

En teoría, cuando se convocan unas elecciones se asume que sus resultados pueden ser distintos, no uno único. Sin embargo, según se deduce de la última amenaza del presidente, sea cual sea el resultado de las elecciones, será siempre el mismo: 155. Si gana el bloque unionista, constitucionalista, españolista o del 155, este seguirá en vigor por libre decisión del gobierno unionista de la Generalitat. Si gana el bloque independentista, y pretende implementar su mandato, el 155 también seguirá en vigor para impedírselo.

Entonces, ¿para qué convocar elecciones? Los indepes lo preguntan siempre: ¿van ustedes a respetar el resultado del 21D? La respuesta es inequívoca: no. No la derecha y no el PSOE. Podemos va a lo suyo cuando se aclare sobre qué es. Aunque, al menos, ha recurrido al Constitucional la aplicación del 155, si bien en el último momento y bajo considerable presión. Podemos tiene un problema serio en su interior con la cuestión nacional. Es palpable en la controversia planteada por Bescansa, cuya oposición a una consulta referendaria en Cataluña la pone a un paso de integrarse en el bloque nacional-español del 155.

Con su Gramsci se lo guisen. La derecha del 155 lo tiene mucho más claro: nada de discutir sobre la nación, la autodeterminación, la plurinacionalidad y otras monsergas de rojos. A las elecciones se va como iba Teddy Roosevelt (el de los rough riders) a las negociaciones: "hablando dulcemente y llevando un gran garrote". En el garrote está la razón. La razón de Estado, que tiene muy mala fama, excepto cuando la esgrime uno mismo, momento en que asciende a noble y desinteresada motivación.

Así que, si el resultado de las elecciones está decidido en forma del guarismo 155, ¿para qué convocarlas? Esa es la prueba más evidente de que, a la vista del desastre del gobierno de la derecha en Cataluña, las cancillerías europeas, la UE en conjunto ha impuesto su convocatoria, obligando al gobierno a oganizar en forma de elecciones autonómicas el referéndum que trató de evitar sin conseguirlo.

El hecho de amenazar con el 155, además de buscar un efecto desmovilizador en el adversario, revela la desconfianza y el miedo del bloque del 155 de que el resultado numérico sea un triunfo independentista. La amenaza tiene un fundamento racional: no cabe respetar el resultado porque, siendo las elecciones autonómicas, dentro de la legalidad de la Constitución (que la propia Constitución ha suspendido mediante el 155), nada de lo que de él salga puede contravenir ese marco legal autonómico. Cualquier decisión que vaya más allá de las competencias de quien la adopte será un delito.

En esas condiciones, ¿por qué van los indepes a unas elecciones que muchos de ellos -si no todos- consideran ilegales e ilegítimas? En primer lugar porque no ir los pone directamente bajo el garrote. En segundo lugar porque, siendo las elecciones autonómicas un referéndum de hecho, interesa sobremanera que quede claro de modo fehaciente y "legal" qué apoyo social tiene en Cataluña cada una de las distintas opciones políticas y muy especialmente la dicotómica independencia/no independencia. 
 
Desde el momento en que el conflicto España/Cataluña se ha internacionalizado, la cuantificación objetiva de los partidarios y los adversarios de la independencia será la base para que se produzca la inevitable mediación exterior. Los indepes se juegan mucho en la participación en las elecciones y en el porcentaje del voto independentista,

Si el resultado es favorable a los unionistas, Cataluña se mantendrá en el marco autonómico, probablemente padecerá una política recentralizadora que rebajará el contenido de autogobierno y no habrá lugar a una petición de mediación exterior porque el gobierno estará aplicando la legalidad que apoya la mayoría de los catalanes y, desde luego, de los españoles.

Pero si el resultado es favorable a los independentistas, como parecen cantar las encuestas y favorable con holgura, se iniciará un proceso de negociación cuyo alcance estará abierto y será indeterminado. En ese proceso, las amenazas de Rajoy y el 155 carecen de eficacia sencillamente porque su cumplimiento no apunta a situación nueva alguna sino que es un retroceso al statu quo antes de las elecciones: un gobierno re-destituido, un Parlamente re-clausurado y unos dirigentes enviados de nuevo a la cárcel y al exilio. 
 
Eso sí que es un esperpento que la UE no puede permitir. Tendrán que devolver el 155 a la cueva de los horrores y sentarse a negociar una fómula con el gobierno legítimo de la Generalitat, surgido de unas elecciones que ellos mismos han convocado.

La salida de esa negociación, que se promete ardua porque involucra la dicotomía República/Monarquía, dependerá de la fuerza parlamentaria del independentismo. 
 
 
 
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED

Revista de Prensa / A. R. Mendizabal *


Martes con las por­tadas de la prensa eco­nó­mica y al­gunos di­gi­tales re­par­ti­das: por un lado, la co­lo­ca­ción del 7% de Bankia por el Frob con unas mi­nus­va­lías que unos cal­culan en 97 mi­llones y otros en 300; y por otro, la com­pa­re­cencia en el Congreso de la pre­si­denta de la Junta 'Unica de Resolución, Elke König, para ex­pli­car, o más bien no, qué pasó con el Popular. El gran ti­tular de El Economista re­sume: 'La JUR se burla del Parlamento y elude dar datos del Popular'. 

La prensa ge­ne­ra­lista y otros di­gi­tales tam­bién re­parten las aper­turas entre dos acon­te­ci­mien­tos: el ac­ci­den­tado tras­lado de las obras de arte de Lleida a Sijena y la mina que re­pre­senta la agenda del nú­mero dos de Junqueras, con los en­tre­sijos de la hoja de ruta, como que no se creían la uni­la­te­ra­lidad pero de todas formas hu­yeron hacia ade­lante en lo que El Español ti­tula sin va­se­lina: 'Las actas se­cretas del 'procés': así tra­maron Puigdemont y Junqueras su golpe al Estado'. 

Algunos otros ti­tu­lares des­ta­ca­dos. Vozpopuli: El Gobierno aco­rrala a la CNMV para que Florentino Pérez se quede con Abertis (Raúl Pozo). El Confidencial: Dos afrentas ita­lianas que Nadal re­cuerda para que Atlantia no se haga con Abertis (C. Hernanz). Diario Abierto: Atlantia per­fila una nueva es­tra­tegia ante la po­sible ju­di­cia­li­za­ción de su opa a Abertis (Tania Juanes). OKdiario: Los in­ves­ti­ga­dores sos­pe­chan que el Canal pagó en Panamá 40 mi­llones en co­mi­siones por Inassa (Manuel Cerdán). La in­for­ma­ción: Volkswagen ame­naza con co­brar a 50.000 clientes por re­parar el 'dieselgate': vendió en España más de 638.000 co­ches afec­tados por el fraude de las emi­siones y un buen nú­mero no ha pa­sado por el ta­ller (Víctor Gil).

Cinco Días: España re­cu­pe­rará en 2023 todo el em­pleo des­truido du­rante la cri­sis. Otro ti­tu­lar: Biotecnológicas y Gobierno ul­timan un pacto para aplazar cré­ditos por I+D. Otro ti­tu­lar: Arranca la nueva pa­tronal tec­no­ló­gica con 30 em­presas aso­cia­das, mu­chas huidas de Ametic. El Economista: Colombia pone a la venta su 32,5% en la fi­lial de Telefónica (Antonio Lorenzo). Otro ti­tu­lar: Los agentes so­ciale plan­tean subir más del 3% el sa­lario mí­nimo en 2018; al­gunas fuentes llevan el alza hasta el 7%. Otro ti­tu­lar: El fondo Abac ul­tima la compra de Gambrinus y Cruz Blanca a Heineken, por Araceli Muñoz y Javier Romera.

Opiniones. Editorial en La Vanguardia: ‘Sijena en su con­texto ju­rí­dico y po­lí­ti­co‘. Enric Juliana en el mismo dia­rio: ‘Argoneses: cuando el ca­mión llegó a Sijena, fal­taba una caja. Una caja llena de vo­tos, que pronto es­tará en manos del can­di­dato le­gi­ti­mista de Bruselas’. Editorial en El Periódico: ‘Desencuentro por las obras de Sijena‘. Ignacio Molina en el mismo dia­rio: 'Tomarse en serio la Catalunya de los tres blo­ques: si Iceta quiere de verdad apro­ve­char su iden­tidad trans­versal y con­ver­tirse en el re­fe­rente de los con­sensos ha de em­pa­tizar con las frus­tra­ciones de los dos po­los'. Editorial en El Mundo: ‘Sijena: cum­plir la ley no es op­cio­nal‘. Otro edi­to­rial: ‘El Govern mintió a los ca­ta­lanes el 1-O’. Enrique Gimbernat en el mismo dia­rio: ‘¿Rebelión, se­di­ción o nin­guna de las do­s?’. Editorial en El Español: ‘Sijena, ex­polio co­rre­gi­do‘. 

Editorial en El País: ‘Politización del arte: la de­fensa in­de­pen­den­tista del te­soro de Sijena es otra forma de vic­ti­mi­za­ción‘. Adela Cortina en el mismo dia­rio: ‘¿Es ur­gente re­formar la Constitución? El des­em­pleo, la pre­ca­ri­za­ción del tra­bajo, la aco­gida de emi­gran­tes, las pen­sio­nes, la fi­nan­cia­ción au­to­nó­mica, la co­rrup­ción y el mal­trato a las mu­jeres son pro­blemas prio­ri­ta­rios’. Luis Alcaide en Capital Madrid: 'Esperando a Borrell: la firma de Messi y M. de Montaigne: los crí­ticos de­por­tivos es­tu­dian la irra­cio­na­lidad eco­nó­mica del in­de­pen­den­tis­mo'. Juan Velarde en El Economista: ‘Cataluña: ar­gu­mentos va­lien­tes: la res­pon­sa­bi­lidad de quienes en el Gobierno Suárez, en 1979-1980, trans­fi­rieron la en­señanza a la au­to­nomía ca­ta­lana, es cier­ta­mente gi­gan­tes­ca’. 

Enrique Utrera en Expansión: ‘Bankia: los ex­pertos creen que la venta del 7% dará es­ta­bi­lidad al banco en Bolsa’. Teresa Freixes en Economía Digital: 'La cam­paña in­de­pen­den­tista y la sombra de Phil: vamos a pasar el ecuador de la cam­paña elec­toral del 21-D y el in­de­pen­den­tismo sigue en­ro­cado en el mismo ar­gu­men­ta­rio'. Fernando Garea en El Confidencial: ‘Expolios, exi­lia­dos, re­fu­giados y per­se­gui­dos’. Editorial en Cinco Día: ‘Un marco fiscal fle­xi­ble, equi­ta­tivo y efi­ciente para la eco­nomía di­gi­tal‘. Moisés Romero en La Carta de la Bolsa: ‘El crash de las pen­siones se ex­plica, entre otros asuntos muy gra­ves, por un ju­bi­lado, un vo­to…’. 


(*) Periodista


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lunes, 11 de diciembre de 2017

Todo parece indicar que se utilizó dinero del Frob para los complementos por jubilación en Caja Murcia con 'Caser' 2ª


MADRID.- El año 2010 se conformó como un año donde las ayudas del Frob (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria), alcanzó una importante actividad en los procesos de integración y recapitalización de entidades financieras, incluida la todavía Caja Murcia.

Es una referencia adecuada a la aportación realizada con fecha 29 de junio de 2010 al SIP (Sistema Institucional de Protección), constituido por las Cajas de Ahorro de Baleares (Sa Nostra), Caja de Ahorros de Granada, Caja de Ahorros de Murcia y Caja de Ahorros del Penedés. El importe ascendió a 915 millones de euros en lo que se denominó Frob-1.

Ese año, en concreto diciembre, también fueron inyectados en una primera participación del Frob en Bankia, 4.465 millones de euros, en concreto a través de su “banco malo” el denominado Banco Financiero y de Ahorro.
Posteriormente, ambas entidades necesitaron otros aportes, que en el caso de BMN llegaron a alcanzar los 1.650 millones de euros y en el caso de Bankia los 22.424.
El 29 de junio de 2010 se produce la primera inyección de capital a BMN, fecha en la que todavía no operaba baja la fórmula jurídica de sociedad anónima, sino que se regía por un Sistema Institucional de Protección (SIP), cuya fecha de constitución se produce al día hábil siguiente, es decir el 1 de julio de 2010. 
Tendrá que pasar un año y dos meses para que BMN se constituya como banco a todos los efectos, en concreto el 14 de septiembre de 2011.
Unos meses antes, el SIP, se había hecho con los servicios del responsable de Lehman Brothers para España y Portugal, entonces aquella joven promesa de la economía española, que colaboró con el gobierno de Aznar ocupando el puesto de secretario de Estado de Economía (2002-2004).
Se trata de Luis de Guindos, que dimite de sus funciones en BMN (consejero externo y presidente del Comité de Auditoría) como consecuencia de ser nombrado ministro de Economía y Competitividad del Gobierno del presidente Rajoy el 22 de diciembre de 2011.
En este escenario, e independientemente de otras consideraciones, tal como se indica en las condiciones generales de la póliza de Caser con Caja Murcia 54.561, ésta se constituye con fecha 28 de octubre de 2010, alcanzando la prima satisfecha a Caser el importe de 2.065.062 euros.
Es decir, mientras que el Frob inyecta 915 millones para que los cuatro futuros socios (Caja Penedés, Caja Granada, Sa Nostra (Baleares) y CajaMurcia) inicien una andadura saneada, y que a corto y medio plazo se produzca una consolidación y su conversión en un Banco saneado y viable, la Caja de Ahorros de Murcia se dedica a contratar pólizas de vida, con el fin de reforzar el poder adquisitivo de sus “directivos”, procurándoles doradas jubilaciones. 
La suerte también recae en algunos de los empleados que eran plantilla fija a 29 de mayo de 1986, tal como se recogen en algunos certificados, pero desconociéndose todavía cuál es el criterio que finalmente permite “entrar al club”.
¿De dónde salieron los fondos para constituir esa segunda póliza? ¿Eran conocedores los socios de la Caja de Ahorros de Murcia, en concreto Caixa d’Estalvis del Penedés, Sa Nostra, y Caja Granada, de la contratación realizada a Caser y el colectivo público asegurado? ¿Qué ocurre en el resto de Cajas constituyentes del SIP inicialmente, y posteriormente de Banco Mare Nostrum?
¿Disponían de estos sistema de previsión social? ¿Estaban constituidos por un método mixto de Planes de Pensiones promovidos por el Empleador y pólizas de vida donde se instrumentalizaban esos derechos dimanados de los acuerdos recogidos en los convenios sectoriales?.
No se tiene conocimiento de que una reclamación de este tipo se haya producido en el resto de socios. Ignorando igualmente, si en estas Cajas todos los compromisos a la jubilación, estaban debidamente dotados con antelación al SIP, y posterior conversión en S.A.
La situación se torna más compleja como consecuencia de que el Frob, tenía el 65% de las acciones de BMN, y posee actualmente un porcentaje similar en Bankia.
No se sabe si noticias sobre estas pólizas, y la situación en la que se encuentran inmersas, habrán llegado al núcleo de decisión del Frob, pero es evidente que dibuja un escenario altamente preocupante, pues recientemente, con fecha 14 de septiembre de 2017, BMN fue absorbida por Bankia.
Para el Frob, accionista igualmente mayoritario de Bankia, y cuyo objetivo principal es la recuperación del dinero público inyectado, podría encontrarse con una hipótesis de retorno alejada de sus planteamientos iniciales, dado que si finalmente se demuestra que el colectivo reclamante, y que puede llegar a la totalidad de la plantilla fija de la extinta Caja Murcia a la fecha de 29 de mayo de 1986, tiene derecho a los Complementos a la Jubilación, será Bankia la que tenga que asumir las consecuencias de tener que pagar derechos a trabajadores que los tenían reconocidos, aunque se les hayan ocultado y en cuantía que pudiera llegar a un importante impacto en la cuenta de resultados y, por ende, en el Plan Estratégico del Frob, tanto en la inversión como en el plan de desinversión que retorne a las arcas públicas los casi 24.000 millones de euros que, entre unos y otro, han necesitado para evitar una hecatombe financiera y social.
Por otro lado, los presuntos incumplimientos incurridos pudieran tener un amplio recorrido jurídico que les lleve a transitar por sendas administrativas, civiles o penales. Porque antes o después se sabrá qué empleados han visto conculcados sus derechos.
Es incluso posible que este complejo asunto tenga una fácil explicación por parte del Tomador de la póliza 54.561 y que la negación de la información/documentación solicitada, haya conformado un escenario de inmensa confusión, que ha motivado el alimentar erróneas hipótesis.
Sin duda, un posicionamiento más proactivo de la Caja de Ahorros de Murcia, más fluido y colaboracionista, hubiese ayudado a demostrar su impecable comportamiento con todos y cada uno de sus empleados; empleados que durante muchos años según el “mantra” repetido hasta el infinito por el actual presidente del absorbido BMN, Carlos Egea Krauel, constituían su mejor activo para la Entidad.
Es por lo que existe en el seno del colectivo de exempleados de la Caja de Ahorros de Murcia una alta dosis de estupor, al ver su evolución a "pasivos tóxicos que no merecen consideración alguna".
Es seguro que una vez materializada la integración de BMN en Bankia, a partir de finales de enero del próximo año 2018, se hará un nuevo reparto de papeles. Quién sabe si Caser, sustituida de facto por la aseguradora Mapfre, decide ayudar a la comprensión del funcionamiento de estas pólizas, denunciando incluso llegado el caso, los incumplimientos realizados hacia el teórico colectivo asegurado.
Quizá incluso Caser pudiera ratificar de manera concluyente que todo ha sido una mala interpretación y que no es lo que parece, sino todo lo contrario.

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