MURCIA/BERLÍN.- Si el nuevo Gobierno griego que salga de las elecciones de hoy, posiblemente un gabinete de corte populista liderado o dominado por 'Syriza', saca finalmente al país de la Eurozona y devuelve el dracma como moneda nacional soberana y susceptible de devaluar para competir en mejores condiciones para poder exportar, la Región de Murcia será una perjudicada directa, según analiza extensamente hoy el diario 'La Verdad'.
Grecia es el segundo mayor competidor de Murcia en fruta de hueso
-después de Italia-, tanto en fresco como en conserva. El año pasado
produjo 772.400 toneladas de melocotón, nectarina y albaricoque, frente a
las 238.000 obtenidas en Murcia. De la cosecha griega, 400.000
toneladas fueron de melocotón Pavía, variedad destinada a conserva,
frente a 62.000 recolectadas en la Región.
Hasta el año pasado, Rusia era una válvula de escape para la
producción de fruta griega. A raíz del veto de Vladímir Putin, las
patronales agrarias murcianas Fecoam y Apoexpa dan por sentado que a
partir de junio habrá una dura guerra de precios en torno al melocotón,
la nectarina y el albaricoque en el mercado comunitario, puesto que los
productores griegos volcarán en éste la producción que antes iba a
Rusia, y que se elevaba a casi 50.000 toneladas en los últimos años.
La mayor parte de ese volumen corresponde a las regiones del norte
-Imathia, Pella, Pieria, Kozani, Larissa y Kilkis-, cuyas cooperativas
agrarias ejercen gran influencia política. El año pasado acabaron
tirando 20.000 toneladas a los vertederos por el veto ruso (a diferencia
de Murcia, a ellos les pilló con la cosecha sin terminar) y no quieren
que eso se repita.
Pero existe otro escenario, que inquieta a Agrupal, la patronal
conservera regional: que Grecia, para aliviar excedentes, produzca el
máximo posible de melocotones y albaricoques en almíbar, macedonias y
zumos para colocarlos en Rusia (el veto de Putin solo se aplica a
alimentos frescos).
No es una apuesta hecha a la ligera: el 60% de la cosecha de
melocotón del año pasado acabó en conservas debido a que no tenía salida
en fresco. Su venta inyectó 300 millones de euros a la economía griega.
Los conserveros murcianos temen que el deterioro de la economía rusa,
la inflación y la depreciación del rublo echen abajo la repetición de
la 'jugada' griega y al final quede saturado durante varios años el
mercado comunitario de conservas de fruta.
Y este es el escenario a corto plazo... Una eventual salida del euro
convertiría a Grecia en el peor rival europeo para el campo murciano,
puesto que podría moverse al nivel de los precios agrícolas que ofrecen
Marruecos y Turquía. Un dracma con poco valor y el anhelo de los
exportadores helenos por hacerse con reservas de euros daría a su país
la hegemonía sobre al menos Europa Oriental para sus frutas, hortalizas y
conservas. De hecho, a raíz de la recesión, el sector agrícola griego
ha renacido como motor económico y es casi el único donde sigue habiendo
creación de empleo.
Un retorno al dracma también supondría un revulsivo para el sector
turístico. Grecia se convertiría en el destino más barato de Europa, a
costa de los países del Arco Mediterráneo, con una infraestructura no
solo intacta bajo la crisis, sino en expansión. La cifra de turistas
internacionales se situó el año pasado en 21,5 millones, un 20% más con
respecto a 2013. A eso hay que añadir la llegada de 2,5 millones de
cruceristas.
La caída de las tasas hoteleras en un 40% ha hecho que Grecia sea ya
un destino tan asequible como España, Croacia, Chipre y Turquía, según
los operadores turísticos británicos.
La contribución total -directa e indirecta- del turismo a la economía
helena es ya de un 24,7% del PIB, lo que equivale a 45.300 millones de
euros. De ahí, que sería el sector más mimado por las autoridades en
caso de una salida de la Eurozona, según afirma la organización SETE,
patronal de empresas turísticas griegas.
Un dracma depreciado permitiría la multiplicación de ofertas 'low
cost' con «todo incluido» -al estilo mallorquín o benidormí- y de rutas
de crucero en el Egeo, desde donde Cartagena pilla lejos como escala. Y
eso en un momento en que la Costa Cálida vive un momento excepcional, con
un aumento de visitantes extranjeros del 29,6% durante año pasado, hasta
alcanzar los 805.658.
Pero las expectativas griegas podrían truncarse si, según advierte
Exceltur -la patronal española-, vuelve a dispararse la conflictividad
social; por ejemplo, con la implantación de un 'corralito' sobre el euro
para sostener al renacido dracma.
¿Y Grecia como cliente? Dicho país importó entre enero y noviembre
del año pasado bienes producidos en la Región por valor de 65,4 millones
de euros, de acuerdo con los últimos datos del Icex. La parte del león
-44,1 millones- correspondió a carburantes y lubricantes del Valle de
Escombreras (114.000 toneladas). Les siguieron alimentos (8,6 millones
de euros), artículos de moda (3,8 millones), productos químicos (casi 3
millones), semimanufacturas de cobre (1,6 millones) y bebidas (1,1
millones).
Las perspectivas de venta a ese país no son optimistas a medio plazo.
Según el Instituto de Fomento (Info), los importadores griegos se
enfrentan a un progresivo endurecimiento de las condiciones de
financiación. Los bancos internacionales no aceptan cartas de crédito de
la banca griega y se han reducido los seguros de cobertura para las
transacciones. Con todo, el Info recuerda que el puerto griego de
Salónica sirve de plataforma para exportar a países balcánicos.
Murcia, por su parte, solo gastó el año pasado 4,2 millones en
productos griegos. Fue en equipamiento de riego, pieles para curtir y
pescado (Grecia es el mayor productor de dorada y lubina de granja).
Una salida del euro haría de Grecia un proveedor barato para Murcia,
aunque es dudoso que compensara la repercusión sobre los sectores
agroalimentario y turístico de la Región.
Se pretende un peaje estándar en toda Europa
La Comisaria Europea de Transporte Violeta Bulc pidió este domingo en una entrevista en un periódico alemán que se introduzca un sistema de precios para las autovías europeas más amplio y estandarizado.
Bulc afirmó que hay muchos sistemas diferentes en Europa en este momento y que es una carga para los conductores y un obstáculo para su movilidad.
Alemania planea introducir un controvertido peaje para sus carreteras en 2016 para los visitantes extranjeros que las utilicen. Los conductores alemanes también pagarán el peaje, pero serán compensados por una reducción en sus impuestos de circulación. El Gobierno y la UE están inmersos en una disputa sobre si esa decisión es compatible con la legislación europea.
Antes de su visita a Berlín prevista para esta semana, Bulc dijo al dominical 'Welt am Sonntag' que tendría sentido, a medio plazo, trabajar en un sistema europeo para que se regulen los peajes para coches y camiones de manera uniforme a nivel europeo.
"El importe de la tasa debería, en mi opinión, basarse exclusivamente en el número de kilómetros recorridos realmente y no debería depender del tiempo", dijo.
"No importa de dónde vengas, sólo se pagará la distancia que se recorra y será facturado en un dispositivo en toda Europa. Estamos analizando esa idea", añadió.
Bulc no dijo si se le pediría a todos los estados de la UE que introdujeran una tarifa en relación a la distancia recorrida.
"Hay muchas opciones, un impuesto podría ser obligatorio, pero podría hacerse opcional, por ejemplo si los países deciden por sí mismos si quieren y en qué carreteras quieren cobrar una comisión por su uso según los kilómetros recorridos".
Se pretende un peaje estándar en toda Europa
La Comisaria Europea de Transporte Violeta Bulc pidió este domingo en una entrevista en un periódico alemán que se introduzca un sistema de precios para las autovías europeas más amplio y estandarizado.
Bulc afirmó que hay muchos sistemas diferentes en Europa en este momento y que es una carga para los conductores y un obstáculo para su movilidad.
Alemania planea introducir un controvertido peaje para sus carreteras en 2016 para los visitantes extranjeros que las utilicen. Los conductores alemanes también pagarán el peaje, pero serán compensados por una reducción en sus impuestos de circulación. El Gobierno y la UE están inmersos en una disputa sobre si esa decisión es compatible con la legislación europea.
Antes de su visita a Berlín prevista para esta semana, Bulc dijo al dominical 'Welt am Sonntag' que tendría sentido, a medio plazo, trabajar en un sistema europeo para que se regulen los peajes para coches y camiones de manera uniforme a nivel europeo.
"El importe de la tasa debería, en mi opinión, basarse exclusivamente en el número de kilómetros recorridos realmente y no debería depender del tiempo", dijo.
"No importa de dónde vengas, sólo se pagará la distancia que se recorra y será facturado en un dispositivo en toda Europa. Estamos analizando esa idea", añadió.
Bulc no dijo si se le pediría a todos los estados de la UE que introdujeran una tarifa en relación a la distancia recorrida.
"Hay muchas opciones, un impuesto podría ser obligatorio, pero podría hacerse opcional, por ejemplo si los países deciden por sí mismos si quieren y en qué carreteras quieren cobrar una comisión por su uso según los kilómetros recorridos".