ALICANTE.- El
abogado Diego de Ramón ha presentado ante la Audiencia Nacional una
querella -la tercera, en este caso en representación de 174 clientes-
contra la antigua cúpula de Caja Mediterráneo (CAM), a la que acusa de
delito societario, estafa, apropiación indebida, falsedad documental y
engaño con abuso de poder en la gestión de la caja de ahorros
alicantina.
La
querella se dirige contra el expresidente Modesto Crespo, los
exdirectores generales Roberto López Abad y María Dolores Amorós, el
exvicepresidente Ángel Martínez, el ex director general adjunto Agustín
Llorca Ramírez y otros directivos de la entidad.
En
su escrito dirigido a la Audiencia Nacional, Diego de Ramón solicita
que la querella sea unida a las dos que presentó con anterioridad, y que
ya han sido admitidas a trámite por el Juzgado Central de Instrucción
número 3: una a título personal como acusación popular, y otra en
representación de la Plataforma CAM, a la que ya se han adherido cerca
de 400 clientes de la caja.
Como
medida cautelar, el abogado solicita al juez que imponga a los
querellados una fianza de 4.792.000 euros, para responder de su
responsabilidad civil por las pérdidas que han sufrido los 174 firmantes
de la querella en la compra de productos financieros de CAM.
En
declaraciones a Abc, Diego de Ramón anunció su decisión de enviar a
la directora general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine
Lagarde, al presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, y
al presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, una
copia en inglés de las tres querellas que ha presentado ante la
Audiencia Nacional, así como de todas las diligencias posteriores, para
que estos tres organismos se interesen por exigir responsabilidades
penales a los responsables de la quiebra de CAM.
De
Ramón quiere responder así a las informaciones que indican que los tres
organismos internacionales que componen la troika quieren tutelar la
reestructuración del sistema financiero español, como condición para
hacer efectivo el rescate de hasta 100.000 millones de euros destinado a
la banca. En su querella, a la que ha tenido acceso Abc, el abogado
señala que Caja Mediterráneo (CAM) colocó productos financieros
«tóxicos», como las cuotas participativas y las opciones preferentes,
eligiendo de forma sistemática a los clientes por su «bajo índice de
conocimientos culturales o de entendimiento», con frecuencia entre
personas mayores o extranjeros que carecían de información suficiente.
Pero
además, a su juicio, estos clientes fueron engañados, ya que la entidad
declaró un beneficio de 38,9 millones de euros en el primer trimestre
de 2011, cuando en realidad, según los administradores del FROB, en
dicho periodo se registraron unas pérdidas por valor de 1.1136 millones,
que alcanzaron los 2.713 millones en el conjunto del ejercicio. Puesto
que la rentabilidad de las cuotas y participaciones preferentes estaba
ligada a la cuenta de resultados de la caja, los clientes nunca hubieran
comprado estos productos si hubieran conocido la situación real de la
entidad, argumenta la querella.
Al
respecto, alude a la sentencia del Juzgado de lo Social nº 4 de
Alicante que confirmó el despido procedente de la ex directora general
María Dolores Amorós y que consideró probado que la entidad alteró su
realidad contable para maquillar sus resultados, en lo que podría
suponer un delito societario.
En
su denuncia, Diego de Ramón atribuye la quiebra de CAM, en buena
medida, al hecho de que la caja diera créditos multimillonarios, que
luego han resultado impagados, a grandes empresas inmobiliarias sin
exigirles garantías suficientes.