MADRID.-Hace tres años, las grandes paqueteras españolas se
plantaron ante Amazon. Lo peor de la crisis había pasado, los envíos
entre empresas remontaban y la compañía de Jeff Bezos seguía creciendo y
necesitando quien le entregara sus paquetes, según desarrolla Público.
Hasta
entonces, Amazon se había apoyado en distribuidoras como Seur, MRW y
DHL. Pero tras el desastre del Black Friday y de la campaña navideña en
2016 —cuando el servicio colapsó y miles de regalos
llegaron tarde— estas decidieron no volver a asumir los enormes encargos
del gigante. La razón de fondo eran los precios: Amazon mueve mucho
pero paga muy poco, así que el esfuerzo solo compensa si no tienes
clientes mejores.
"En 2011, con la crisis, las redes de
mensajería necesitaban volumen para mantenerse", resume Carlos Zubialde,
profesional del sector y autor de Información Logística.
"El comercio electrónico podía mantener esas redes.
Pero cuando el
ciclo económico cambió quisieron deshacerse de este tipo de paquetes y
volver al B2B [orientado a empresas], que da menos problemas y es más
rentable". Aunque no cortaron del todo, las grandes paqueteras redujeron
el negocio que tenían con el gigante.
Amazon
dejó de ser visto como 'Bienvenido Mr. Marshall' y tuvo que buscar
nuevos socios de reparto. Lo primero que hizo fue crear su marca blanca
(Amazon Logistics) y nutrirla de subcontratas que aceptaban sus condiciones, como OTL, Tipsa y Ara Vinc. Lo segundo, montar su propio Glovo de repartidores en coche particular:
Amazon Flex. A estos les paga 14 euros la hora, pero no les da más de
34 horas semanales. Los costes de gasolina, transporte y cuota de
autónomos los asumen ellos.
Lo tercero fue firmar una alianza con Correos Express, la
filial de mensajería urgente de Correos. Hace un año renovó el acuerdo
con todo el grupo. "Amazon solo te da más si cumples los compromisos de
calidad que exige", indican desde la empresa pública. "La renovación
es un indicador de que Correos está cumpliendo".
Aunque
Correos no da detalles de ese acuerdo (ni cuánto cobra por paquete, ni
cuántos reparte), fuentes sindicales de UGT indican que solo Correos
Express reparte entre 40.000 y 60.000 paquetes de Amazon diarios.
Amazon le da los peores repartos a Correos
Amazon
tiene dos tipos de almacén: centros logísticos y de última milla. En
Madrid el centro logístico está en San Fernando de Henares y de última
milla hay varios: dentro de la ciudad (Legazpi), en las afueras
(Vicálvaro) o en otros municipios (Alcobendas y Getafe). En estos
últimos es fácil ver colas de coches de autónomos de Flex. También
tienen una entrada para las paqueteras subcontratadas.
A Vicálvaro van
hasta diez empresas a cargar para repartir.
Las
franjas de reparto de estos centros son de dos o cuatro horas.
"En el
momento en que tú cierras una compra de Amazon, la etiqueta lleva
automáticamente asignada la ruta y el repartidor al que va asignada",
señala Zubialde. "Los palés salen clasificados del centro logístico, así
que son muy fáciles de repartir. Además puedes concentrar muchos en muy
poco tiempo. ¿Por qué lo hacen así? Esos paquetes los derivan a su red
de subcontratas; el resto, a compañías externas".
Dicho de otro modo: Amazon se queda para sí mismo la mejor parte del pastel.
En Madrid, los autónomos de Flex y las empresas de Amazon
Logistics no van muy lejos. "Lo más lejos que he llegado ha sido
Torrejón, Alcalá y poco más", dice Paula, una repartidora cuyo nombre ha
sido modificado. "Es una lotería: vamos a cargar y no sabemos ni dónde
tenemos que ir ni cuántos paquetes vamos a llevar. Tampoco nos
atienden". Una app en el móvil es la que da las instrucciones.
¿Qué
sucede con los paquetes que van un poco más allá? Ahí es donde entra en
juego Correos, que por ley debe prestar el Servicio Postal Universal
(SPU) y garantizar el envío de cartas y paquetes a todo el territorio.
En vez de ir a los de última milla (donde Amazon te da todo hecho),
Correos va a los almacenes logísticos y de ahí lleva paquetes a sus
propios centros de clasificación, lo que encarece el proceso.
"Antes,
los paquetes que no repartían con su red se los daban a Seur, MRW y
demás. Eran paquetes a zonas difíciles, como la sierra de Madrid. ¿Qué
pasó? Que la gente se descolgó y dejó de trabajar con ellos", continúa
Zubialde.
"El único que se ha quedado es el que tenía más necesidad:
Correos. El Estado, diciendo: 'tengo aquí una red de carteros y una
empresa que me cuesta mucho dinero, así que todo el negocio que meta le
vendrá bien'".
Los carteros rurales se convierten en repartidores
"Correos
coge de todo. Y más en el reparto rural, que es deficitario", explican
fuentes de CSIF Correos. "Imagínate ir a un pueblo para repartir dos
paquetes: eso no lo hace ninguna empresa. Lo hace Correos como SPU y el
Estado le da dinero para compensar". España paga a Correos entre 50 y
150 millones de euros al año en concepto de compensación por el SPU. Por
ejemplo: si por una carta entre Madrid y un pueblo uno paga 0,65 euros
pero a Correos le cuesta llevarla 1 euro, el Estado le compensará a
final de año esos 0,35 euros.
Correos ha solicitado 2.200 millones al Estado para el período 2011-2020, según calculó Airef.
Este informe señaló cómo Correos es, antes de compensaciones, mucho más
deficitario que los servicios postales de otros países. El año pasado
fue el primero desde 2015 que la empresa obtuvo beneficios, aunque sigue
estando subvencionada.
Los carteros rurales trabajan con su propio coche. Cobran 0,23 euros por
kilómetro en concepto de mantenimiento y carburante. "Antes no había
problema porque eran básicamente cartas", continúan desde el CSIF. "Lo
que ha cambiado es que ahora son paquetes de gran tamaño que no entran
en los maleteros. Hay que meterlos en el sillón delantero, en el
trasero... No llevamos la homologación de carga correspondiente. Estamos
en reuniones con la empresa para resolver esto, porque los carteros
corren el riesgo de que Tráfico les multe".
Si en las grandes ciudades Amazon compite con Correos y
Correos Express, en provincias más pequeñas y en el rural "es otra
historia", añade el sindicato. "Es cierto que en los coches se ven
paquetes de Amazon. Y Correos está haciendo publicidad con el mundo
rural, la España vaciada... Pero claro, ahí cuesta ganar dinero. En unas
declaraciones que hizo el presidente, dijo que el potencial es enorme y
que competimos con un gigante como Amazon, pero que la paquetería no da
para mantener la empresa. No produce tantos beneficios como las
cartas".
Como el margen es bajo, la única solución es
compensar con volumen. Justo como hacían las grandes paqueteras antes
de plantarse. "Amazon es deficitario si no aglutinas los esfuerzos",
añade Juan Carlos Gutiérrez, secretario general de la sección de UGT en
Correos Express Madrid. "Así que todo depende de la cantidad de paquetes
que muevas. Si tienes que llevar un solo paquete a la Bola del Mundo,
no te sale rentable, pero si son muchos multiplicas".
Según
fuentes del sector, Amazon paga a Correos entre 1,8 y 2 euros por
paquete entregado, además de encargarle las devoluciones, también más
caras que una entrega normal. Y, según UGT, el margen está entre 0,8 y 1
euro de media.
Desde Correos señalan que hay sitios donde "o envía
Correos, o no lo hace nadie. Con nuestra red cubrimos todo el
territorio. Y las oficinas son puntos de entrega para gestionar
devoluciones". Aunque los paquetes de Amazon no entran dentro del
Servicio Postal Universal, la empresa aprovecha que el Estado español lo
financia para encargárselo a precio de saldo.
"Se
benefician de algo que ya está instalado", concluye Gutiérrez. "Correos
no puede perder el vínculo de la paquetería, porque cada vez hay menos
cartas. Y las empresas de entrega domiciliaria, como Unipost, han
desaparecido".
Correos sigue perdiendo dinero
La
paquetería es el segmento que más crece en Correos, que se encuentra en
pleno proceso de transformación para adaptar su negocio a los nuevos
tiempos. La empresa, sin embargo, sigue perdiendo dinero. Tampoco
Correos Express es rentable: el grupo soporta sus pérdidas. La AIReF sugirió que el Estado solo compensara por el reparto en zonas rurales de menos de 5.000 habitantes. Además, en 2018 Bruselas ordenó a España recuperar 167 millones en ayudas estatales concedidas a Correos tras determinar que se había beneficiado de "sobrecompensaciones".
El sector de la paquetería lleva años enfadado porque compite contra una empresa "dopada", un competidor desleal que sobrevive gracias a las subvenciones de "papá Correos" y de todos los españoles,
como ha señalado en varias ocasiones el director de Tipsa. Las dudas de
Bruselas también tenían que ver con si esas ayudas estatales se habían
destinado a la filial, Correos Express.
Amazon, por su parte, sigue aumentando su propia red de
logística con pequeñas empresas que quieran trabajar para él.
Recientemente creó una sociedad en España específica para esta actividad
llamada Amazon Transport Road, separada de Amazon Fullfilment, la
logística. La CNMC abrió esta semana un expediente para determinar si
debe considerarlo un operador postal, aunque eso no significaría mucho
más que pagar una pequeña cuota anual (de unos 300 euros) y estar
inscrita en un registro. En principio, no afectaría en nada a su negocio
ni empleados.
"Amazon trabaja en dos líneas. Flex,
que va desapareciendo porque saben que choca con la legislación. Y
pequeños operadores a los que controlan bajo Amazon Logistics. A su red
le dan lo mejor", concluye Zubialde. "El coste que tiene Amazon de
repartir un paquete en su red de es más alto que lo paga a Correos: 3
euros frente a 2. Al final, cada uno de los españoles estamos
subvencionando la red de reparto de Amazon. Es un problema que tienen
otros países: la distribución se la terminan haciendo los correos
estatales porque son los únicos que pueden asumir esos precios".
Una sociedad mal informada debilita la democracia
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