Sin tener, de entrada, un metro cuadrado de terreno, las sociedades en las que participa el avezado negociante terminan años después siendo propietarias de más de un 60% de suelo urbanizable y otro 90% de suelo terciario. Unas sociedades compran suelo que venden a otras sociedades del mismo empresario, mientras que otras firmas se dedican a urbanizar y a ejecutar el convenio al tiempo que engordan su patrimonio con suelo a precio de oro, fruto de contrapartidas privadas.
Durante ese recorrido, nuestro protagonista ha tenido la destreza y el oficio de rodearse de socios financieros, constructores y comerciales que le han ido suministrando liquidez y colocando ladrillos y cemento. Bajo el paraguas de su acuerdo con un alcalde y una oposición complaciente, el empresario y sus socios, uno de ellos su cuñado, ha encontrado facilidades oficiales en los últimos diez años para desarrollar el proyecto.
Para ello ha sabido enarbolar la bandera sentimental y social de los colores del querido club de fútbol, presionando en los momentos críticos, incluso en determinados despachos del Gobierno regional. El último pressing, con la amenaza de la suspensión de pagos, está llenando estos días las páginas de los periódicos.
Todo esto al margen del recorrido futbolístico del Real Murcia, que logró subir en dos ocasiones a Primera División. Ahora, nuestro personaje y su socio principal están recogiendo velas futbolísticas en un serial que tiene en vilo al aficionado y al urbanita. En las gloriosas tardes de fútbol, el protagonista, hombre de mucho mundo, solía aparecer en el palco detrás de unas gafas oscuras junto a otros acompañantes también alérgicos al sol... Con todos ustedes, Jesús María Samper Vidal y su cuñado Juan Manuel Trujillo.
PELOTAZO Y GOLES
Esto puede parecer una caricatura de los diez años de la era Samper en Murcia. Ahora que pintan bastos, lo fácil sería caer en la crítica más corrosiva hacia este empresario, que fue primer secretario de la Liga de Fútbol Profesional y que tuvo la visión y la osadía de dar un paso adelante, arriesgando su patrimonio y el de sus socios, para sacar del agujero al Real Murcia cuando otros no lo hicieron.
Éste es su principal aval en las tertulias de la barra de bar. Los más críticos, no obstante, centran su malestar en un Jesús Samper que, creen, ha cambiado el fútbol por el pelotazo. Otros dardos van dirigidos al alcalde Miguel Ángel Cámara y al concejal de Deportes Miguel Cascales, que han dejado hacer a Samper y se han plegado a sus exigencias. En mitad del camino, el entonces poderoso concejal de Urbanismo Ginés Navarro cayó en desgracia. Vayamos por partes.
¿Cuánto han puesto Samper y sus socios en estos años y cuánto se han metido en el bolsillo con el proyecto Nueva Condomina, al norte de Murcia? Imposible de saber con exactitud porque sólo éste y Trujillo conocen las cuentas del entramado societario. Haría falta un contable con visera y manguitos para desentrañar la arquitectura financiera de tantas sociedades.
Los datos ofrecidos por ambos a los medios de comunicación y las cifras proporcionadas por el Ayuntamiento de Murcia permiten una aproximación al músculo financiero de las empresas que manejan: el Real Murcia SAD, Santa Mónica, Sport Management and Project, Desarrollos Nueva Condomina (con la envoltura del Grupo Trusam) y el apoderamiento de Torre Alcayna. Cada una con un cometido específico en las que Samper y Trujillo figuran como nexo de unión.
LO QUE PONE Y LO QUE SACA
El pelotazo urbanístico al amparo del convenio queda a expensas del balance entre el debe y del haber. Incluso puede tener una fase de gestación ahora que se ha frenado en seco el mercado inmobiliario. Sin incluir la compra del Real Murcia en 1999 -por la que pagaron unos 275 millones de pesetas- Desarrollos Nueva Condomina, encargada de urbanizar el suelo y ejecutar el proyecto, ha invertido unos 220 millones de euros. Aquí no se incluye el centro comercial, que en su día se cifró en más de 200 millones, de los que Eroski asumió gran parte.
Los gastos gordos se reparten entre la compra de terrenos a La Ladera (3,6 millones), los costes de urbanización (120 millones, según el Ayuntamiento), el tanque de tormenta, la depuradora y la subestación eléctrica (18 millones), los planes especiales de los accesos (20 millones), la construcción del campo de fútbol (51 millones según los empresarios) y la fianza del campo de golf (6 millones).
En el platillo de ingresos, Samper y sus socios recibieron 350 millones de un fondo de inversión inglés (British Land y PREF) por la venta del complejo comercial, uno de los mayores del Mediterráneo. La operación tuvo lugar seis meses después de inaugurarse el estadio (un hito histórico para Murcia celebrado en octubre del 2006). En el acuerdo no se incluyó Eroski y Forum.
Suma y sigue. Otra parte importante de ingresos procede de la venta de una gran tajada del suelo urbanizable. El Grupo Trusam de Samper y Trujillo, que acoge Desarrollos Nueva Condomina, vendió estas parcelas, en unión con Torre Alcayna, a otras empresas urbanizadoras. Entre ellas se encuentran Apex, filial de Iberdrola, Realia y Nozar. Nueva Condomina y Torre Alcayna necesitaban liquidez para financiar el proyecto, según explicaron en junio del 2005.
Como resultado, Iberdrola se quedó con un tercio de las parcelas urbanizables, el equivalente a unas 1.250 viviendas. Samper, a través del Grupo Trusam, se quedó con terreno para desarrollar otras 880 viviendas. El resto se lo reparten Torre Alcayna y los demás compradores. El máximo de viviendas autorizado en el plan parcial es de 4.000. Eso no quiere decir que se construyan todas.
En este balance no se incluye el beneficio social de los más de 3.000 empleos creados en torno al centro comercial y de ocio, según sus promotores.
EL 40% DE UNA TORRE
Juan Manuel Trujillo, máximo accionista del Real Murcia, declaró el pasado jueves en Murcia, en plena tormenta deportiva, que «gracias al negocio de Nueva Condomina se ha mantenido vivo al Real Murcia. Nadie nos ha dado nada. La afición, ingenuamente, piensa que se gana mucho dinero con la vivienda, pero no es así», añadió. Se ve que ahora el negocio no da para amamantar el primer equipo de fútbol de la Región. ¡Quién lo diría con tantos millones como se han movido de aquí para allá!
¿Qué operaciones urbanísticas han realizado Samper y Trujillo? Principalmente urbanizar los terrenos y comprar y vender suelo y locales comerciales. ¿Cuántas viviendas han promovido? Según el concejal de Urbanismo de Murcia, Fernando Berberena, alrededor del estadio sólo se han construido hasta ahora dos torres en sendas parcelas, con unas 350 viviendas. Samper y Trujillo son dueños del 40% de una de las torres. El resto es de otro propietario. Y ahí queda por ahora la oferta inmobiliaria de los dueños del Real Murcia, según el concejal.
Lo demás está por desarrollar y edificar en la parte que le toque a Samper (unas 800 viviendas de lujo), ya que el resto son parcelas en venta o propiedad de otros.
Ésta parece ser la foto fija del negocio urbanístico, que tuvo su punto de partida en el proceso de reparcelación de una superficie total de 2,1 millones de metros cuadrados. No todos eran terrenos de Samper, sino que la mayor parte (1,1 millones de metros) correspondía a un particular (un farmacéutico de Murcia) y una pequeña porción a otros propietarios. Samper y Trujillo aportaron 800.000 metros cuadrados a través de la empresa Sport Management and Project, que los adquirió a los cooperativistas de La Ladera, no sin una denuncia por presunta estafa que los vendedores perdieron ante los tribunales.
De aquella reparcelación, Sport Management y Desarrollos Nueva Condomina se hicieron con 331.211 metros cuadrados residenciales y otros 230.000 metros cuadrados de uso terciario. Los primeros con una edificabilidad de 0,4 metros cuadrados sobre metro cuadrado, aumentando significativamente sobre un coeficiente inicial de 0,09. El resto del suelo se lo repartían Torre Alcayna (el principal particular) y, en menor proporción, Ideas y Desarrollos Urbanos y pequeños propietarios.
El Ayuntamiento de Murcia se quedó con pequeñas parcelas fiduciarias. Todos los propietarios estaban sujetos por el convenio, según Fernando Berberena, y debían contribuir al mismo en proporción al suelo, aunque el ejecutor es Desarrollos Nueva Condomina. En el Boletín Oficial que se publicó el convenio, no obstante, sólo figuran el Ayuntamiento de Murcia, Sport Management y el Real Murcia.
ENTRAMADO DE SOCIEDADES
De acuerdo con la cronología de lo publicado, Jesús Samper y Joaquín Romeu, presidente de aquel Real Murcia resucitado en 1999, no tenían terreno cuando se firmó el Protocolo, según consta en la Gerencia de Urbanismo. El acuerdo se resumía en un nuevo estadio y un campo de golf. Entre las intenciones y la euforia aparecía además un empuje al Real Murcia para subirlo a Primera. Esto a cambio del «aprovechamiento urbanístico susceptible de enajenación o explotación comercial que se generen, ya que se consideran medios necesarios para poder desarrollar y financiar el proyecto, junto con la subvención del Ayuntamiento que se determinará en el convenio», señalaba el texto.
Los terrenos de la zona norte ya podían estar en el punto de mira. Seis meses después del Protocolo, la sociedad Sport Management, constituida al efecto, compró los 800.000 metros cuadrados a la cooperativa La Ladera. Luego vendió las parcelas a Santa Mónica, propietaria del Real Murcia. Samper se vendía a sí mismo. Acto seguido, la junta de compensación designó a la empresa Desarrollos Nueva Condomina para urbanizar y ejecutar el convenio.
Esta empresa, también de Samper y Trujillo, tampoco poseía ni un metro cuadrado. Ni falta que le hacía, ya que la ley lo permite. Asumió la figura del urbanizador y recuperó su fuerte inversión recibiendo de todos los propietarios (Samper de nuevo a sí mismo) el equivalente en parcelas residenciales y terciarias. Como resultado, Desarrollos Nueva Condomina se hizo con 230.000 metros cuadrados terciarios edificables y otros 181.211 residenciales, según datos de la Gerencia de Urbanismo de Murcia.
Se puede perder el hilo de este cruce de sociedades con fines diferentes, pero el concejal Berberena y los técnicos de la Gerencia defienden que se ajusta todo a la legalidad.
¿SE CUMPLE EL CONVENIO?
Según Fernando Berberena, sí. Los compromisos que obligaban a Samper y Trujillo eran el nuevo estadio de fútbol y el campo de golf de 18 hoyos. El primero ya fue entregado al Ayuntamiento (falta una escritura de obra nueva) y el segundo está pendiente de que se autorice el proyecto por parte de la oficina técnica municipal. Desarrollos Nueva Condomina tendrá 45 años de concesión una vez que lo construya. Ha abonado una fianza de 6 millones de euros. Si no cumple, es su problema.
El concejal indica que el convenio no obliga a más. Subraya que la ciudad deportiva, el centro médico y otras instalaciones van por cuenta de la empresa y están sujetas a su voluntad. Juan Manuel Trujillo dijo días atrás que cedía al Real Murcia 30.000 metros cuadrados para la ciudad deportiva.
Sociedades Santa Mónica: Empresa matriz de Jesús Samper. Tiene el convenio de patrocinio de la Real Federación Española de Fútbol. Compró hace diez años el Real Murcia y lo convirtió en sociedad anónima deportiva. Adquirió parte de los terrenos de La Ladera que le vendió Sport Management.
Real Murcia SAD: Jesús Samper y Juan Manuel Trujillo (mayoritario) tienen el 98%. Joaquín Romeu fue su presidente cuando se compró el club y se firmó el convenio urbanístico.
Sport Management and Proyect: Constituida para la compra de terrenos de La Ladera en 1999. Samper figuraba como administrador.
Desarrollos Nueva Condomina: Pertenece al Grupo Trusam, de Samper y Trujillo. Su misión es urbanizar y ejecutar el proyecto. Cobra en parcelas.
Otras sociedades: Desarrollos Nueva Condomina se vio acompañada por otros socios financieros que aportaron el 29% (Cajamurcia) y el 20% (Monte de Piedad de Sevilla y Huelva). Cajamurcia se salió y vendió su parte en julio del 2002 a cinco inmobiliarias de Castilla La Mancha aglutinadas en la sociedad instrumental Ladrillos, Termoarcillas y Alabastros S.A. Por otra parte, el Grupo Eroski y FCC se encargaron de construir la zona comercial y el Estadio.