MURCIA/MARSELLA.- Un vecino de Águilas y otro de Lorca, ambos transportistas, Fernando Martínez Rubio y su tío político, Javier Moreno Navarro, figuran en la lista de pasajeros del avión de Germanwings que se ha estrellado este martes en los Alpes franceses. Así lo han confirmado fuentes, tanto del Ayuntamiento de Lorca como del de Águilas.
Los dos viajaban a la localidad alemana de Düsseldorf para recoger un camión que el primero iba a adquirir allí y transportarlo hasta España, según fuentes familiares.
Oficialmente, esta personas están declaradas "desaparecidas", han
indicado las mismas fuentes, tras añadir que los alcaldes
de Lorca y Águilas, Francisco Jódar, y Bartolomé Hernández,
respectivamente, se han puesto en contacto con las familias y se han
comprometido a movilizar todos los servicios y recursos de estos
ayuntamientos para la realización de cualquier gestión que consideren
oportuna.
El vecino de Águilas (en la imagen) es el
hijo de la propietaria de la conocida pastelería 'Katy', en la diputación de Calabardina, junto a Cabo Cope.
El alcalde de Lorca, Francisco Jódar, ha confirmado, a través de la familia, que uno de los pasajeros que iba en el avión siniestrado es un lorquino porque "la tarjeta de embarque coincidía con el vuelo y porque un familiar se había puesto en contacto telefónico con él y habían hablado antes de iniciar el vuelo", a quien le había dicho "tengo que colgar porque va a despegar el avión".
El alcalde de Lorca, Francisco Jódar, ha confirmado, a través de la familia, que uno de los pasajeros que iba en el avión siniestrado es un lorquino porque "la tarjeta de embarque coincidía con el vuelo y porque un familiar se había puesto en contacto telefónico con él y habían hablado antes de iniciar el vuelo", a quien le había dicho "tengo que colgar porque va a despegar el avión".
Con lo que "sabemos que esa persona iba en el avión, de momento",
ha indicado Jódar, aunque, ha querido matizar que "aún está por
confirmar oficialmente, con lo que esta persona está en situación
jurídica de desaparecido, no de fallecido, hasta que la compañía área no
saque la lista definitiva de pasajeros".
"No obstante me he puesto en contacto con la familia y he puesto el Ayuntamiento a su disposición para lo que puedan necesitar", ha manifestado.
El primer edil ha explicado en rueda de prensa que también se ha puesto en contacto con la alcaldesa de Puerto Lumbreras, María Ángeles Túnez "porque parece ser que la madre de uno de los pasajeros del avión o un familiar es de Puerto Lumbreras, poniéndonos de acuerdo para facilitarle todo lo que podamos", extremo que finalmente no ha sido así porque ese familiar viajó luego en otro vuelo.
"Parece ser que otro de los fallecidos es de Águilas, pero estoy pendiente de ponerme en contacto con el alcalde", ha añadido, "pero seguimos a la espera de noticias concretas para tomar decisiones".
Francisco Jódar, que ha anunciado, asimismo, que todos los actos previstos para esta tarde en el municipio se han suspendido, ha indicado que siguen recopilando datos.
"No obstante me he puesto en contacto con la familia y he puesto el Ayuntamiento a su disposición para lo que puedan necesitar", ha manifestado.
El primer edil ha explicado en rueda de prensa que también se ha puesto en contacto con la alcaldesa de Puerto Lumbreras, María Ángeles Túnez "porque parece ser que la madre de uno de los pasajeros del avión o un familiar es de Puerto Lumbreras, poniéndonos de acuerdo para facilitarle todo lo que podamos", extremo que finalmente no ha sido así porque ese familiar viajó luego en otro vuelo.
"Parece ser que otro de los fallecidos es de Águilas, pero estoy pendiente de ponerme en contacto con el alcalde", ha añadido, "pero seguimos a la espera de noticias concretas para tomar decisiones".
Francisco Jódar, que ha anunciado, asimismo, que todos los actos previstos para esta tarde en el municipio se han suspendido, ha indicado que siguen recopilando datos.
Tanto el Consistorio de Lorca como el de Águilas han suspendido los actos institucionales previstos para esta tarde.
Desde
el Teléfono Único de Emergencias '1-1-2' de la Región de Murcia han
confirmado este mediodía dos llamadas de personas interesándose por el
accidente del avión que cubría el trayecto Barcelona-Düsseldorf con el
código GW9525, que han sido remitidas al gobierno de la Generalitat de
Cataluña.
Un testigo que vio el avión de la compañía Germanwings poco antes de que se estrellara afirmó hoy que le sorprendió la poca altitud a la que volaba el aparato en una zona tan montañosa, aunque no percibió ningún otro elemento que delatara que el aparato se encontraba en problemas.
"Lo único que me extrañó es que a esa altura no iba a poder atravesar la montaña", indicó por teléfono Sébastien Giroux, que regenta una serrería en el municipio de Prads-Haute-Bléone.
Giroux apuntó que no vio humo ni escuchó ruidos extraños poco antes del choque del avión.
El testigo dijo que no presenció el momento exacto del accidente, que tuvo lugar poco después de las 10.47 hora local, y precisó que tampoco escuchó el impacto, debido a que este tuvo lugar a una decena de kilómetros de donde él se encontraba.
Hipótesis sobre las causas
Se baraja la hipótesis de que el accidente se haya debido a una "congelación de los sistemas". Según un controlador aéreo, el siniestro ha tenido que ser "un fallo masivo y repentino" por el "súbito descenso en el altímetro".
Una incidencia similar estuvo a punto de hacer caer un avión de Lufthansa con 109 pasajeros a bordo que acababa de despegar de Bilbao con destino a Múnich el pasado 5 de noviembre.
En este incidente, que fue calificado por las autoridades internacionales (OACI) de grave, la situación fue tan comprometida que el fabricante del aparato (un Airbus 321) emitió un boletín de seguridad para que las tripulaciones que operan este modelo tuvieran en cuenta lo sucedido y pudieran obrar en consecuencia.
Saltó la alarma de los sensores que controlan la velocidad de pérdida. Se trata de unas sondas que advierten de que la aeronave vuela de forma demasiado lenta y que corre el riesgo de caer de manera incontrolable. Esta alerta, que pudo manifestarse por la congelación de los dispositivos, activó un sistema de seguridad que hizo que el morro del 'Airbus 321' virara automáticamente hacia abajo para ganar velocidad. De esta forma, el avión de Lufthansa comenzó a descender de una manera "no brusca" pero sí notable. El vuelo LH-1829 pasó entonces a estar controlado por una ayuda informática.
En poco más de un minuto, descendió unos 4.000 pies (unos 1.200 metros). Por fortuna, la tripulación fue capaz de desconectar buena parte de los sistemas computerizados para tomar el control manual del aparato y frenar el descenso. Y lo hizo, sobre todo, porque se percató de que la señal enviada por los sensores era falsa. Es decir, el aparato volaba a una velocidad adecuada y no había riesgo previo de entrar en pérdida. El 'Airbus 321' recuperó después algo de altura y continuó trayecto con relativa normalidad hacia Múnich, donde aterrizó sin problemas cerca de dos horas después.
La congelación de la sonda de temperatura exterior fue también la causa del accidente del avión de Air France que, en su ruta de Río de Janeiro a París, cayó al océano Atlántico el 1 de junio de 2009 con 228 víctimas.
Un testigo que vio el avión de la compañía Germanwings poco antes de que se estrellara afirmó hoy que le sorprendió la poca altitud a la que volaba el aparato en una zona tan montañosa, aunque no percibió ningún otro elemento que delatara que el aparato se encontraba en problemas.
"Lo único que me extrañó es que a esa altura no iba a poder atravesar la montaña", indicó por teléfono Sébastien Giroux, que regenta una serrería en el municipio de Prads-Haute-Bléone.
Giroux apuntó que no vio humo ni escuchó ruidos extraños poco antes del choque del avión.
El testigo dijo que no presenció el momento exacto del accidente, que tuvo lugar poco después de las 10.47 hora local, y precisó que tampoco escuchó el impacto, debido a que este tuvo lugar a una decena de kilómetros de donde él se encontraba.
Hipótesis sobre las causas
Se baraja la hipótesis de que el accidente se haya debido a una "congelación de los sistemas". Según un controlador aéreo, el siniestro ha tenido que ser "un fallo masivo y repentino" por el "súbito descenso en el altímetro".
Una incidencia similar estuvo a punto de hacer caer un avión de Lufthansa con 109 pasajeros a bordo que acababa de despegar de Bilbao con destino a Múnich el pasado 5 de noviembre.
En este incidente, que fue calificado por las autoridades internacionales (OACI) de grave, la situación fue tan comprometida que el fabricante del aparato (un Airbus 321) emitió un boletín de seguridad para que las tripulaciones que operan este modelo tuvieran en cuenta lo sucedido y pudieran obrar en consecuencia.
Saltó la alarma de los sensores que controlan la velocidad de pérdida. Se trata de unas sondas que advierten de que la aeronave vuela de forma demasiado lenta y que corre el riesgo de caer de manera incontrolable. Esta alerta, que pudo manifestarse por la congelación de los dispositivos, activó un sistema de seguridad que hizo que el morro del 'Airbus 321' virara automáticamente hacia abajo para ganar velocidad. De esta forma, el avión de Lufthansa comenzó a descender de una manera "no brusca" pero sí notable. El vuelo LH-1829 pasó entonces a estar controlado por una ayuda informática.
En poco más de un minuto, descendió unos 4.000 pies (unos 1.200 metros). Por fortuna, la tripulación fue capaz de desconectar buena parte de los sistemas computerizados para tomar el control manual del aparato y frenar el descenso. Y lo hizo, sobre todo, porque se percató de que la señal enviada por los sensores era falsa. Es decir, el aparato volaba a una velocidad adecuada y no había riesgo previo de entrar en pérdida. El 'Airbus 321' recuperó después algo de altura y continuó trayecto con relativa normalidad hacia Múnich, donde aterrizó sin problemas cerca de dos horas después.
La congelación de la sonda de temperatura exterior fue también la causa del accidente del avión de Air France que, en su ruta de Río de Janeiro a París, cayó al océano Atlántico el 1 de junio de 2009 con 228 víctimas.