Campos compareció esta tarde en la Asamblea Regional, a petición propia, para detallar las actuaciones que se desarrollaron para el control y la extinción de este fuego, el mayor registrado en la Región de Murcia en los últimos 16 años.
El responsable de Justicia y Seguridad Ciudadana indicó la posibilidad de que en el siniestro medioambiental participaran más de dos personas, dado que los dos focos de fuego se originaron en apenas diez minutos a pesar de la larga distancia entre ambos.
En este sentido, recordó que el autor de este tipo de delito se enfrenta a penas de prisión de uno a cinco años, así como a una multa de doce a 18 meses, tal y como contempla el artículo 354 del actual Código Penal. No obstante, al poder considerarse los hechos como un delito contra la flora y la fauna la pena total podría alcanzar los diez años de prisión.
Campos lamentó que “el mayor peligro para los bosques lo constituya el hombre, cuyos actos imprudentes o las acciones dolosas de los pirómanos amenazan con destruir la reserva forestal de gran parte de nuestro bosque”, y abogó por la educación y la prevención para luchar contra este tipo de desastres.
El consejero propuso que se establezcan controles policiales en los accesos a las zonas afectadas por el fuego con el objetivo de detener al responsable o responsables del siniestro.
Asimismo, el consejero subrayó que “la rapidez, eficacia y perfecta coordinación” de todos los efectivos que participaron en la extinción del incendio declarado en la Sierra del Molino, en Calasparra, junto a unas condiciones meteorológicas favorables, evitó que la superficie quemada fuera casi cinco veces mayor.
A falta de una estimación definitiva de la superficie calcinada, el titular de Justicia y Seguridad Ciudadana señaló que “la última evaluación vía satélite revela que la masa forestal afectada podría rondar las 600 hectáreas, aunque pudieron arder unas 3.420 hectáreas”, según los datos de la simulación realizada por el Ministerio de Interior y remitidos a la Dirección General de Seguridad Ciudadana y Emergencias.
Evolución del incendio
El incendio se declaró en la falda de la Sierra del Puerto sobre las 19:00 horas y, en apenas diez minutos, se detectó otro foco al sur de la Sierra del Molino, situada en el lado opuesto a la primera zona incendiada.
La velocidad del viento local de poniente -entre los 21 y 26 kilómetros por hora-, la humedad del aire y las altas temperaturas facilitaron que el fuego se propagara muy rápido, con una velocidad de carrera entre los 4,5 y 10 kilómetros por hora, por lo que las llamas recorrieron una media de 61,4 metros por minuto.
La gravedad de la situación conllevó al Gobierno regional a elevar en tan sólo dos horas de 1 a 2 el nivel de alerta del Plan Infomur, lo que a su vez implicó la petición de ayuda a otras comunidades autónomas. Las llamas recorrieron las solanas de la Sierra del Molino y de la Albarda, saltó hacia el barranco del río Quípar y se adentró en la umbría de la Sierra de la Palera, en el término municipal de Cieza. El perímetro del incendio era de 25 kilómetros a la redonda y 6,5 kilómetros a lo largo.
Los efectivos trabajaron día y noche en las labores de extinción del fuego, que finalmente se dio por controlado tres días después de su inicio y se declaró extinguido el 17 de septiembre. Unos 875 personas participaron en su extinción, entre bomberos, brigadas forestales, policías locales, voluntarios de Protección Civil, miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME), 237 vehículos, 16 medios aéreos y el Avión de Coordinación de Medios Aéreos (Acovi).
También las comunidades autónomas vecinas de Castilla-La Mancha y Andalucía sumaron sus medios aéreos al dispositivo de extinción.
El presidente del Ejecutivo regional, Ramón Luis Valcárcel, se desplazó a la zona del incendio, desde el primer momento, para seguir in situ la evolución del fuego. También acudieron los consejeros de Justicia y Seguridad Ciudadana, Manuel Campos, y de Agricultura y Agua, Antonio Cerdá; el director general de Seguridad Ciudadana y Emergencias, Luis Gestoso; el director general de Patrimonio Natural y Biodiversidad, Pablo Fernández; y los alcaldes de Calasparra, Jesús Navarro, y de Cieza, Antonio Tamayo.
La repoblación forestal
Campos resaltó que las llamas arrasaron grandes extensiones de un espacio vegetal de elevado valor ambiental, que está calificada como Zona Especial de Protección de Aves (ZEPA) y Lugar de Interés Paisajístico Comunitario (LIC), si bien matizó que no sufrieron ningún daño los enclaves arqueológicos de El Pozo, Calderones, Enredadera y Serreta.
La superficie calcinada estaba cubierta por bosque de pino carrasco, matorral, espartal y pastizal, a la vez que se destruyó el hábitat de especies, como la cabra montés, jabalí, perdiz, conejo, búho real, halcón peregrino y águilas reales, perdiceras y calzadas.
El consejero explicó que la repoblación de la zona quemada en la Sierra del Molino, que comenzará este año y se prolongará hasta 2015, se realizará en dos fases. En la primera, se eliminarán árboles quemados para evitar plagas y se harán actuaciones de sujeción del suelo para evitar la erosión y tratamientos fitosanitarios. Y a continuación, entre los años 2012 y 2015, se repoblarán las zonas donde no haya crecido arbolado, se repararán caminos y se ejecutarán áreas de cortafuegos.