El carácter popular de la prensa se ve en su tendencia a lo melodramático, apasionado y excesivo. Feroz duelo
es una expresión muy curiosa. Quiere transmitir una idea de combate
encarnizado aunque, si se considera bien, resulta sorprendente. Si es un
duelo, no podrá ser feroz porque los duelos, precisamente, son
luchas o combates que, aun siendo a muerte, están sometidos a reglas y
normas y guardan cierta frialdad y distanciamiento. Es decir, si es feroz, no será duelo sino, quizá, una pelea a garrotazos y trompadas.
A
propósito de esto último, parece que la que le dieron a Rajoy el martes
ha sido objeto de bromas en una reunión de la UE en Bruselas. En casa,
fuera de los dicterios de los comunicadores de la derecha, que son casi
todos, el percance no ha paralizado la campaña electoral, pero sí ha
conseguido que no se hable de otras cosas como el revolcón de Rajoy en
la Sexta, la corrupción y el desgobierno.
Los dos partidos mayoritarios de la izquierda, PSOE y Podemos, hablan del voto útil
y prácticamente en los mismos términos. Cada uno por su lado dice que
es la única opción de echar a la derecha. Voto útil. IU no recurre a él
porque no puede atribuirse esa fuerza en contra de la derecha ya que su
intención de voto es muy baja. Esta tercera opción de la izquierda, para
compensar tiene el discurso más radical de los tres. Es la única que
plantea referéndum República/Monarquía que los dos partidos grandes de
la izquierda consideran que no toca, como siempre.
La
izquierda llega a las elecciones dividida, como se sabía. Sin duda hay
una diferencia: antes estaba dividida en dos, PSOE e IU y ahora lo está
en tres, pues se ha sumado Podemos que no ha conseguido aniquilar a IU y
mucho menos al PSOE. En esta situación, la teoría del voto útil es
inevitable y probablemente verídica se vote al partido que se vote. Pero
no es enfrentamiento. Parece mentira tratándose de España pero la
verdad es que las izquierdas han mantenido cierto decoro en la campaña y
no se han insultado ni maltratado mucho de palabra. Cierto, los del
PSOE resucitan la teoría de la pinza esta vez entre PP, C's y Podemos, y
los de Podemos han pedido reiteradamente el voto a los "socialistas de
corazón" que hay en el PSOE. En general, un intercambio muy llevadero.
IU, a su vez, ha ido ascendiendo en apoyos y, de haber comenzado la
campaña como un pecio a la deriva, se ha convertido en una flotilla de
cierta presencia.
Así
pues, hay un posible resultado del 20D que, efectivamente, dibuja un
gobierno tripartito de izquierda (PSOE, Podemos, IU) frente a una
derecha tan debilitada que, aun sumando las dos fuerzas PP y C's no
llegarían a la mayoría absoluta. Es la primera vez que la derecha se
presenta desunida desde las elecciones de los años 80 del siglo XX. Y
parece que eso supondrá un lastre para la parte más dinámica. Llegado
al cénit de la gloria, C's es objeto ahora de intenso escrutinio público
que ha revelado muchas inconsistencias, incongruencias y zonas oscuras
en su discurso y actuación. Quizá sea la razón por la que viene bajando
en los sondeos. Al PP no le va mejor. La chufa a Rajoy no cambiará la
bajísima opinión que los ciudadanos tienen del presidente indecente. Por
doquiera que va lo increpan, llamándolo ladrón o deseándole que sea fuerte. Su tendencia de voto es a la baja.
No
hay mas voto útil que el de izquierda para un gobierno tripartito o,
según sean los resultados de las elecciones, uno monocolor con apoyo
parlamentario de los otros dos. De eso anda ya convencida mucha gente.
Entre ella la derecha que también anda hablando de voto útil. ¿Acaso no
propone el PP una gran coalición con el PSOE aunque sin Sánchez, claro,
al que Rajoy no puede ver ni en pintura? Claro que Rajoy quizá no esté
para dar órdenes después del 20D. Rivera, por ejemplo, ha aclarado en
ocasiones que cualquier alianza con el PP sería sin Rajoy.
El
gobierno de la izquierda es una posibilidad seria. Precisamente un
sector de su ala más radical en el entorno de IU acusa a Podemos de haber
cambiado de programa paulatinamente desde uno revolucionario a otro, el
actual, pactista, conservador, en definitiva, socialdemócrata. De
ser así, ello facilitaría enormemente la formación de ese gobierno de
izquierda a base de la alianza de la vieja con la nueva
socialdemocracia. Con ello, Rajoy desaparecería, hecho que probablemente
celebrara con algazara todo el personal. Ya solo con eso, el país
estaría de enhorabuena.
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A
los únicos a los que la diferencia en los resultados de las elecciones
del domingo deja indiferentes es a los independentistas catalanes
porque, salga el gobierno que salga, no habrá referéndum catalán.
Podemos lo ha defendido recientemente, aunque no con grandes vítores a
fin de ser coherente consigo mismo pero sin arriesgarse a perder las
elecciones en España. Pero el PSOE está cerrado en banda a la idea. No
habrá, pues, referéndum. Muchos independentistas plantean que este
carece de sentido. En una entrevista, Carme Forcadell sostiene que no se
precisa referéndum alguno pues hay un mandato claro de las elecciones
del 27 de septiembre, con lo que en 18 meses ha de darse la
independencia que será completa cuando Cataluña sea miembro de pleno derecho de las Naciones Unidas.
Está claro que, para ese plan, no van a encontrar aliado alguno en
España. Ni Podemos, dispuesto a organizar un referéndum (que no podrá
poner en marcha) pero no a apoyar una DUI. El resultado de las
elecciones en España es irrelevante para Cataluña.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED