MADRID.- Nada más anunciarse la posibilidad de un SIP liderado por Cajamurcia e integrado por la catalana Caixa Penedés y la andaluza Caja Granada, ya han comenzado los movimientos serios de la Generalitat de Cataluña y Junta de Andalucía para tratar de evitar que el centro de decisión política sobre ellas pase de Barcelona y Sevilla a Murcia. Las cuatro cajas de ahorros tienen previsto firmar, en principio el próximo lunes, el protocolo para poner en marcha el SIP. La firma tendría lugar en Madrid en el marco de una reunión de trabajo prevista entre los respectivos presidentes.El Gobierno catalán, que desde el principio ha expresado su deseo de que las entidades de la Comunidad se refuercen con fusiones entre ellas, no ve con agrado esa dependencia de sectores foráneos al mundo financiero y económico propio, y así lo ha hecho saber a quien corresponde.
El Ejecutivo catalán, que ahora tiene competencias sobre los órganos de gobierno de las cajas de su territorio, no tendrá tutela sobre el Sistema Institucional de Protección (SIP) en forma de banco en que eventualmente participaría Caixa Penedès (con Cajamurcia como líder, más S'a Nostra y Caja Granada), lo que no hace absolutamente ninguna gracia en el Palau de San Jordi.
Parece que la Generalitat ha trasladado a Caixa Penedés que, ya que no ha tomado aún ninguna decisión formal, antes de hacerlo valore todas las posibilidades, y si existen opciones alternativas, que las considere desde su respetada independencia. Está claro que lo de Murcia le parece una salida de tono sin sentido alguno desde la óptica catalana y de los intereses genuinos de Cataluña.
En Andalucía, tanto PP como PSOE, recriminan a la Junta que no haya hecho nada por evitar el primer paso dado por Caja Granada hacia un variopinto SIP liderado desde Murcia (provincia colindante de una región vecina) cuando el objetivo es unificar todo el poder financiero regional en favor de los intereses generales de los propios andaluces en un momento de fuerte desempleo y necesidad de inversiones para superar los efectos de una lacerante crisis económica.
Aspromonte, sindicato mayoritario en CajaSur, exigió hoy a la Junta de Andalucía "que aclare inmediatamente a todos los andaluces por qué no se ha vetado" la creación de un SIP o 'fusión fría' entre Caja Granada y Caja Murcia, "al igual que se hizo en su momento con el proyecto de CajaSur y Caja Murcia. ¿Existen cajas de primera y cajas de segunda?", se pregunta.
El consejero de Gobernación y Justicia, Luis Pizarro, manifestó a continuación haberle "sorprendido mucho" la decisión tomada por el consejo de Caja Granada y añadió que le hubiera "gustado más" una alianza con cajas andaluzas. El consejero de Gobernación insistió en sentirse "sorprendido", ya que recordó que "pusieron pegas a una alianza similar con cajas andaluzas.
No sólo el consejero de Gobernación y Justicia, Luis Pizarro, ha hablado y considera que el máximo responsable de Caja Granada, Antonio Jara, tendrá que "explicar bien" a la opinión pública andaluza el sentido de la fusión, de esa "alianza estratégica" "con dos cajas de Cataluña y una de Murcia", aunque ese SIP le suponga añadir cinco oficinas a su actual red.
También el de Economía, Innovación y Ciencia, Antonio Ávila, quien afirmó hoy que, cuando tengan que pronunciarse al respeto, lo harán atendiendo "de manera específica" a los impositores, ahorradores y trabajadores de la caja así como por el desarrollo de la obra social y que velarán igualmente porque "los pasos que se dan suponen un reforzamiento del sistema financiero andaluz".
A su juicio, todavía es una decisión que adoptó el consejo de administración sobre un protocolo de intenciones que se tiene que consolidar por el propio consejo de administración y luego ser remitido a la asamblea de la caja, que tiene que aprobarlo por mayoría reforzada, y "será entonces cuando, con toda la información, que todavía no tenemos sobre el SIP, el Gobierno andaluz tenga que pronunciarse sobre la autorización administrativa, que tiene además un carácter vinculante", ha sentenciado este consejero.
El vicesecretario del PSOE andaluz, Rafael Velasco, pidió hoy explicaciones sobre cómo el recientemente aprobado SIP fortalecerá el sistema financiero andaluz, una postura que, según reiteró, mantiene el partido desde el pasado día 31 de mayo.
Velasco indicó que aún se desconoce la repercusión que tendrá esta unión de cajas para el sistema financiero andaluz.
"Si va a fortalecer el sistema financiero andaluz estamos encantados, pero que se nos explique", dijo el vicesecretario del PSOE-A antes de hacer referencia a ciertos datos "que no nos gustan mucho" relacionados a "prejubilaciones y cierres de oficinas" relativos a los datos del proyecto.
Para terminar, Velasco pidió que se dijeran las "alternativas" que existen a este proceso y que, sobre todo, "que se explique" la decisión tomada por Caja Granada. E indicó que este tipo de acciones "se hacen y se dicen cuando están hechas".
Tal vez es por ésto que el presidente de Caja Granada, el murciano Antonio Jara, en una carta a los empleados, reconoce que los "inevitables" ajustes exigidos por este nuevo escenario, serán "oportunamente negociados" y, a su juicio, "no deben generar inquietud en la plantilla", para concluir que la entrada en el SIP no es la única alternativa.
Debe haber oído al secretario general de CCOO en Andalucía, Francisco Carbonero, quien consideró que decisiones como la tomada por Caja Granada para entrar en un SIP con CajaMurcia, Sa Nostra y Caixa Penedés, "son muy equivocadas" y lamentó la actuación de PP y PSOE en el consejo de administración de la caja granadina, de forma que "la única que mantuvo sus convicciones y no votó a favor de este SIP fue CCOO, pues apoyarlo sería entregar la caja a la gestión de un banco privado con cédulas propiedad de CajaMurcia, y eso es acabar con la función social de las cajas".
"Los partidos políticos han jugado con una estrechez de miras tremenda en Caja Granada", agregó Carbonero, quien recordó que CCOO no está de acuerdo con la fórmula de los SIP "que no son lo más apropiado".
Precisó que el sindicato "sólo podría estar de acuerdo con los SIP siempre que sea gestionado por una caja de cajas".
"Un SIP podría terminar con las cajas y Caja Granada va en camino de ceder su gobierno y absolutamente todo a la presión de los que provocaron la crisis; aprobar entrar en el SIP supone una cesión sin precedentes a los neoliberales", se lamentó Carbonero.
Se desconocen, pues, si han existido, o no, hasta la fecha movimientos formales de la Junta para que Caja Granada, en manos socialistas, vuelva al redil antes de contraer mayor compromiso con ese SIP que desde Sevilla no ven nada claro para esos intereses generales de Andalucía. Parece que sí y determinantes en el fondo más que en la forma. No sería una decisión sin consecuencias posteriores para sus responsables directos en lo que se puede considerar una especie de traición al resto de andaluces. La situación ya no sería cómoda para nadie si Caja Granada se descuelga.
Aparentemente, el Gobierno andaluz está, por ahora, mudo: ni aclara ni precisa públicamente cuál es su hoja de ruta, mientras ve "impotente" cómo Caja Granada se ha subido a hombros de cajas más fuertes que ella para buscar su supervivencia fuera de Andalucía, lo que ha provocado el pronunciamiento en contra de prácticamente todas las fuerzas políticas y sindicales. Así, Caja Granada nada contra corriente de la mayoría social, posiblemente incluso dentro de su propia ámbito provincial.
Los planes que durante los últimos diez años han vendido los socialistas andaluces de: primero, una caja única; después, una gran caja; y más tarde de un mapa liderado por dos torres, se han roto. También, la idea del Gobierno de José Antonio Griñán de "rechazar cualquier fusión" con cajas de otras regiones, como hace un año aseguraba la entonces consejera de Economía, Carmen Martínez Aguayo.
Los socialistas andaluces van a retomar, por otra parte, la idea de impulsar ahora algo que figuraba en sus planes desde hace tiempo: la fusión de la malagueña Unicaja y la sevillana Cajasol, como primer paso de la fase final de una sola caja.
Y nadie descarta que para esa superior tarea, antes haya que solucionar los flecos de las cajas más díscolas, que utilizan la presión de quedar fuera de control para conseguir una mejor posición negociadora interna.
El coordinador general de IULV-CA, Diego Valderas, criticó, por su parte, la "miopía" del sector financiero andaluz y advirtió que con la aceptación de que Caja Granada se sume a una alianza estratégica mediante un Sistema Integrado de Protección (SIP) con entidades foráneas, "Andalucía perderá una caja para que Madrid gane un banco".Además, el líder de IULV-CA consideró que con el hecho de convertir en banco a las cajas de ahorro "se perderá" la naturaleza pública de las mismas, lo que calificó como "un gran problema" debido a que "no va a contribuir a la creación de empleo ni a la recuperación económica".
Por otra parte, Valderas destacó que las cajas de ahorro hacen "caso omiso" a las recomendaciones de la Junta de Andalucía, pese a que "muchos miembros de los consejos de administración pueden llamarse cercanos al partido socialista, pero hacen caso omiso porque juegan a otros intereses por encima del ahorro andaluz".
Finalmente, se preguntó dónde va a liquidar sus ingresos esa nueva estructura bancaria, así como si va a contribuir en Andalucía o en Madrid, ya que en el caso de que contribuya en la capital de España, "Andalucía perderá, digan lo que digan", matizó.
La Asociación Andaluza por la Tasación de las Transacciones Financieras Especulativas también define como una privatización encubierta la fusión fría a la que se somete Caja Granada porque puede desvirtuar la finalidad social de las cajas de ahorro implicadas.A su juicio, se deja la puerta abierta a una reorientación de sus negocios, a un endurecimiento de las condiciones para acceder al crédito y a la participación de los bancos en las propias cajas mediante la adquisición de acciones.
ATTAC recuerda el deseo de la banca comercial por reducir la influencia de las cajas en el sistema financiero. Sus integrantes consideran que, con estos pasos, se pierde transparencia en la economía andaluza.
"El sistema financiero de nuestra Comunidad muestra síntomas de debilidad pero las fusiones como la pactada entre Caja Granada, CajaMurcia, la balear Sa Nostra y la catalana Caixa Penedés, no contribuyen a reforzarlo, según el presidente de ATTAC, Carlos Martínez, quien recomienda al Gobierno andaluz una vigilancia especial en la nueva composición jurídica de Caja Granada para evitar la entrada en su accionariado de bancos o sociedades especulativas.
El vicesecretario de los socialistas andaluces, Rafael Velasco, mostró, por eso, su intención de profundizar junto con las entidades financieras andaluzas en ver la mejor opción para conseguir que el sistema financiero andaluz culmine "en las mejores condiciones" tras el proceso de renovación marcado por el Banco de España, si bien advirtió que "toda prudencia es poca" a la hora de abordar decisiones y acciones en el sistema financiero.
Finalmente, desde la sociedad civil de las islas Baleares pocos ven clara la inclusión de S'a Nostra, la pequeña caja de ahorros regional, por diluida en un proyecto de intereses tan diversos, algunos inconfesables, y, sobre todo, la pérdida de control sobre sus ahorros e inversión en beneficio de un desconocido y oscuro señor de la lejana y extraña Murcia, en esta especie de fusión a la baja.
Lo explica con contundencia Toni Baos, portavoz de CCOO: "Los financieros han provocado esta crisis y no creo que una fusión que ahonda en la filosofía del gran tamaño para grandes clientes nos devuelva el crédito".
El líder patronal de los hoteleros, Antoni Horrach, piensa que la integración de S'a Nostra en el grupo de Cajamurcia puede suponer una pérdida de poder de decisión. "Nadie mejor que S'a Nostra para evaluar esta decisión, que seguro que es interesante y meditada, pero sí que es posible que se pierda un poco el carácter local. Y es importante, porque S'a Nostra es "sa nostra", nuestra caja".
Es la que menos claro parece tenerlo a día de hoy en espera del pronunciamiento de sus órganos de gobierno para defender los intereses de las islas. Tampoco se ha dicho aún palabra alguna desde La Almudaina, sede del gobierno socialista balear, al margen de las convenientes del
conseller de Economía y Hacienda, Carles Manera, aunque se sabe que una asociación en manos de una caja castellana no es la opción ideal para el futuro inmediato de una entidad del mundo identificado por la cuatribarrada que, además, perderá con el SIP 18 sucursales de las que tiene.
Pero se pasaría por todo para ganar la solvencia perdida si la sede del futuro SIP estuviese en Palma ya que no está todavía tomada la decisión de que sea Madrid porque hay quien aún alberga la esperanza de llevársela también a Murcia.
Cajamurcia es la gran beneficiada porque en el intercambio de redes comerciales ganará 26 oficinas y no tendrá que hacer ningún despido entre sus 2.250 empleados, muy al contrario que Caixa Penedés, por ejemplo, que dice sobrarle un tercio de su actual plantilla de 2.800 porque con el SIP encima pierde 23 sucursales.