Entre sondeos y debates, los analistas
políticos tenemos sobrecarga de trabajo y no damos abasto. El debate de
TV1 fue despreciado por los dirigentes de los grandes partidos y
ninguneado por la propia cadena, que quiso ponerlo a las 12:00, sin duda
para que nadie lo viera, dando precedencia a esa cosa inenarrable de B.
Osborne. Por fortuna, la JEC obligó a la tele a enmendar y emitir a las
10.00. Moderaba Julio Somoano, el agente del PP en RTVE que ha
conseguido hundir el canal público por su sectaristo y su fanatismo. Y
en dos horas tuvo que escuchar lo que estuvo censurando durante cuatro
años. Llevaba la mala follá en el rostro. Sin embargo, el debate estuvo
bastante bien y a ratos, mejor que el de Atresmedia. Y, aun tratándose
del apparatchiki pepero Somoano, este estuvo más correcto que la insoportable diva Ana Pastor en la cadena privada.
Al
grano. Anoche se pudo visualizar, para solaz de Palinuro, que, a pesar
de los pesares, hay una sintonía de base entre las tres fuerzas de
izquierda, PSOE, Podemos y Unidad Popular (IU) con discursos bastante
buenos, claros, constructivos y progresistas. Quien más me gustó fue
Garzón. Se entiende por qué no quieren invitarlo en otras partes: no se
altera, no divaga, no hace demagogia, va directo a los problemas y
aporta soluciones de izquierda. Hernando (PSOE) y Errejón (Podemos)
también bastante bien, aunque, a mi juicio, no tanto como Garzón. Cada
uno en lo suyo. Hernando muy contundente en la denuncia de la
corrupción del PP (por cierto, le quitaron la voz en mitad de su
parlamento y no dudo de que fue a propósito) y Errejón también estuvo
acertado a mi juicio en el asunto catalán. Propone un referéndum de
autodeterminación. Ya sé que Garzón también, pero en esto no es tan
claro ni muestra tanta comprensión del problema como Errejón. La castaña
que se dio Podemos en las catalanas pasadas le ha servido para
reflexionar.
Pero
hay algo aun más importante: las izquierdas ganan mucho cuando, en
lugar de pelearse entre ellas, concentran su fuego sobre el verdadero
adversario, que es el PP. Aquí todavía Errejón arrastra fantasmas del
pasado, como Iglesias, inercias doctrinarias de esas de repartir culpas
por igual entre PP y PSOE con lo cual lo único que consiguen es tirar
piedras contra su propio tejado (pues la alianza tripartita
PSOE-Podemos-IU a la portuguesa es, de momento, la única opción posible
de gobierno de izquierda) y, sobre todo, legitimar y embellecer al PP.
Algo ridículo. Cesen ya en sus ataques y concentren sus críticas en su
adversario común y el del pueblo español al que dicen defender. Solo un
pacto postelectoral de la izquierda puede salvar a este desgraciado
país. No jueguen más a la equidistancia; dejen esa demagogia para UPyD y
Ciudadanos, cuya única posibilidad es abrirse un hueco entre los dos
polos de la izquierda y la derecha que, en el fondo, no existe y los
llevará a una alianza con el PP.
La
derecha estaba representada por ese joven de catequesis con pinta de
tuno sin bandurria, que se pasó todo el programa mintiendo, soltando
embustes con ayuda de unos ridículos cuadros que cualquiera pueda hacer
en excel, como si el hecho de mostrar gráficos de barras inventados
diera mayor verosimilitid a las trolas que intentas colocar al
respetable. Júzguese: España crea empleo; empleo de calidad; las
pensiones no han bajado, sino que se han revalorizado; el gobierno
persigue con contundencia la corrupción; hay más becas, más estudiantes
estudiando, más trasparencia, menos desahucios; crecemos el doble que
Alemania. No sigo pues no merece la pena: el PP no tenía otro majadero
más a mano para enviar a la tele a colocar sus rollos y hubo de recurrir
a este caradura que enjareta las mentiras como si fueran churros.
Los demás contertulios, cada cual en su papel. El catalán, representante de Democràcia y Llibertat,
Miguel Puig, y el vasco, del PNV, Aitor Esteban, casi parecían de otro
planeta, diciendo cosas de puro sentido común, como que Cataluña y
Euskadi son dos naciones (no sé por qué no había ningún nacionalista
gallego que hablara en nombre de la tierra de mis mayores, otra nación) y
que, guste o no guste, España tendrá que acabar reconociéndolo, aunque
esto ya le daba un poco igual al catalán que se había pronunciado por la
independencia. En contra, el señor Andrés Herzog, de UPyD y la señora
Marta Rivera (no es pariente de su jefe) que en esto de negar la
plurinacionalidad de España y la posibilidad del referéndum formaban una
piña y era lo único que los animaba. En realidad UPyD no ha sido nunca
otra cosa que un intento de revertir el Estado autonómico al más puro
centralismo y C's ha nacido casi exclusivamente para hacer realidad el
lema joseantoniano de la "unidad de destino en lo universal" con unas gotas de
despido libre y anarcocapitalismo leído en algún ejemplar de Reader's Digest.
En
la organización territorial del Estado es en donde Hernando, del PSOE,
se sale del consenso de la izquierda. No contento con haber destruido
prácticamente su partido, poniéndolo a pactar todo (incluidos sus
principios) con la derecha, Rubalcaba dejó en su lugar a otro
reaccionario jacobino como él, Sánchez. En su ceguera españolista este,
no advierte que su seudopatriotismo de la legión, lleva a su partido al
desastre en Cataluña y, por extensión en España.
Había
una novena contertulia, representante de Unió, Montse Surroca, pero no
me quedé con nada de lo que dijo, y sospecho que los demás tampoco,
porque apenas se la entendía.
La impunidad de la delincuencia
Daba mucha risa ese atildado joven
portavoz del PP, diciendo en el debate de TV1 que en España no hay
impunidad de la corrupción. Recordaba a su jefe, el de los sobresueldos,
diciendo que en España "el que la hace la paga". Pero él todavía no ha
devuelto ni un chavo de los 400.000 machacantes en negro que, según
Bárcenas, se llevó desde los años 90, mientras decía a la gente que no
llegaba a fin de mes.
O
sea, la corrupción sí queda impune. ¿Cuántos ladrones del PP hay en la
cárcel? ¿Cuántos en libertad? En la cárcel están Fabra, Matas, Díaz
Ferrán, a los que ya era imposible no juzgar y condenar. Y ¿cuántos
están en libertad y, mientras no sean juzgados y condenados, serán
"presuntos"? Y ¿qué digo condenados si muchos imputados y procesados van
en las listas electorales de esta también presunta organización de
malhechores? Legión, son legión.
Y,
cada día que pasa, aumenta el goteo de sinvergüenzas. Hace un par de
meses se supo que el embajador Trillo y el diputado Pujalte -ambos
látigos peperos contra la corrupción del PSOE- cobraban suculentas
comisiones por asesorar verbalmente a empresas que luego obtenían
contratos públicos de las administraciones gobernadas por el partido de
los señores Trillo y Pujalte. Una granujada de las muchas que se dan en
esta manga de pillastres. Ahora se sabe que otro embajador, Gustavo de
Arístegui, y otro diputado, Gómez de la Serna, ambos del PP, llevaban
años pillando cantidades astronómicas por comisiones al conseguir
jugosos contratos para empresas a las que representaban mientras estaban
sometidos a las incompatibilidades que no respetaban.
¿Que
no hay impunidad para la delincuencia en España? Vamos, hombre, Casado,
no haga usted más el ridículo. Preguntado Rajoy qué le parecía que
estos dos sujetos, el embajador y el diputado cobraran sobresueldos,
contestó que, por lo se le alcanzaba todo era muy normal.
Claro, ¿qué va a decir un payo que estuvo veinte años cobrando
sobresueldos en negro? Que todo lo que sea forrarse con dineros públicos
está fenomenal.
Y nunca pasa nada. Sostenía Escolar en un gran artículo eso mismo, que no pasa nada.
Aznar pillaba comisiones, al parecer, siendo presidente; Naseiro, el
contable, se lo llevaba crudo; en Bankia circulaban las tarjetas black,
para darse el vidorro a costa de los contribuyentes; el ministro Soria
veranea en hoteles que le financia la trama corrupta; Rajoy gasta en
atender a su padre el dinero que no quiere gastar en los dependientes.
Nunca pasa nada. Nadie dimite. Nadie se mueve. Todo esto es muy
"normal".
Ayer mismo, día mundial contra la corrupción, todos los partidos catalanes firmaron un acuerdo contra la corrupción.
Todos menos el PP. Naturalmente, no tiene sentido firmar pactos contra
algo contra lo que no se tiene la menor voluntad de luchar porque, entre
otras cosas, uno mismo se beneficia de ello, lo fomenta y ampara.
Y no se tiene la voluntad de luchar porque la España de la derecha es el reinado mismo del robo y la estafa.
El
mismo pollo pera concluía en el debate de TV1 que no era de recibo
vincular a la Casa Real con la corrupción. Es posible que la hermana del
Rey y su marido, Urdangarin, no sean miembros de la Casa Real en
sentido estricto. Todo depende de cuál sea el sentido estricto de "Casa
Real". Y el Rey jubilado. ¿Tampoco forma parte de la Casa Real? Y qué
explicaciones ha dado este personaje de sus relaciones con Corinna zu
Seyn Wittgenstein y quién las financiaba o del origen de su fortuna,
calculada por la revista Forbes en 2.000 millones de dólares?
¿Qué no existe impunidad? Lo que no hay es justicia. La nueva reforma de la ley de enjuiciamiento criminal, al reducir el plazo de instrucción, ¿pretende algo distinto que los corruptos, ladrones y estafadores se vayan de rositas porque sus causas quedarán archivadas?
¿Cómo que no hay impunidad de la delincuencia si la han convertido en ley?
¿Qué no existe impunidad? Lo que no hay es justicia. La nueva reforma de la ley de enjuiciamiento criminal, al reducir el plazo de instrucción, ¿pretende algo distinto que los corruptos, ladrones y estafadores se vayan de rositas porque sus causas quedarán archivadas?
¿Cómo que no hay impunidad de la delincuencia si la han convertido en ley?
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED