El 30 de marzo de 2015 se cumplen veinticinco años del cierre de los
vertidos de residuos mineros al Mediterráneo en la Bahía de Portmán.
En
julio de 2011, al cumplirse veinticinco años del cierre simbólico de
esos mismos vertidos por Greenpeace España, la Coordinadora para la
Conservación y Recuperación de la Sierra y la Bahía de Portmán organizó
unas conferencias y mesas redondas para analizar aquella acción que puso
en la agenda política ese atentado ecológico, con lo que cambió la
percepción de la opinión pública y se pusieron las bases para el cierre
definitivo, cerca de cuatro años después.
En este aniversario de 2015,
la Asociación Liga de Vecinos de Portmán está también preparando unas
conferencias y mesas redondas que analicen lo que ha ocurrido en este
cuarto de siglo con tantas promesas incumplidas, con tantos estudios y
proyectos realizados y con tantas expectativas e ilusiones arruinadas
entre amplias capas de la población "particularmente la de Portmán" que
se consideran engañadas, en lo que se ha antepuesto el interés
particular de algunas personas y organizaciones al interés general de la
población.
A continuación analizaré lo ocurrido al respecto como
conocedor y estudioso del tema. Como sociólogo, como científico social,
procuraré ser avalorativo, aunque, claro, seré crítico en el análisis de
los hechos y en sus consecuencias.
Portmán. Nunca más era el
título de una pequeña colaboración mía que se incluía en el libro
denominado La Costa de la Región de Murcia, escrito por Pedro Costa
Morata, que se publicó ese mismo año 1990. Esa colaboración comenzaba
con el mensaje del presidente de la Comunidad Autónoma de la Región de
Murcia (CARM), ordenando bajo la atenta mirada del empresario minero:
«Atención lavadero, corten vertidos». Ese cierre de los vertidos
previsto para el sábado 31 de marzo de 1990, se hizo el viernes 30 «por
razones de agenda», para evitar la posible intervención en el acto de
los ecologistas que, con sus reivindicaciones, pudiesen deslucir 'el
acto'.
Ese día 30 fue un día de fuerte viento, como si la naturaleza
protestase y castigase a los responsables que habían realizado y
permitido aquel ecocidio. Pero el acto del cierre del vertido se celebró
con una estudiada puesta en escena; y con promesas de autoridades y
representantes de la empresa minera anunciando la recuperación de la
bahía y de la sierra minera para construir veinte hoteles y 17.000
chalets. Para construir La Costa Azul Española, como se refirió al
proyecto veintidós años más tarde el entonces alcalde de La Unión y hoy
consejero de Fomento de la CARM.
Que aquel vertido había que
cerrarlo no era sólo una reclamación de algunos vecinos de Portmán y
grupos ecologistas. Era también un clamor y reivindicación de
científicos de diversas universidades y centros de investigación
relacionados con el Mediterráneo, así como de distintos organismos
nacionales e internacionales que lo consideraban inadmisible y contrario
a múltiples convenios suscritos por el Reino de España.
El oceanógrafo
Jacques-Yves Cousteau definió como abominable aquel vertido de más de
8.000 toneladas diarias de restos de lavado de mineral, que se venía
produciendo con autorización administrativa desde 1958. Aun en plena
dictadura franquista, la concesión administrativa autorizando el vertido
establecía unas condiciones de salvaguarda de la bahía de Portmán;
condiciones que nunca fueron cumplidas por la empresa minera.
Hoy, no se
podría autorizar un vertido de ese tipo; probablemente, ni siquiera se
autorizaría la movilización de esos restos de estériles que aterran la
bahía de Portmán; la Directiva 2006/21/CE, del Parlamento Europeo y del
Consejo, de 15 de marzo de 2006, sobre la gestión de los residuos de
industrias extractivas que fue incorporada a nuestro ordenamiento
interno mediante el Real Decreto 975/2009, de 12 de junio, lo prohíbe
taxativamente.
Debido a que a su entrada en vigor ya estaba en estudio
el proyecto de Restauración Ambiental de la Bahía de Portmán presentado
por el ministerio de Medio Ambiente (MMA) en diciembre de 2007, se pudo
aprobar la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) favorable en febrero
de 2011, gracias al empeño y apoyo decidido del director general de la
Costa y del Mar. Realizar hoy una Evaluación de Impacto Ambiental (EIA)
de un proyecto de movilización de esos estériles mineros tendría muy
pocas posibilidades de salir adelante, a la luz de la legislación
comentada anteriormente.
Y aquí no valdría cambiar o aprobar una nueva
ley en la Asamblea Regional, ni aunque fuese en comisión, como han hecho
con la nueva Ley del Suelo de la CARM saltándose la aprobación y
discusión en el pleno, que había sido desconvocado por el luto oficial
debido al accidente de aviación, y sin los informes de los órganos
consultivos de esta Región de Murcia.
No se puede acometer un
proyecto de Recuperación de la Bahía de Portmán que no sea el que
recibió la DIA favorable en febrero de 2011 y que fue aprobado por el
Gobierno de España en septiembre de 2011; y que salió a licitación
pública en ese mismo mes. A esa licitación se presentaron varias
empresas cuyos proyectos técnicos fueron valorados en noviembre de 2011.
Todo estaba pendiente para la adjudicación del final del proceso, con
la valoración de las propuestas económicas que debía hacerse en enero de
2012. Pero, ¡ay, dolor! hubo un cambio de Gobierno y el nuevo equipo
ministerial responsable de Medio Ambiente, que inicialmente había
aumentado el presupuesto destinado a esa partida de Recuperación de la
Bahía de Portmán para demostrar su compromiso con el tema, paralizó el
proceso y quedó sin adjudicar, y sin invertir nada de esa partida
presupuestaria. También paralizó el proyecto ya adjudicado "y con los
trabajos bien avanzados que habían comenzado en noviembre de 2011" de
adecuación de la corta San José que debía recibir los estériles que se
retirasen de la Bahía de Portmán.
En julio de 2013 el alcalde de La
Unión, hoy consejero de Fomento de la CARM, convocaba al pueblo de
Portmán a un acto público en la Liga de Vecinos para informar que había
una empresa alemana, ARIA International GmbH, que iba a regenerar 'toda'
la Bahía de Portmán, sin que costase ni un céntimo a los contribuyentes
y «con garantías de que ahora sí se va a hacer, porque es una empresa
privada que viene a ganar dinero (...) se van a crear seiscientos
puestos de trabajo directos más el doble indirectos (...) ¡nos ha tocado
el gordo de Navidad en verano!». Este dirigente político hizo suyo el
proyecto privado «soy el primer defensor del proyecto de ARIA», dijo en
más de una ocasión y lo llevó de la mano al Gobierno de la CARM y al
Gobierno de España; empujando con todas sus fuerzas como una solución
estupenda ¡y única! para la recuperación de la Bahía de Portmán.
Pero
¡ay, dolor, dolor! (vaya vía crucis que está pasando este proyecto.
Invito a quien esto lee a que haga un pequeño juego de simulación en
esta Semana Santa: si el Proyecto de Recuperación de la Bahía de Portmán
es Jesucristo y las buenas gentes de Portmán son sus discípulos y
dolientes, identifique entre los demás actores sociales intervinientes a
los fariseos que lo llevaron ante Pilatos para que lo condenase a
morir). Todo ese maravilloso plan "que no proyecto; ¡nunca llegó a
existir un proyecto de ARIA para la recuperación de la Bahía de
Portmán!" se ha desvanecido; el propietario y administrador único de
ARIA International GmbH ha sido encarcelado por estafa y la empresa
disuelta tras entrar en concurso de acreedores.