MURCIA.- El río Segura ha conseguido reducir los
niveles de contaminación orgánica en un 90 por ciento en los últimos 15
años, por lo que continúa su tendencia decreciente en este sentido,
según ha avanzado el comisario de Aguas de la
Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), José Carlos González.
De hecho, el informe sobre la calidad del agua del río Segura de
2012 concluye que la contaminación orgánica media "se mantiene en buenos
niveles en el río Segura y la tendencia a la baja de los últimos años,
además de la puesta en marcha de cada vez más instalaciones de
depuración, que ha repercutido positivamente".
En esta línea, González ha recordado que la contaminación "ha
estado descontrolada desde primeros de los 80 hasta prácticamente el año
2001, cuando ya se empieza a notar la inversión en infraestructuras de
saneamiento".
Tras reconocer que "ha sido un caballo de batalla", ha confirmado
que a día de hoy este objetivo está "totalmente cubierto, ya que la
salud del río en su conjunto va más allá de lo que es solo la
contaminación orgánica".
Así, hace referencia a la Directiva Marco de Agua, que dice que
"en nuestras masas de agua superficiales debemos de alcanzar lo que
denominan el buen estado ecológico". Con respecto a este parámetro,
González ha asegurado que el porcentaje de éxito que se ha alcanzado, de
momento, en la cuenca del Segura "ronda el 40 por ciento", en la línea
de la media de éxito del conjunto de la UE.
No obstante, ha señalado que "es un objetivo a más largo plazo y
más ambicioso", puesto que "hay que avanzar más y ya entra en juego la
vegetación de ribera y la vida piscícola".
La Directiva Marco establece como horizonte el año 2015 en primera
instancia, dentro de los objetivos medioambientales a cumplir, aunque
reconoce que en algunas masas de agua "será muy difícil alcanzarlo en
esos plazos, por lo que permite prórrogas en 2021 ó 2027".
González ha subrayado que tanto los objetivos medioambientales
como las prórrogas que haya que establecer y en aquellas masas de agua
donde no se cumplen estos objetivos, los programas de medidas que hay
que implantar para alcanzarlo "es el contenido de los planes
hidrológicos de cuenca, que están pendientes de finalizar".
"En muchos tramos se conseguirá y ya se está alcanzando en un 40
por ciento de las masas de agua superficial estos objetivos", ha
comentado González, quien precisa que el 60 por ciento que aún falta por
cumplir vendrá de la aprobación de los planes de cuenca y cuando se
pongan en marcha las medidas, hasta llegar al 100%.
Sin embargo, reconoce que habrá zonas, las más difíciles, que
deberán ser objeto de esta prórroga, como puedan ser "los tramos bajos
de los ríos, el tramo medio-final del Segura, el río Guadalentín, que
son esencialmente esas zonas donde se concentra la actividad humana".
Según se desprende del informe, la contaminación orgánica es
creciente aguas abajo de Minas y Salmerón hasta llegar de forma habitual
a máximos al paso del río por la Vega Baja, pero la evolución en el
tiempo del perfil es muy favorable.
Excepto en la parte alta del río Segura, que ha venido manteniendo
a lo largo de los años un bajo nivel de contaminación orgánica, el
tramo medio y bajo del río ha presentado niveles muy elevados de
contaminación, que sólo en los últimos años han disminuido hasta llegar a
niveles más que aceptables.
Así, en los últimos años se comprueba que la tendencia decreciente
es acusada, y que en el año 2012 ninguno de los puntos analizados
supera el umbral de los 3 mg/l de media anual, por encima del cual se
considera que existe contaminación orgánica apreciable.
Por ello, advierte que "la principal carga contaminante que se
aporta desde las depuradoras urbanas es la orgánica y éste ha sido el
principal problema que tenía el río Segura".
González ha puesto de manifiesto que "en los últimos 15 años, las
inversiones en infraestructuras de depuración por parte de las CCAA ha
sido muy intensa, en gran parte financiadas con fondos europeos, y el
parque de depuradoras ha crecido mucho, permitiendo que todas ellas, al
menos las más importantes, cumplen actualmente los parámetros de
vertidos exigibles", lo que ha contribuido a que la contaminación
orgánica en el río "fuera gradualmente disminuyendo".
De ahí que el pasado año, el río Segura consiguiera que la
contaminación orgánica "fuera inapreciable, manteniendo la tónica de los
últimos tres años".
Por contra, la tendencia al alza de la conductividad de las aguas
del río Segura que se había observado en los últimos años, sobre todo en
el año 2008-2009, se ha atenuado considerablemente desde entonces,
aunque en el año 2012 los valores de la mediana "son algo superiores a
los registrados en el periodo 2010-2012".
Aunque la conductividad, medición de las sales que hay en el río,
ha mejorado notablemente desde el año 2008-2009, el pasado año "ha
experimentado un ligero incremento respecto a los años anteriores que
deberá ser confirmado con los resultados de los años venideros", ha
apuntado.
La salinidad, ha explicado, "se produce de forma natural, pero
también es cierto que se incrementa por la industria, vertidos, y está
muy influenciada por el régimen de lluvias y desembalses". De hecho,
asevera que "en los últimos años ha disminuido mucho y es bueno, ya que
mejora la calidad del agua para riego".
En virtud de este "ligero" incremento, "se han adoptado medidas de
ahorro más intensas y el volumen desembalsado desde la cabecera para
regadío se ha recortado, permitiendo regar al 100% pero intentando hacer
un esfuerzo de ahorro, lo que ha repercutido en algo menos de caudal
circulante por el río y algo más en conductividad".
En cuanto a los expedientes sancionadores del pasado año en la
CHS, se constata un descenso, al pasar de los 244 abiertos en 2011 a los
188 el pasado año, siendo todos ellos infracciones leves.
Por provincias, ha descendido en todas excepto en Jaén, que pasa
de tres expedientes en 2011 a cuatro el pasado año. En Murcia se pasa de
132 a 107 expedientes; en Alicante, de 43 a 36; en Albacete, de 48 a
31; y en Almería, de 18 a 10.
González ha resaltado el programa de control de los vertidos y la
priorización de las campañas de inspección, tras lo que afirma que el
descenso en el número de expedientes "es reflejo de que los controles,
que no han disminuido, cada vez obtienen resultados que son conformes
con los valores límite autorizados".