MURCIA.- El 85 por ciento de la población de la Región, 1,3 millones de habitantes, siguió respirando aire contaminado durante 2019, según se desprende del informe anual de calidad del aire de Ecologistas en Acción.
En
concreto, tres cuartos del territorio murciano estuvieron expuestos a
unos niveles de contaminación que superan las recomendaciones de la
Organización Mundial de la Salud, según este informe elaborado por
Ecologistas en Acción analiza los datos recogidos en 805 estaciones
oficiales de medición instaladas en todo el Estado español, entre ellas
sólo 9 situadas en la Región de Murcia.
En
un año cálido y hasta el otoño seco, diversos episodios meteorológicos
en febrero, junio y julio dispararon las partículas y el ozono, mitigado
no obstante por las tormentas estivales, según la organización
ecologista.
En lo que respecta a la Región de Murcia, entre sus principales conclusiones, destacan que durante 2019 la contaminación atmosférica se ha mantenido en conjunto estable,
con una reducción general de los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) y
ozono troposférico pero ascensos de los de partículas (PM10 y PM2,5) y
dióxido de azufre (SO2).
La
contaminación generada desde las ciudades de Murcia y Cartagena y la
zona industrial del Valle de Escombreras se extiende por el territorio
afectando a las zonas rurales en forma de ozono.
El
informe de Ecologistas en Acción toma como referencia los valores
máximos de contaminación recomendados por la Organización Mundial de la
Salud (OMS) y el objetivo a largo plazo para proteger la vegetación
establecido por la Unión Europea.
De acuerdo a esos niveles, el aire contaminado afectó en 2019 al 85% de la población de la Región de Murcia y al tercio más litoral del territorio, por la caída de los niveles de ozono en la zona norte de la Comunidad, añade.
Si se toman los estándares de la normativa, más laxos que las recomendaciones de la OMS, la población que respiró aire contaminado por encima de los límites legales fue de casi 600.000 habitantes en la aglomeración de Murcia ciudad.
Y
la superficie expuesta a niveles de contaminación que exceden de los
legalmente permitidos para proteger los cultivos agrícolas y los
ecosistemas naturales alcanzó 8.700 kilómetros cuadrados, tres cuartas
partes del territorio murciano, excluido sólo el litoral.
Las bajas precipitaciones y la estabilidad atmosférica de los primeros meses del año han activado los episodios de contaminación,
según Ecologistas en Acción, que ha indicado que el otoño, en cambio,
ha resultado inestable y húmedo, con predominio de tipos de tiempo
ciclónicos que han favorecido la dispersión y deposición de los
contaminantes típicamente invernales (NO2 y partículas).
"El
intenso y prolongado calor estival ha mantenido elevadas las
concentraciones de ozono troposférico, que han bajado no obstante por
las frecuentes tormentas", subraya el informe.
Asimismo,
Ecologistas en Acción señala que el ozono es el contaminante que
presentó un año más "una mayor extensión y afección a la población, con
unos niveles que se mantienen estacionarios, con alzas y bajas según
territorios", lo que se debe al incremento de las temperaturas medias y
de las situaciones meteorológicas extremas (olas de calor) durante el
verano, como resultado del cambio climático.
"Durante
2019, casi toda la población y el territorio murcianos han seguido
expuestos a concentraciones de ozono peligrosas para la salud humana y
vegetal, especialmente en las zonas rurales a sotavento de Cartagena y
Murcia", lamenta.
Las
partículas (PM10 y PM2,5), el dióxido de nitrógeno (NO2) y el dióxido
de azufre (SO2) en el aire también afectaron al 85% de la población, con
especial incidencia en las ciudades de Murcia y Cartagena y en el Valle de Escombreras,
aunque dentro de los límites legales, así como en el puerto de
Escombreras (partículas PM10 y SO2), donde el año pasado se incumplió el
límite legal diario de partículas PM10.
Las
partículas aumentaron ligeramente sobre el año anterior, en buena
medida por el episodio de contaminación de la segunda quincena de
febrero.
Para Ecologistas en
Acción, la contaminación del aire "debería abordarse como un problema de
primer orden" porque cada año se registran alrededor de 30.000 muertes
prematuras en el Estado español por afecciones derivadas de la
contaminación atmosférica, según la Agencia Europea de Medio Ambiente
(AEMA).
Para el Instituto de
Salud Carlos III, 10.000 personas fallecen anualmente en episodios de
alta contaminación como los registrados a finales de febrero y junio y a
mediados de julio de 2019.
Además,
reprocha que "la información a la ciudadanía no es ni adecuada ni
ajustada a la gravedad del problema".
Así, destaca que el Eurobarómetro
sobre la calidad del aire de septiembre de 2019 "revela que el 60% de
los españoles encuestados se consideran mal informados, y el 74% piensa
que la calidad del aire se ha deteriorado en la última década".
Según
otra reciente encuesta de Transport & Enviroment, el 82% de
españoles encuestados apoyaría la restricción de entrada de coches en
las ciudades o un reparto del espacio público más favorable a
viandantes, ciclistas y transporte público.
"Los
costes sanitarios derivados de la contaminación atmosférica representan
al menos 50.000 millones de dólares al año, un 3,5% del PIB español,
según el Banco Mundial, sin considerar el coste de los daños provocados
sobre los cultivos y los ecosistemas naturales", tal y como advierte la
organización ecologista.
En su
opinión, el Plan de Mejora de la Calidad del Aire de la Región de
Murcia, aprobado por el Gobierno regional en 2015, referido a la
superación del valor límite legal de dióxido de nitrógeno en la capital,
"no parece haber tenido resultados prácticos en relación a la reducción
del ozono troposférico".
Por
ello, destaca que el Gobierno murciano "ha elaborado un borrador de
nuevo Plan orientado a mitigar este problema, cuyas medidas deben
detallarse, programarse y presupuestarse para que resulten viables".
"La
única forma de mejorar la calidad del aire en las ciudades es disminuir
el tráfico motorizado, potenciando el transporte público, la bicicleta y
el tránsito peatonal", aconseja la organización ecologista.
También
estima necesario "promover el ahorro energético, adoptar las mejores
técnicas industriales disponibles, cerrar las centrales térmicas de
carbón, penalizar los vehículos diésel, reducir el uso del avión y
declarar un área de control de las emisiones del transporte marítimo en
el mar Mediterráneo, como las del Báltico y el Mar del Norte".