MADRID.- El
diputado del PDeCAT y responsable en materia laboral, Carles Campuzano,
reclama un gran pacto que una a partidos políticos y a interlocutores
sociales para avanzar en una reglas laborales adaptadas al siglo XXI, un
mensaje con el que abandona el Congreso tras 23 años de trabajo.
"Ese
es el reto. Necesitamos un gran acuerdo. Una gran concertación porque
las reglas del juego con las que trabajamos son del siglo XX y no del
siglo XXI", señala en una entrevista con EFE en la que recuerda que
entró en la Cámara Baja en la VI Legislatura (1996-2000) como diputado
de Convergencia i Unió con el mandato de impulsar el Pacto de Toledo.
Reconoce
que se marcha con tres decepciones respecto a la última legislatura,
entre las que destaca el fracaso por no haber cerrado las
recomendaciones para garantizar la sostenibilidad y suficiencia del
sistema de pensiones y de la Seguridad Social, después de más de dos
años de debates.
Las
otras dos las enmarca en el "bloqueo a mejoras en materia de empleo" y
en la no aprobación del informe que debía modificar el régimen especial
de autónomos (RETA).
Para
Campuzano, las pensiones, el empleo, los autónomos y el tercer sector
han sido sus principales caballos de batalla y mientras reivindica el
éxito de la propuesta de los nacionalistas catalanes para compatibilizar
las pensiones de viudedad con el trabajo y para aumentar su base
reguladora, también urge a seguir avanzando para equiparar las
prestaciones del RETA a las del régimen general.
"En
el 2000 se negaba que existiese un tratamiento injusto entre ambos
regímenes y tras 19 años y después de recorrer un enorme camino se han
equiparado muchas prestaciones, como las de incapacidad temporal por
accidente de trabajo. Es una batalla que ha dado mi partido
constantemente", incide.
En
este sentido, recuerda la importancia de impulsar mejoras para los
autónomos económicamente dependientes (Trade), término acuñado por CiU y
CCOO en un seminario en 2001.
Campuzano
destaca la buena relación que su formación ha tenido siempre con los
interlocutores sociales y en especial con las propuestas de CCOO.
"Enorme sintonía en materia de pensiones", puntualiza.
"El
Pacto de Toledo fue una magnífica idea promovida en 1995 por el grupo
catalán CiU y por Miquel Roca para sacar a las pensiones de una batalla
partidista e incorporar una serie de propuestas de reformas que
afrontaran los retos del sistema de la Seguridad Social", rememora, al
tiempo que valora su desarrollo pese a haber vivido "momentos de
crisis".
En
materia laboral, Campuzano destaca las iniciativas aprobadas tanto con
los Gobiernos del PP como del PSOE para bonificar los costes de la
contratación y apunta lo complicado que fue pactar con el PSOE la
reforma laboral de 2010, configurada por el exministro de Trabajo
Celestino Corbacho.
Esta
ley facilitó el despido por causas económicas con 20 días de
indemnización y generalizó el contrato de fomento del empleo,
indemnizado con 33 días por año trabajado frente a los 45 de un fijo
ordinario.
El
decreto fue convalidado en junio de 2010 por el Gobierno socialista con
el apoyo de CiU y del PNV, y con el telón de fondo de una huelga
general que se llevó a cabo en septiembre de ese año.
"Fue
muy difícil pero tuvimos que hacer un ejercicio de responsabilidad",
dice, aunque recuerda que los nacionalistas catalanes sí se sumaron a la
huelga general de 2002 durante el Gobierno de José María Aznar en
protesta por el decreto de reforma de la protección por desempleo y la
Ley Básica de Empleo.
Tiene
un buen recuerdo de todos los ministros de Empleo o Trabajo con los que
ha tratado desde 1996, pero ensalza "por lo rigurosos que fueron" a
Valeriano Gómez, Juan Carlos Aparicio y a Manuel Pimentel.
"Al ministro que conoce a fondo el dossier y tiene conocimientos técnicos lo miras con más respeto", añade.