MADRID.- La tensión en el seno de El Corte Inglés
crece conforme se acerca el consejo de administración en el que se
tiene que acordar la convocatoria del orden del día de la junta general
de accionistas, prevista inicialmente para el 27 de agosto. Según fuentes próximas al jeque Hamad bin Jassim bin Jaber al Thani,
este habría pedido expresamente la renovación del órgano de gobierno de
la compañía, actualmente en manos de los accionistas históricos y de
los herederos de Isidoro Alvárez.
La propuesta la ha hecho Shahbaz Shanzad, un exdirectivo de Bank of America Merrill Lynch que actúa en representación de Primefin. Esta sociedad es propiedad del inversor de Qatar, dueño del 10% del capital de El Corte Inglés,
participación que se incrementará en casi un tercio en julio de 2018
por la conversión del préstamo de 1.000 millones que dio al grupo por el
paquete inicial. Debido a que ese crédito es al 5,25% y que el acuerdo
incluía una penalización a su favor en el caso de que la compañía no
alcanzase determinados ratios de crecimiento del beneficio operativo, en
apenas un año tendrá casi un 14% del capital.
Lo que plantea el jeque es separar la gestión de la propiedad, de forma que el 30% de los consejeros sean independientes,
reemplazando a algunos de los dominicales. Ahora mismo, el órgano de
gobierno de El Corte Inglés está formado por 10 miembros, nueve de los
cuales son accionistas relevantes de la compañía o ejecutivos de la
cadena de distribución. Tan solo uno, Manuel Pizarro, no tiene vinculación con el capital del grupo ni tiene funciones directivas.
Los
planes del inversor catarí pasan por sustituir dos puestos en el
consejo de aquí a final de año. De hecho, ya se está negociando con
algunos consejeros actuales para que se retiren y den paso a
independientes. Es la única solución, ya que el consejo no se puede
ampliar por impedirlo los estatutos. A ningún consejero le vence su
mandato en el corto plazo, así que solo puede cumplirse el plan desde
una negociación.
Este plan cuenta con el total respaldo de la banca acreedora.
Son los acreedores los que han visto en la llegada del inversor catarí
una oportunidad para modernizar el grupo. De hecho, se inclinan por que
sea él quien lidere el proceso de transformación de El Corte Inglés e
imponga sus criterios ante la inercia de la vieja guardia y la deriva
actual de los herederos.
Para el jeque catarí, este paso es esencial para el futuro proyecto
de salida a bolsa de El Corte Inglés, el gran proyecto a medio plazo del
'holding'. Pero a corto plazo, lo que pretende Shahbaz Shanzad es
dinamizar la gestión de la compañía, paralizada por las diferencias
internas entre la conocida como vieja guardia, formada por los
octogenarios Florencio Lasaga y Carlos Martínez Echevarría, las hijas herederas de Isidoro Álvarez —Cristina y Marta Álvarez Guil— y Dimas Gimeno, sobrino del expresidente y actual primer ejecutivo, y el inversor del emirato.
Los distintos puntos de vista han provocado que el plan estratégico que el consejo de administración encargó a Bain Consulting,
una de las tres grandes consultoras internacionales, no se haya puesto
en marcha en la mayoría de sus conclusiones. La firma propuso a los
dueños y a la vez gestores de El Corte Inglés un proyecto revolucionario
para cambiar el enfoque comercial, calificado como obsoleto, con el fin
de atraer al público joven. Una vuelta de tuerca radical a la propuesta
comercial y de organización de la compañía ante la que los directivos
más antiguos de la casa se muestran reticentes.
Por otra parte, dado el particular balance de El Corte Inglés, que se financia parcialmente con el dinero de sus propios empleados a cambio de unos pagarés con
una rentabilidad por encima del mercado, el jeque también planteó
reestructurar las fuentes de obtención de fondos a través de nuevos
acuerdos con la banca tradicional y con otras entidades especializadas
en tomar participaciones minoritarias. Pero la reacción de la vieja
guardia también ha sido negativa.
Lo mismo sucedió con el plan de reorganización de personal que presentó José Luis Romero,
el director general de Recursos Humanos fichado de Iberia. El experto
en ajustes laborales advirtió de la necesidad de poner en marcha un
ajuste significativo de la mano de obra, especialmente en los centros de
El Corte Inglés que hoy están calificados como improductivos. Aunque
dada la dureza de los números las mismas fuentes prefieren no concretar
la cifra de afectados, el plan exigía una salida progresiva de hasta el 20% de los empleados que actualmente tiene la compañía. Romero decidió abandonar el grupo el pasado mes de febrero apenas un año después de desembarcar.
Con el miedo en el cuerpo
Algunos
de estos planteamientos, con el ajuste laboral y la refinanciación de
la deuda, incluso no han llegado a ser debatidos en el consejo de
administración porque, según otras fuentes, han sido echados abajo en la
comisión ejecutiva. Un órgano de gobierno creado el
pasado 22 de febrero y formado por Gimeno, Lasaga, Martínez Echevarría y
Marta Álvarez Guil con el objetivo oficial de dinamizar la gestión y
que, al contrario, según fuentes próximas al inversor catarí, no ha
hecho otra cosa que paralizar los cambios profundos que requiere la
sociedad ante la continua revolución del consumo minorista.
El
jeque catarí considera que el consejo de El Corte Inglés es primario y
carece de rol estratégico alguno. Denuncia igualmente la fusión de
directores ejecutivos con consejeros, esto es, el tradicional
solapamiento entre gestión y consejo. Esto sucedía en la época de
Isidoro Álvarez, pero persiste en la actualidad con el reciente nombramiento de Nuño de la Rosa como consejero,
a su vez director general de Viajes El Corte Inglés. Expertos en
gobierno corporativo consideran que este tipo de consejos están
completamente domesticados y que las decisiones del comité de dirección
se trasladan al consejo de administración para su aprobación como mero
trámite legal. Un modelo propio de pymes, pero insólito para una
compañía como El Corte Inglés.
Algunos de los consejeros de El
Corte Inglés están mirando con gran preocupación el desplome de los
grupos de distribución internacionales, como el caso de la
estadounidense Sears, cuyas acciones se han venido
abajo tras anunciar que no generaba la caja suficiente para atender sus
obligaciones financieras. El que fue el mayor grupo minorista del mundo
ha anunciado el cierre de 150 puntos de venta y el despido de 10.000
empleados. Macy's, otro icono del comercio en Estado
Unidos, también está pasando por graves problemas de estructura, lo que
le ha llevado a comunicar que bajaba la persiana de 68 centros
comerciales y que ajustaba su plantilla en otras 10.000 personas.