El diario Público.es trae hoy los resultados de una encuesta de Idea Nomina Data
sobre grado de conocimiento de los candidatos a la alcaldía y la
Comunidad de Madrid así como de los dirigentes de los partidos por un
lado y su valoración ciudadana por el otro. Son dos cosas muy distintas y
están llenas de enseñanzas. Con el batacazo que se han dado los sondeos
en el Reino Unido, las encuestas no viven su mejor momento. Esta de
Idea, sin embargo, no lo es de intención de voto en donde, por lo que se
ve, la gente miente más que de costumbre, sino sobre conocimiento y
valoración. Los resultados parecen razonables, coinciden con lo que casi
todo el mundo piensa y quizá sirvan para explicar el resultado final el
24 de mayo.
El
pleno conocimiento lo consiguen quienes no garantizan el pleno empleo:
Rajoy y Aguirre, seguidos muy de cerca por Pablo Iglesias y Rosa Díez.
Los cuatro más conocidos y los peor valorados. Que la gente te conozca
no quiere decir que te aprecie. En los 90% se encuentra también Sánchez,
aunque su puntuación, sin ser tampoco aprobado, sube un poco más a un
4,6. De todos los valorados solo aprueban Carmena en el Ayuntamiento,
Gabilondo en la Comunidad y Rivera como líder de partido. La posición
más sólida parece la de Gabilondo pues une el aprobado (5,3) a un grado
de conocimiento respetable de 75,0%, once puntos por debajo de su rival,
Cifuentes, que, sin embargo está nueve décimas por detrás en valoración
ciudadana. Muy notable el caso de Carmena, con una nota alta de 5,3
pero con un grado de conocimiento muy bajo, de 37,9%, solo por encima
del de Begoña Villacís, de Ciudadanos, el otro partido emergente.
El
caso ganador por excelencia es el de Albert Rivera que, con un grado de
conocimiento muy elevado, del 82,2% obtiene la nota más alta, de 5,7
para asombro general. Es como un nuevo Lohengrin, caballero del cisne,
que viene a liberar a la dama democracia de su triste sino a manos de la
corrupción.
El
caso perdedor, el de UPyD, cuyos candidatos ya ni salen en las
encuestas. Como tampoco sale la candidata de IU a la Alcaldía de Madrid.
Ay de los vencidos. Empiezan por desaparecer. El otro candidato de IU,
pero a la Comunidad, tiene una puntuación aceptable, de 4,6 pero un
porcentaje de conocimiento muy bajo, del 27,8% ; más que los dos casi
desconocidos de Podemos y Ciudadanos, que están algo por encima del 14%.
Pero estos son también emergentes y es de suponer que sus votantes los
votarán por el partido, aun sin saber quiénes son, mientras que los
votantes de García Montero ya no saben de cierto si votan a IU y a cuál
de ellas. Su candidatura, como la de Carmona, del PSOE, al ayuntamiento
son candidaturas bastante planas.
Aquí
la pelea va a estar entre Carmena y Aguirre en el ayuntamiento que
entre las dos se comen a Carmona, y Gabilondo y Cifuentes en la
Comunidad en una lucha muy desigual y muy desfavorable a Cifuentes. En
cuanto a los partidos, entre Podemos y Ciudadanos, que tienen
establecido un pugilato especial entre ellos, un pugilato mediático,
entre caras y espíritus.
¿Existe Pedro Sánchez?
Es
posible, pero, de momento, Sánchez es Pedro el Silente, nadie lo ha
visto en los últimos tiempos y nadie lo ha oído decir nada no ya
que vaya a pasar a la historia sino simplemente que merezca la pena
escucharlo. Es maravilloso que en este corral de gallos de muchos
espolones y la gallina desplumada de Díez, Sánchez no haya dicho esta
boca es mía. Cuando Palinuro era adolescente siempre le
impresionaban las personas calladas porque presumía que estarían llenas
de sabiduría. Con el tiempo ha descubierto que el 99% de los que no
hablan no tienen nada que decir y Sánchez no pertenece al 1% restante.
El que ha ido a la 6ª Noche hoy no es él, sino un doble dulcificado que
solo hablará de lo que la gente bien quiere oír, en tono civilizado e insulso.
Aquí
largan todos, Garzón, Colau, Iglesias, Rivera y hasta Rajoy, quien
balbucea las habituales estupideces de registrador y as del mus en el
casino de pueblo que encandilan sobremanera a un público entregado,
ávido de que lo siga robando la misma manga de sinvergüenzas, corruptos y
ladrones que ha venido haciéndolo los últimos cuatro años. Los últimos
400 años. Por eso, el sobresueldos de La Moncloa promete a quien quiere
escucharlo estabilidad, orden y disciplina: se seguirá robando como
antes, como siempre, como toda la vida. Seguirán robando los de buena
estirpe, los nacionales.
Como
Sánchez no habla, no dice nada, está oculto, refugiado en un rincón, a
ver si pasa la tormenta, entre los socialistas reina cierta animación.
Han reaparecido Rubalcaba y Bono, que son como los Hernández y Fernández
de una historia de "Tintín y el misterio del jarrón chino parlanchín".
Los dos flanquean encantados a esa vieja gloria del socialismo hispano,
Felipe González, que, sin duda, tuvo su día, pero ya lleva bastante
tiempo diciendo tonterías de neoliberal revenido, probablemente
inspiradas por su gran amigo Cebrián, el seudointelectual al servicio de
la derecha que se ha cargado el único experimento de medio de
comunicación libre que había en el país.
Esta
es la guardia pretoriana que tiene al tímido pretor Sánchez escondido
en la alcoba sin atreverse a salir. Ahora le dicen que ya no puede
aspirar ni a una miserable coalición con el Sobresueldos.
Callado
como un sepulcro porque no se atreve a hablar ni tiene valor
para decir lo que todo el mundo está esperando, incluidos sus
adversarios de la derecha: que presenta una moción de censura. Eso es lo
que hubiera tenido que anunciar en la televisión, en lugar de esos
discursos sin substancia alguna y que nadie toma en consideración. No,
Pedro Sánchez no existe, es un personaje de ficción porque si fuera
real, de carne y hueso, ya tendría que haber presentado esa moción de
censura contra un gobierno y un partido que no son otra cosa que sendas
asociaciones de presuntos ladrones.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED