MURCIA.- El Superior de la Compañía de Jesús en Murcia,
el Padre José Luis Cano Soriano, ha afirmado que la elección del nuevo
Papa Francisco, "supone una misión más que Dios ha encargado a los
Jesuitas", y ha alabado su apuesta por una Iglesia de los pobres que, a
su juicio, no supone irse a vivir debajo de un puente y decir: "coged lo
que queráis", sino estar junto al que más sufre y los más necesitados.
El Padre José Luis Cano Soriano es Superior de la residencia que
la Compañía de Jesús tiene en Murcia, y que está radicada en la iglesia
de Santo Domingo de la capital. El centro cuenta con nueve jesuitas que
atienden la iglesia, donde celebran la Eucaristía, atienden confesiones y
prestan atención espiritual.
Además, los jesuitas de esta comunidad atienden el Centro de
Pastoral Loyola, donde hay comunidades cristianas de niños y
adolescentes, así como de jóvenes y profesionales, de matrimonios,
viudas y mujeres separadas.
Además, el Centro imparte conferencias de San Vicente de Paúl, y
cuenta con la Obra Eucarística María de los Sagrarios, con grupos de
oración, y tiene un Grupo Scout Católico y catecumenado de confirmación.
Además, el Aula de Teología está explicando el Credo "en este Año de la
Fe", añade Cano.
Desde el nombramiento del Papa Francisco, Cano ha notado que la
iglesia de Santo Domingo de Murcia, que ya de por sí tiene siempre mucha
afluencia de feligreses, cuenta con una mayor participación de
creyentes, sobre todo, de gente que acude en un "reencuentro con la
Iglesia" atraída por algunos gestos protagonizados por el nuevo Sumo
Pontífice.
Cano ha explicado que la iglesia
de Santo Domingo siempre ha contado con la asistencia de muchos fieles, y
en Murcia se valora muy positivamente la atención religiosa en las
eucaristías, confesiones y dirección espiritual.
El Superior admite que en la iglesia de Santo Domingo quedan ya
"pocos jesuitas", y la situación no es la de antes, pero dedican "varias
horas diarias" a atender sus obligaciones, entre las que se encuentra
no sólo la homilía, sino también labores de "confesiones, dirección
espiritual, acogida y escucha".
Para Cano, la Iglesia de los pobres de la que tanto se habla desde
la elección del nuevo Papa supone "un enfoque nuevo y, quizá, una nueva
forma de hacer las cosas". Y es que, en su opinión, "no actúa de la
misma manera quien teniendo mucha sensibilidad por este mundo, no ha
vivido realmente el hambre o la injusticia social, en sociedades donde
los muy ricos, minoría, conviven con muy pobres".
En este sentido, remarca que el entonces cardenal Jorge Mario
Bergoglio ha vivido "una desigualdad muy fuerte", que ha denunciado
"desde la verdad", y urgiendo a los que tienen fe que, "por encima de la
caridad, está la justicia".
El Superior de los Jesuitas de Murcia señala por ello que el Papa
no está empleando un estilo que haya inventado, sino que sigue haciendo
lo mismo que hacía en Buenos Aires. De hecho, recuerda de forma
anecdótica que el propio Francisco, antes de ser elegido Papa, creía que
el Sumo Pontífice "tenía que ser un pastor que oliese a oveja, es
decir, que estuviese muy metido en el pueblo".
El Superior de los Jesuitas de Murcia explica que él no conoce
personalmente al nuevo Papa, aunque tenía referencias suyas porque
ejerció de provincial en Argentina "siendo relativamente joven", todo
ello en tiempos "posconciliares y coincidiendo con la teología de la
liberación, cuando hubo una división entre unos y otros grupos
eclesiales".
Cano valora toda la experiencia adquirida por el Sumo Pontífice en
esa etapa en Argentina, que se convierte "en un máster magnífico para
reaccionar posteriormente en la vida". Y es que "cada uno tiene su
inspiración de Dios, y cada uno sigue su camino, porque la Iglesia es
única pero somos personas distintas", añade Cano.
El Superior de los Jesuitas de Murcia recuerda que Jesús se acercó
más directamente a los débiles, y no a los prepotentes ni a los que
tienen dinero y bienes, por lo que considera que la Iglesia "tiene que
seguir a Cristo por este camino".
De todas formas, puntualiza que el pobre no es solamente el que
tiene carencias materiales. "Tan necesitado está de ayuda el que no come
como el que se encuentra con una situación espiritual o psíquica
complicada, y requiere también la acogida, la ayuda y la escucha",
puntualiza.
Por ello, Cano apuesta por tener "la cercanía correspondiente"
allá donde haya un sufrimiento. "Todos somos hermanos", aclara, pero
cree que hay que tener una "predilección especial" por los más
necesitados. El prójimo "es el que está ahí, y que encontramos lesionado
y maltrecho a la orilla del camino".
Cano explica que, en este momento, la crisis "no es económica,
sino de valores", por lo que hay que afrontar y dar a conocer a los
gobernantes, instituciones, políticos y sindicalistas "que hay
desigualdades, injusticia y un mundo que se hace más rico por un lado y
más pobre por otro".
El objetivo, añade, es "lograr un mundo más humano", teniendo en
cuenta que "el prestigio para el Reino de Dios es el servicio, no el
poder".
No obstante, el Superior de los Jesuitas de Murcia admite que lo
más visible de la Iglesia es el Vaticano. Y es que la Iglesia es
"profundamente espiritual y religiosa, pero está encarnada en un cuerpo,
que tiene también que visibilizarse", añade.
En este sentido, valora la obra de "entrega maravillosa" que hace
la Iglesia, no sólo en lo que respecta a la entrega de limosna o
caridad, sino la entrega real de quien está dando la vida en África o
siguiendo a los refugiados", aunque esto "es menos noticiable".
El Superior ha explicado que ha recibido recientemente una carta
del Padre General de los Jesuitas, Adolfo Nicolás Pachón, en la que
explicaba que se ha puesto a disposición del Papa, como ha sucedido con
todos los demás Sumos Pontífices. En este encuentro, el Papa se mostró
muy cariñoso con el Padre Nicolás, apeándose del tratamiento de "Su
Santidad" subrayando la condición de "hermanos".
Frente a esto, el Padre Cano recuerda que, cuando la Compañía de
Jesús fue fundada por San Ignacio de Loyola en 1540, el ser Papa u
Obispo era "una cuestión de privilegios no sólo económicos". Ahora,
remarca, han cambiado las circunstancias, pero sigue habiendo "una
especie de deseos u orgullo".
A modo de anécdota, el Superior de los Jesuitas en Murcia recuerda
que hace algunos años ya predijo que el Papa Benedicto XVI
presentaría su renuncia.
Cano tenía este presentimiento porque la elección del Padre
General de la Compañía de Jesús, que en ocasiones es llamado el 'Papa
Negro', es también vitalicia al igual que sucede con el Sumo Pontífice, y
es la única congregación que reúne este requisito.
Añade que el que fue Padre General de los Jesuitas, Peter Hans
Kolvenbach, pidió al Papa Juan Pablo II su cese, pero no fue aceptado,
por lo que tuvo que continuar. Sin embargo, Benedicto XVI le concedió la
renuncia al poco tiempo de comenzar su pontificado. Cano interpretó
este gesto como una premonición de que Benedicto XVI iba a presentar
también su renuncia "llegado el momento".