Se daba por supuesto que Zapatero se “emplearía a fondo” en el debate de investidura, para explicar un paquete de medidas económicas concretas, con el que hacer frente a lo que eufemísticamente denominan “desaceleración económica”. Y lo primero que hay que decir es que lo expuesto en el debate, fue un auténtico fraude intelectual, en el que Zapatero mintió deliberada y conscientemente a los españoles sobre la realidad de la situación, y donde el plan de actuación presentado, es una tomadura de pelo. Como economista siento vergüenza y sonrojo al ver al gobierno de mí país, proponiendo un “plan de choque” para afrontar la mayor recesión en 35 años, con medidas irrisorias en efectividad y dimensión, a lo que se añade un nuevo gobierno, más propio de país centroafricano que de la undécima economía mundial, que ha causado el estupor y la hilaridad en todas las cancillerías europeas.
El primer problema, es que tanto Solbes como Zapatero, actúan como si creyeran las mentiras del Banco de España y del sistema estadístico nacional que ellos mismos presionan a publicar, y piensan, que como ocurrió en los tres primeros años de legislatura las cosas funcionan solas y resulta innecesario acometer reformas que permitan recuperar la competitividad y la rentabilidad. Y después, que el ministro de Economía, que no vicepresidente, como demostró cumplidamente en la crisis de los 90, y vuelve a demostrar ahora, ni entiende como funciona la economía, ni tiene la menor idea de los problemas a que nos enfrentamos, peor aún, Solbes es un pusilánime incapaz de mantener su autoridad, sus convicciones y sus principios, lo más reciente ha sido el nombramiento de su tradicional enemigo Sebastián como Ministro de Industria y Energía, a pesar de haber puesto como condición para continuar, su exclusión expresa del área económica, y la adscripción de Energía a su ministerio.
En todo caso, la cuestión central a día de hoy, es que el conjunto de indicadores y datos del primer trimestre 2.008, conocidos hasta ahora, definen una situación de recesión de una profundidad desconocida, y lo más preocupante, y esto es lo primero que quiero subrayar, es que el ritmo de deterioro de la economía se está produciendo a una velocidad de vértigo, tanto, que cada mes, vemos superadas las peores previsiones.
Y lo siguiente a resaltar son dos conclusiones escalofriantes, que se desprenden de los últimos datos publicados. La primera, que la economía ha dejado de crear empleo y la segunda que el crecimiento en este primer trimestre ha sido del 0,2%. El director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorro D. Ángel Laborda daba los datos en su último análisis, que acertadamente titulaba “Frenazo en seco”. La caída en picado de las cifras de afiliación a la seguridad social demuestran inequívocamente, que ha dejado de crearse empleo, es decir, todo el incremento de población activa va directamente al paro, lo que pone al descubierto las trampas masivas con las cifras de paro registrado.
Y la consecuencia derivada de lo anterior es aún peor. El PIB ha crecido un 0,2% en este primer trimestre, y aunque Laborda dulcifique lógicamente tan tremenda cifra, señalando que con ello el crecimiento de la economía en tasa interanual, ha pasado del 3,5 al 2,7%, eso es algo irrelevante, porque lo único importante es cómo estamos hoy, no cómo estábamos hace doce meses. Como afirma Alan Greenspan es sus excelentes memorias, “los datos del último trimestre disponible, son mucho más útiles para la predicción que todos los modelos juntos”, “por eso me afano siempre en desentrañar los últimos datos disponibles”. Las mejores proyecciones sobre la marcha de una economía, se consiguen extrapolando a nivel año el último crecimiento trimestral, ¿y qué tenemos entonces?, pues un desastre inimaginable peor de todo lo que hemos venido pronosticando catastrofistas y antipatriotas: la economía española está creciendo al 0,8% en tasa anual, lo que unido a una inflación del 4,5%, define una situación inequívoca de estanflación, el peor de los escenarios posibles. Realmente pasmoso.
Y centrándonos en el debate, creo que hay dos partes perfectamente diferenciadas en el discurso del candidato: análisis de la situación actual y paquete de propuestas. Respecto al primero, Zapatero nos expuso un panorama idílico propio de Alicia en el País de las Maravillas, España está mejor preparada que nunca para afrontar cualquier cosa, y la culpa no es nuestra, es de Estados Unidos y de los mercados financieros internacionales, menos el nuestro que es el más sólido del mundo mundial, aunque más del 50% esté en manos de Cajas de Ahorro, muchas de las cuales están en manos de politiquillos y caciques locales. Un auténtico insulto a la inteligencia de los ciudadanos.
Los desequilibrios esenciales son tan gigantescos que jamás habíamos sido tan vulnerables. Tenemos el déficit exterior mayor del mundo desarrollado, 10,1% del PIB el doble del siguiente que es Estados Unidos. Nuestra deuda exterior es de 1,5 veces el PIB, el doble que en 2004, las Administraciones Públicas deben 200.000 millones, los Bancos 850.000 y las empresas 500.000 en números redondos, unas cantidades inmensas un 50% de las cuales tendrán que ser refinanciadas en poco más de un año, en condiciones muy exigidas, tanto que solo por ésta causa tendremos una reducción significativa del PIB y del empleo. Adicionalmente la deuda de las familias se sitúa en el máximo de todos los tiempos, 665.000 millones de euros. Como nos recordaba el lunes la prensa inglesa, España se encamina a la mayor debacle económica de la historia moderna, mientras el propio FMI, pecando de optimista, reducía la previsión de crecimiento para España al 1,8%, y señalando además que nuestra situación se ve agravada por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria.
La otra parte del análisis de la situación actual podría encuadrarse en la palabra decencia, la gran novedad del discurso de Zapatero que la repitió hasta la saciedad mintiendo sin freno ni límites. Mencionaré cuatro engaños principales, distribución de la riqueza, paro, gasto social y solidaridad e igualdad entre todos los españoles. Somos un país decente que redistribuye con equilibrio la riqueza que genera, dijo, una afirmación indecente, cuando se ha empobrecido al 60% de las familias, cuando se ha enriquecido hasta límites inimaginables a una elite empresarial y financiera, y cuando ha reducido la parte del trabajo en el PIB a su mínimo histórico y al mínimo de toda la UE. Somos un país decente que hemos reducido drásticamente el paro, otra afirmación indecente, el paro se ha reducido sólo sobre el papel por los cambios metodológicos introducidos por el INE en enero 2005, a mayor gloria de Zapatero, medido en términos homogéneos el paro no ha dejado de crecer.
Somos un país decente, nuestro gobierno tiene una indiscutible vocación social, y hemos incrementado enormemente el gasto en éste área, afirmó el candidato sin sonrojarse, una farsa indecente particularmente para las familias menos favorecidas. El gasto social ha crecido lógicamente en términos monetarios, ¡hasta ahí podíamos llegar!, en concreto un 39% entre 2.004 y el Presupuesto 2.008 si se cumple, pero como el PIB ha subido todavía más, un 42%, el gasto social como parte de la riqueza nacional, es decir como “esfuerzo social”, se ha reducido del 14,4% al 14,0%, y el PP sin enterarse. Zapatero ha reducido el esfuerzo social de España, lo que no ha ocurrido en ningún otro país europeo, y si nos referimos al gasto social “per cápita”, éste el menor de toda la UE. Y para rizar el rizo, lo remachó con otra patraña, “incrementaremos el gasto social y no subiremos los impuestos” afirmó solemne. Lo de incrementar el gasto social, veremos, Solbes ha dicho que tendrá que bajar, pero lo de no subir impuestos ¿cómo puede tener la desvergüenza de afirmar tal cosa, si la presión fiscal ha subido ya por la inflación, un 4,5% el IVA, que es el impuesto de los pobres, y el IRPF se ha corregido sólo un 2%?, un incremento fiscal de 4.000 millones si el año cierra con una inflación del 4%, la previsión del FMI, incremento que recaerá, está recayendo ya, en un 80% sobre la clase media y las clases menos favorecidas. Y finalmente, la afirmación de que ha mejorado la solidaridad y la igualdad entre todos los españoles, que como bien dijo es un derecho constitucional y inalienable, simplemente no tiene pase, es una burla sangrante.
Entrando ahora en las medidas propuestas, estas se concretan en dos grupos principales, reactivación del sector de la construcción mediante el adelanto de licitación de obra pública ya programada más construcción de VPO, y devolución de 400 euros a los contribuyentes con rentas superiores a 22.000 euros año, es decir, los obligados a declarar por IRPF, que son el 40% más “rico” de la población, y al 60% más pobre, mileuristas, pensionistas y similares, que les zurzan, y el resto, ayudas a parados etc, son pura demagogia tercermundista que ni merece mencionarse. Descartando la broma de los 400 euros, ya que aparte la flagrante injusticia distributiva, lo que se da con una mano a los más “ricos” se le quita por una cantidad similar vía aumento de la presión fiscal a los más “pobres”, la obra pública es la típica medida keynesiana que no se aplica en ningún país desde hace más de 30 años. La obra pública apenas genera empleo y tiene efectos colaterales muy negativos, como el “crowding out” o expulsión de la inversión privada, algo particularmente grave en un contexto de crisis financiera. Plantear hoy medidas de estimulación de la demanda vía incremento del gasto no se le ocurre ni al que asó la manteca.
Además se trata de adelantar lo presupuestado, es decir, nada, porque en España al Estado le han dejado en cueros, con la mitad de recursos que un Estado federal, no hay ya para pagar y menos dotar a los funcionarios, ya que restando gastos fijos, como deuda pública o aportación a UE, le queda poco más del 16% del gasto total. La capacidad la tienen hoy las CC.AA. 52% del gasto, 2,5 veces las de sus equivalentes en EEUU, Alemania o Suiza, un dinero que despilfarran a manos llenas, nuestro dinero, no el suyo. Realmente nos hemos vuelto locos.
Las VPO sin embargo, sí son una necesidad, pero lo que no tiene fundamento es que el Estado se ponga a construir obra nueva cuando has más de millón y medio de viviendas en venta y otro medio millón en construcción. El gran problema en las crisis inmobiliarias, y cito de nuevo a Alan Greespan, es la “incertidumbre sobre el valor de los bienes inmuebles, que tienen como garantía de préstamos, una incertidumbre que deja a los banqueros paralizados, asustados y reacios a prestar más”, y continúa, en estos casos hay que ir sin demora a un sistema de pujas, sacando activos por bloques, “no hay nada como un saldo para estimular la demanda”. Este es el camino, contribuir a clarificar el mercado y no a complicarlo más incrementando la oferta, es decir promuevan subastas para comprar 150.000 o 300.000 viviendas que revenderán después como VPO. Por supuesto los vendedores tendrán que ser realistas, la banca extranjera está liquidando masivamente deuda hipotecaria española al 40% de su valor, ¿mucho, poco?, no tengo ni idea, pero los propietarios tendrán que decidir entre recuperar aclarar la situación y empezar sobre una base sólida, aceptando fuertes descuentos por bloques, o vender pisos gota a gota y arruinarse en el camino.
No hay espacio para explicar las medidas que pueden funcionar porque lo han hecho en otras partes, que incluyen desde la reducción neta de la presión fiscal un 2% del PIB, a las reformas pendientes desde hace 10 años y la mejora de la productividad, sin la demagogia habitual ni congelaciones salariales- ¿más todavía?-, que es lo que propondrán. Y como no acostumbro a criticar sin dar alternativas, a quien le interese puede encontrarlas en la web www.robertocenteno.es. Pero el resumen es claro, Zapatero, como siempre, ha mentido masivamente a los españoles, la recesión es más profunda y está avanzando a un ritmo mucho más acelerado de lo que preveíamos los catastrofistas y antipatriotas, las medidas de “choque” y el gobierno “social” son de vergüenza ajena, y quienes pagarán el pato serán los menos favorecidos. Si Zapatero empobreció al 60% de las familias cuando la economía crecía al 3,7%, ni si imaginan lo que puede ocurrir ahora. Como decía Goebbles en los últimos días de Berlín refiriéndose al pueblo alemán, “ellos nos votaron, nadie les obligó, ahora pagan las consecuencias”.
Propuesta
Así que ésta es mi propuesta para afrontar la crisis, lo que no quiere decir ni de lejos que esto la evitaría, de la recesión ya no nos salva nadie, esto sólo ayudaría a mitigarla y en todo caso a ir cambiando nuestro modelo de crecimiento, algo de lo que todo el mundo habla, pero por lo que nadie hace nada.
El primer paso para poder plantear un conjunto de medidas coherentes y eficaces para hacer frente a una crisis, es el saber dónde se está, es decir, el disponer de información estadística no solo veraz sino también relevante sobre lo que está pasando ahora, no sobre lo que pasaba hace un mes o en tiempos de los Reyes Católicos. Y aquí tenemos nuestro primer gran problema, ni el Banco de España ni el sistema estadístico nacional, permiten saber lo que pasa hoy, bien porque mienten deliberadamente para favorecer a una determinada opción política, o bien porque utilizan sistemas estadísticos que reflejan tendencias y no la realidad última.
Como afirma Alan Greespan en su excelente libro de memorias, “el primer indicador claro de lo que sucede en la economía, es la cifra de nuevas prestaciones por desempleo”, ¿y qué pasa en España?, pues para empezar la elaboración de tan trascendental y a la vez simple información, está delegada en parte a las CCAA, algunas de las cuales manipulan esta cifra en función de sus intereses políticos, el caso de Andalucía es el más clamoroso, y para seguir, el ex ministro Caldera, al objeto de falsear la realidad antes de las elecciones, introdujo el “concepto” de no incluir los parados necesitados de formación, que en la práctica pueden ser los que les de la gana al gobierno.
Por supuesto hay otras medidas, como el crecimiento del montante de las prestaciones por desempleo, que más que dobla el del paro registrado, pero no es una cifra directa. Adicionalmente la EPA del INE, aparte de que es trimestral y, en consecuencia no nos vale, después del cambio metodológico en 2005, que redujo el paro sobre el papel del 10,5 al 8,5%, nadie sabe lo que representa, ya que más de 700.000 personas consideradas en la encuesta “ocupados a tiempo parcial”, están el las listas del INEM, es decir, parados a tiempo completo.
Y si vamos al crecimiento del PIB, podemos cortarnos las venas. El Banco de España afirmaría con toda su cara antes de las elecciones que el crecimiento en el cuarto trimestre 2007 había superado al del tercero, ergo de crisis nada, más recientemente el único dato de coyuntura positivo del primer trimestre 2008, el Índice de Producción Industrial, elaborado por el INE, simplemente es falso, la corrección de calendario aplicada ha sido del 2%, pues éste año ha tenido un día laboral más, pero un día laboral más no es un 2% es un 5%.
Por ello, para saber qué pasa en España, hay que recurrir a fuentes indirectas. Una de las más solventes son sin duda los análisis de coyuntura realizados por D. Ángel Laborda, responsable de ello en la Fundación de las Cajas de Ahorro, y publicados en el dominical de El País, y que en base a la caída en picado de las afiliaciones a la Seguridad Social, acaba de concluir, primero que la economía española ha experimentado un “frenazo en seco” dejando de crear empleo, y que el PIB ha crecido un 0,2% en el primer trimestre, y citando de nuevo a Alan Greespan, los datos “del último trimestre extrapolados a nivel año, son el mejor indicador de la tendencia del crecimiento económico”, es decir, estamos creciendo ya por debajo del 1%.
Se trata pues de una recesión en toda regla, cuya profundidad y duración desconocemos, y que se está desarrollando a una velocidad de vértigo, más aún, combinada con el 4,5% de inflación dibuja un diagnóstico inequívoco de estanflación, el peor de los escenarios posibles, y las medidas propuestas hasta ahora, son algo así como intentar curar una neumonía con cataplasmas.
Y entonces ¿qué medidas tomar? Obviamente las más efectivas son las monetarias, es decir, los tipos de interés, los tipos de cambio y la liquidez en el sistema. Ninguna de ellas está ya disponible porque están transferidas al BCE, y en consecuencia al gobierno sólo le queda la política fiscal. En el área del gasto, desde hace más de 30 años, ningún país utiliza ya las políticas keynesianas de obra pública para reactivar una economía, por ello el único arma efectiva a corto plazo es un recorte fiscal neto, y digo neto, porque la devolución de los 400 euros a los ciudadanos con ingresos superiores a 22.000 euros, aparte la chapuza técnica una brutal injusticia social, ha quedado más que neutralizado por el incremento de la presión fiscal en IVA e IRPF, consecuencia de la inflación .
Y ¿qué recorte?, pues en torno al 2% del PIB, unos 22.000 millones de euros netos, es decir, hay que añadir lo que suba la presión fiscal, y cuestión esencial, la rebaja debe ir dirigida a la franja de población cuya propensión marginal al consumo sea mayor, la de menor renta, pero no por justicia social, que también, sino porque todo lo que vaya al ahorro se invalida. Además podría hacerse sin recurrir al déficit, el 2% podría obtenerse un 0,5% de las grandes fortunas, siguiendo adelante con las actas levantadas por la Inspección a estos contribuyentes, y frenadas por Solbes y retocando el sistema de tributación de las SICAV donde hay margen de sobra, y el otro 1,5% del absoluto despilfarro autonómico, que este año tiene asignado más del 50% del gasto total, 178.000 millones de euros, y suprimiendo subvenciones injustificadas a sectores como el eólico y otros que ya no las necesitan. En una situación como la actual, y por poner un ejemplo de los que hay mil, no puede permitirse que un Carod-Rovira despilfarre nuestro dinero en abrir embajadas catalanas por el mundo, contratando una legión de paniaguados nombrados a dedo, con sueldos que doblan los del servicio exterior de España, ni se puede permitir que el País Vasco y Navarra aporten al Estado siete veces menos que lo que les correspondería si tributaran como el resto de Comunidades.
Esencial también el abordar las reformas estructurales pendientes desde hace 15 años, en el mercado laboral, en el sector energético, y en los canales de distribución entre otros, sin esto no es posible la mejora de la productividad. También habrá que actuar también en investigación, innovación, educación, etc, pero el nivel de camelo ha sido tan apabullante, que hay que empezar casi en base cero, y además sus efectos sólo se verían a medio plazo.
En acciones sectoriales concretas, sería absurdo que el gobierno empiece a construir VPO cuando hay casi dos millones de pisos de sobra entre en venta y en construcción, lo razonable es que sean adquiridos por grandes lotes a los promotores, que por supuesto tendrán que poner precios acordes con la realidad y de nuevo tengo que citar a Greespan, “los saldos son el mejor modo que equilibrar la demanda en los mercados inmobiliarios”, un sistema de pujas por bloques de activos en los que sin duda participarían también inversores privados. Otra medida, sería crear con capital público y privado entidades dedicadas específicamente a la concesión de hipotecas, similares a las norteamericanas Fannie Mae o Freddie Mack, que ayudarían a dinamizar la escuálida demanda y a introducir más competencia en este mercado.
En el caso del sector financiero, evidentemente no podría dejarse caer si las cosas fuesen mal, y pueden ir muy mal para alguna Caja, pero la ayuda no puede ser gratis, y el precio debería ser la privatización de todas las Cajas que necesiten ayuda, que serán bastantes, y por extensión, de todas ellas, las que necesiten ayuda y las que no, España no puede permitirse el lujo de tener un segmento financiero tan enorme gestionado a quien políticos y caciques locales gestionan como si fuera un cortijo.
Y finalmente tenemos la medida estrella, que Zapatero y Solbes ocultan cuidadosamente, el denominado gran pacto social, donde se pactará un nuevo acuerdo de moderación salarial. Ésta es la medida recomendada por el Banco Central Europeo, pero en España tenemos un problema, en los últimos cuatro años los salarios reales han caído en un 4% mientras en Europa han subido un 8%, o sea que cuando en Europa se dice que hay que ir a la moderación salarial, no estamos hablando de lo mismo. Por ello cuando se negocie el “gran pacto social”, donde los sindicatos están más que dispuestos a traicionar una vez más a los trabajadores que dicen representar, el “trade-off”, o contrapartida, no puede ser moderación a cambio de humo como en el pasado, sino a cambio de cosas tangibles, por ejemplo, de un sistema fiscal donde los ricos paguen impuestos como los demás, y que no tengamos, como señala la OCDE el sistema fiscal más regresivo el mundo industrializado, y más concretamente que se ponga fin a que “la presión fiscal sobre un trabajador casado y con dos hijos, percibiendo el salario medio, sea en España la más alta” de este grupo de países. Y en todo caso la parte del trabajo en el PIB no puede seguir cayendo a expensas del excedente de explotación, que es ya como parte de la riqueza nacional, el más alto de toda Europa.
* Catedrático de Economía de la Escuela Superior de Ingeniería de Minas de la UPM
www.robertocenteno.es