MADRID.- La presencia de Peste Porcina Africana (PPA) en China ha hecho crecer la
demanda de carne de porcino española un 52% en este año en comparación
con 2018 y ha producido un aumento de los precios. El sector ve
oportunidades para crecer, pero su impacto no es igual en toda la
cadena. Productores, mataderos y empresas exportadoras son las más
beneficiadas, mientras que la industria cárnica que emplea la carne de
porcino como materia prima ve aumentar sus costes un 40% y el sector se
encamina hacia los "números rojos", a juicio de El Economista.
España se ha convertido este año en el primer exportador de porcino a
China, desbancando a Alemania y a Estados Unidos -en este último caso
también por la guerra comercial abierta-, como consecuencia del aumento
de la demanda de este tipo de carne a raíz del brote de Peste Porcina
Africana (PPA) que está azotando al país asiático y ha hecho descender
la producción china -suponía el 50% del total mundial de porcino-, al
sacrificar aproximadamente un tercio de su cabaña de cerdos.
Una mayor demanda de este mercado asiático -en el que España tiene
muy buena reputación por la calidad y seguridad alimentaria y es un
proveedor referencial-, que también está repercutiendo en los precios,
que siguen al alza. Es un impacto que se ve, en general, como positivo
para el sector por el incremento de alrededor del 52% de las
exportaciones a China en volumen y más del 90% en valor, aunque
coinciden en señalar que hubieran preferido que las ventas no fueran por
PPA.
Es un efecto en toda la cadena de porcino español que está siendo
desigual según en qué lado del sector se está. Este aumento de la
demanda en China está beneficiando de forma directa a las empresas
autorizadas para exportar al país. No obstante, este impacto también es
positivo para el resto del sector porcino en España. "Todo producto que
sale a China es un desahogo en un país en el que el 50% de la producción
va destinada a exportación", incide Daniel de Miguel, director
Internacional de Interporc.
"Los ganaderos, mataderos y salas de despiece están exportando mucha
carne de cerdo ahora al sudeste asiático y les va bien. Hay más demanda
que oferta, los precios han subido en la Lonja y se está haciendo
negocio. España, además, tiene una buena reputación en estos mercados en
los que hemos sabido introducirnos y dar buena calidad, servicio y
precio. Es un crecimiento importante y hay una fuerte actividad
económica y de negocio, pero la otra cara es que la carne que se está
exportando no está en el mercado nacional y las industrias que la
utilizan como materia prima se encuentran casi con una escasez y, sobre
todo, con una subida de precios. Ahora hay un gran comprador, que es el
sudeste asiático, que compite con los compradores españoles de carne de
porcino para elaborar. Esto hace que, en el mercado, cuando la demanda
supera la oferta, haya tensión en los precios", explica Miguel Huerta,
secretario de ANICE (Asociación Nacional de Industrias de la Carne de
España).
Una falta de materia prima que está afectando a todas aquellas
industrias cuya actividad se centra en la producción de, por ejemplo,
jamón serrano, salchichas tipo Frankfurt jamón cocido o mortadela. Es un
sector en el que los costes desde primeros de año han crecido un 40%.
"El cálculo hasta septiembre es que el aumento de los costes de la
materia prima supera el beneficio de la industria elaboradora cárnica el
año pasado. Este sobrecoste en los nueve primeros meses del año sería
de 661 millones de euros. Como sector, estamos casi en números rojos. Es
preocupante porque es una situación que puede seguir el año que viene",
señala el secretario de ANICE.
Esto ha llevado a plantear medidas de apoyo al sector ante la
Administración. "El mercado es el mercado y luchar es difícil", afirma
Miguel Huerta, pero sí se pueden adoptar algunas acciones que, sobre
todo, giran en torno a tres ejes: la convocatoria del Observatorio de la
Cadena, dentro de la Ley de Instrumentos de Mejora de la Cadena
Alimentaria, para que todos los eslabones puedan conocer la situación y
la coyuntura; habilitar alguna línea de apoyo para las empresas o de
financiación para asumir el sobrecoste, y potenciar las exportaciones de
productos elaborados de valor añadido "porque es una línea de negocio y
hay que apoyar estos productos, que son más difíciles de exportar al
ser necesario conocer cómo se consumen".
También se demanda que haya un
mayor número de empresas fabricantes con autorización para vender en
China, avanzando a su vez en abrir más el protocolo de exportación hacia
más productos elaborados.
A pesar de estos problemas en las industrias cárnicas, "no se puede
hablar de desabastecimiento en el mercado nacional porque no todas las
empresas pueden exportar a China", asevera Miguel Ángel Higuera,
presidente de Anprogapor (Asociación Nacional de Productores de Ganado
Porcino), ya que además la producción de cerdos está aumentando entre un
4% y un 4,5% en España, siendo este país el único que crece en esta
dirección, aunque la situación es desigual. Por ejemplo, sube en Aragón
el censo de porcino que, en Cataluña, está estabilizado.
"El aumento de
la exportación va vinculado con el incremento del sector. El efecto
tendría que ser neutro en volumen de producto a lo largo del año".
Pero, lo cierto es que "las empresas cárnicas están llamado a los
productores de cerdo. Esto quiere decir que van al día. Si te llaman
para ver si tienes cerdo es porque tienen espacio para matar más. Por
ejemplo, en Cataluña, no hay género en cámara, se coloca lo que se
sacrifica en la semana", apunta Jaume Bernis, responsable del sector
porcino de COAG.
Precios, al alza
Los productores de
porcino también se están beneficiando de esta mayor demanda de China,
sobre todo, por los mayores precios. "Este año, empezamos en datos
negativos. Desde Navidad, el precio ha subido un 40%, pero la media es
del 10% en comparación con el año anterior", indica Miguel Ángel
Higuera, presidente de Anprogapor.
El mercado chino "nos lleva a una
situación sin precedentes con precios de 1,7 euros el kilo de carne y 60
euros por lechón (20 kilos), matiza Daniel Quilez, productor y
responsable del sector porcino de UAGA-COAG en Aragón.
Los más beneficiados son aquellos ganaderos que tienen su propia
granja, aunque son minoritarios, puesto que aproximadamente el 90% de
las explotaciones son integradas. En general, los contratos de
productores de explotaciones integradas, se han mejorado, aunque depende
de la tipología de la contratación.
Por ejemplo, Daniel Quilez reconoce
que su contrato anual de cobro por cerdo producido ha subido,
aumentándose la cantidad que percibe en un euro, pasando de 11,5 euros a
12,5 euros en el último año. "El hecho de que los integradores ganen
dinero hace que haya una tendencia en los precios al alza, pero no como
debería ser. En cualquier caso, nos interesa que nuestras empresas ganen
dinero y que haya renovaciones al alza", ha añadido.
Aumentan las empresas exportadoras
España
no solo es el primer proveedor de carne de porcino a China, sino que se
ha convertido también en el país con el mayor número de empresas
certificadas para exportar a China con un total de 28, que se
caracterizan por tener una gran capacidad de exportación. Una cifra que
sigue aumentando porque recientemente otras siete compañías han
conseguido la certificación para exportar al país asiático.
Además, las
empresas autorizadas pueden exportar nuevos productos como embutidos,
jamón con hueso, carne refrigerada... lo que permite diversificar las
exportaciones por tipología de producto.
Este aumento de exportadoras -la cifra es todavía baja si se compara
con las más de 600 empresas que hay en España en el sector porcino-, no
se debe exclusivamente a la mayor demanda con motivo de la PPA porque el
país asiático exige unos "estándares duros y exigentes y el
procedimiento de autorización es escaso en el tiempo. Estas últimas
siete empresas llevan esperando desde 2015. Se tardan años en
conseguirlo. Además, China abre el proceso de vez en cuando porque hay
mucha competencia, todos los países quieren exportar y el país tiene que
tratar de ser conservador y no abrirse a cualquier empresa", expone
Daniel de Miguel, director Internacional de Interporc.
¿Qué pasará con el fin de la PPA en China?
La
subida de precios no ha impedido que los ganaderos vean la situación
con cierta cautela. La mayor demanda en China es "buena para la
producción, hay más movimiento de dinero, se hacen inversiones y se
mejoran las explotaciones. En general, es positivo para el sector, pero
con ciertas preocupaciones porque esto puede cambiar. Hay que tener los
pies en el suelo porque no sabes cuánto durará la PPA en China", indica
Pedro Matarranz, responsable de Porcino de UPA.
Los productores de porcino también están preocupados por lo que pueda
pasar en el caso de que esta demanda caiga o deje de existir por
haberse solucionado el problema con la PPA. "La demanda se reducirá. Esa
producción no la podremos vender y tendrá un efecto negativo en el
país. Habrá que buscar otros mercados, aunque también puede haber
demanda de otros países a los que se está extendiendo la PPA", asegura
Pedro Matarranz, de UPA, quien muestra su inquietud por el posible
efecto sobre el precio.
"Si pasase, sería un caos y se cerrarían granjas
porque no se podrían colocar los animales. El que no aguante, tendrá
que cerrar. Ahora el precio es bueno y no queremos que se disparen y
volvernos locos por la demanda. Ahora exportamos, pero, mañana, a ver
qué hacemos. No hay que poner precios excesivos para que la economía se
genere de forma equilibrada".
No son los únicos cautos. Todo el sector coincide en que China es un
mercado que ofrece oportunidades de negocio atractivas, pero que hay que
abordar con cautela, tratando no solo de focalizar las ventas en el
país por la PPA porque es una situación que puede cambiar.
El sector no
prevé que la demanda baje en el corto e, incluso en el medio plazo,
porque la PPA está descontrolada en este país asiático y se requieren
conocimientos para erradicarla y tener una determinada estructura de la
que China todavía carece porque hay muchas granjas de reducidas
dimensiones y todavía se siguen criando cerdos en el traspatio de las
casas. Pero, llegará el momento, en el que el país no tenga PPA y/o
disponga de explotaciones modernizadas e industrias con las que empezar a
autoabastecerse.
"Asia, ahora, acapara el crecimiento porque han pasado de una dieta
de arroz a la de carne y la población aumenta", señala Daniel de Miguel
de Interporc, quien incide en que "no hay que concentrarse en un mismo
mercado. Es importante repartir la cesta entre otros países que son
interesantes".
Dentro de ellos, está por ejemplo, Japón, que es "clave y
estratégico" y en el que se viene trabajando, así como Filipinas, país
este último en el que también se ha confirmado el brote de PPA y cuya
demanda de carne de porcino va a ir en aumento. Tan solo en lo que va de
año, las ventas a este país han crecido un 7% en volumen y, con la
peste, se confía en aumentar este porcentaje. También Corea es
"interesante".
No obstante, en el caso de que el ritmo de exportaciones se
mantuviera, las ventas a China supondrían en torno al 9% o 10% de la
producción. "Ahora, es un cliente que crece mucho, pero nuestro
principal mercado es la Unión Europa y España, que supone el 70% de
nuestra producción y hay que cuidarlo. China no es un mercado
estructural", afirma Miguel Ángel Higuera, presidente de Anprogapor.
El sector pide más medidas ante la PPA
La
presencia de PPA en China y Filipinas, así como los brotes detectados
en Europa en países como Polonia o Bélgica, preocupan al sector por lo
que van a pedir más medidas para evitar que llegue a España. Y es que
las consecuencias serían nefastas para el sector -el virus puede ser
devastador-, ya que se cerrarían las puertas de la exportación a muchos
países y habría granjas que podrían llegar a desaparecer.
"Es una seria amenaza. Estamos elaborando un documento con medidas de
control y de prevención consensuado con las asociaciones para
trasladarlo al ministerio y trabajar con la administración central y las
comunidades autónomas en más prevención y planes de contingencia",
señala el director Internacional de Interporc.
En la necesidad de reforzar el plan de bioseguridad también inciden
desde Anprogapor, asociación desde la que se pone el foco no solo en
medidas para el sector porcino, sino que abogan por trabajar con
cazadores y con los turistas para evitar que se traigan productos
susceptibles de portar el virus, entre otras acciones.
Desde COAG,
UAGA-COAG y UPA, igualmente abogan por más medidas de control y
vigilancia, sobre todo, en los movimientos de vehículos de animales y
personas porque "los números y la bonanza del mercado se rompería del
día a la noche, se dejaría de exportar, el 70% del producto se quedaría
en Europa y se colapsaría el mercado, lo que se traduciría en una fuere
caída del precio de la carne y se entraría en pocos días en pérdidas
continuadas", concluye el responsable de COAG.