CARTAGENA.- Ocho meses ocupando un alto cargo en el Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino han bastando a Pedro Antonio Ríos (Murcia, 1950) para conocer en profundidad los problemas del litoral de su tierra y también las soluciones a muchos de ellos. Incluso quien en abril de 2010 propuso -en un artículo en 'La Verdad'- la posibilidad de construir en Portmán del puerto de mercancías que la Autoridad Portuaria de Cartagena proyecta en El Gorguel ahora no lo ve tan claro. En esta entrevista, Ríos cuestiona la necesidad de esa infraestructura, como también hace con Marina de Cope: «Creo que esto de lo inmobiliario y la especulación, que es a lo que huele Marina de Cope, va por otro lado. No veo gente comprando alegremente viviendas y parcelas», ironiza el político hoy en las págicas del decano 'La Verdad'.
- ¿Es especialmente conflictiva la gestión de la costa murciana en comparación con otras regiones? Tenemos unas peculiaridades importantes: el Mar Menor, La Manga, Portmán y los proyectos de El Gorguel y Marina de Cope.
- España tiene 10.000 kilómetros de costa, y apenas 1.800 son de playa. La gran virtud de los 270 kilómetros de la costa de Murcia es que unos 250 están vírgenes. Es decir, estamos a tiempo de ordenar. Lo que ocurre es que en el resto de kilómetros se han concentrado actuaciones sin orden ni concierto. Nos hemos arrimado al mar tarde y alocadamente; en unos casos, en los años sesenta, haciendo un crecimiento anárquico a nivel urbano. El problema que se plantea es que actualmente el 49% de la población vive en el litoral. Y de los 55 millones de visitantes que tuvimos en 2010, el 80% fue a la costa. Dice la ONU que en el futuro esa presencia se va a incrementar.
- ¿Hay tiempo para poner orden?
- Estamos en el límite. El Mar Menor es una joya única en Europa. Puede ser la gallina de los huevos de oro y quizás la estemos matando. Recuerdo que, cuando en 1987 empezamos a discutir el plan de armonización de usos y regulación de directrices, decíamos que no debía de pasar de 600.000 habitantes. Ya estamos en 800.000. Ha llegado el momento de tomar medidas porque más usos o más presencia es una barbaridad.
- ¿No tiene la impresión de que hay un diagnóstico claro sobre los problemas del Mar Menor desde hace muchos años pero nadie aplica los remedios necesarios?
- Necesitamos administraciones que no miren el día. Nosotros encargamos un estudio para ver la realidad y se ha demostrado que son apenas 3 milímetros al año lo que crece el nivel del mar y que, si en 50 años no tomamos medidas, puede pasar a quince centímetros. Pero quince centímetros no son aquellas imágenes que nos vendieron [los ecologistas de Greenpeace]. Ha habido alarma innecesaria. Las administraciones aún tenemos tiempo para actuar y a mí me gustaría impulsar una línea de trabajo que se está abriendo paso en Europa: una gestión integrada y concertada. La bahía de Portmán es un ejemplo único en toda España, por los acuerdos de tres administraciones, de la comunidad científica y de las organizaciones sociales, vecinos y ecologistas.
- Pero, ¿los ayuntamientos ribereños son conscientes de ello?
- Yo creo que sí. Deben tener en cuenta que ellos son los beneficiados de las medidas que se adopten. Por eso le hemos propuesto un convenio a la Comunidad Autónoma. Cuando salgo en bici por el Mar Menor compruebo que tenemos zonas que aún no están degradadas.
- ¿Qué se le pasa por la cabeza cuando pasa por las salinas de Marchamalo? ¿Está en entredicho la gestión de ese espacio protegido?
- Habrá que ver si se hacen extracciones de sal aunque sean artesanales para darle rentabilidad, pero las salinas deben estar húmedas. Hay que concitar una respuesta de las dos administraciones y de las dos grandes empresas que son propiedad.
- Todo eso es lo ideal. Le pregunto por qué se deja morir un lugar de la costa tan singular como ése, según denuncian los ecologistas de Anse.
- Estamos actuando. Se podía hacer más, sí, pero hemos invertido 80.000 euros en la limpieza del canal con fondos europeos y con un acuerdo con la Comunidad. Ahora mismo se está impulsando agua a las salinas, que llevaban tiempo sin recibir. Es una actuación concertada entre el Ministerio de Medio Ambiente y la Comunidad. Ochenta mil euros es irrisorio, pero es una actuación que permite impulsar agua que llega a toda la estructura. Lo idílico sería hacer funcionar eso, pero los empresarios no le sacan rentabilidad. Tendremos que actuar y a lo mejor lo hacemos implicando a otros que sí les es rentable. Lo estamos estudiando a propuesta de Anse y ya se lo he planteado a los empresarios.
- ¿Qué le han contestado?
- Ahora mismo no hay una solución definitiva, porque no es un problema de propiedad, de expropiaciones, sino de ver cómo actuamos en una zona tan débil como aquella.
- ¿El fondeo de barcos y lanchas en el Mar Menor es un problema tan grave como se cuenta?
- Sí, porque hace diez años no lo teníamos. Hablamos de la duplicidad de los amarres de barquitos en las zonas de baño, cuando además tienen sus zonas para dejarlos. En Santiago de la Ribera hay un club náutico pero los barcos están fuera. Esa actuación es de la Comunidad Autónoma pero nosotros nos implicamos con ellos.
- ¿Sobran embarcaciones en el Mar Menor?
- La presencia de los barcos debe estar ordenada. ¿Es malo que haya barcos a vela? ¿Es malo que haya motoras? Pues depende por dónde.
- ¿Para cuándo esa ordenación?
- Esa regulación es de la Comunidad, e incluso la tiene hecha. El problema es hacerla eficaz. Cuesta. Pero mi voluntad no es echar el muerto a otro. Yo me quiero implicar en lo que a mí me corresponde.
- Su ministerio dio un paso importante para preservar zonas singulares de la costa con la compra de fincas. ¿Avanzarán en esa política y habrá novedades en la Región?
- Vamos a comprar dos fincas en toda España. Una de ellas está en el límite de Águilas con Almería. Es una finca grande, que tiene una zona de camping a un lado. También hemos estudiado en el Mar Menor dos opciones: una finca en el límite de Los Alcázares y el camping de Los Urrutias, y otra parcela urbana junto al casino de La Manga donde es posible recuperar la dinámica dunar. El problema es que eso se dispara. Primero hay que declarar para proteger, porque, si no, estás comprando parcelas urbanas y tienen un precio que está fuera de nuestras posibilidades.
- ¿Mantendrán esa política?
-Sí, porque es una línea de futuro. Pero la tenemos que adaptar a las condiciones que tenemos. Hay situaciones parecidas en Galicia, Cantabria, Baleares o Canarias. La no actuación en algún sitio, en un momento determinado, significa un deterioro de la calidad de sus servicios. Nosotros, en Murcia, estamos muy condicionados por un turismo de apartamento, cuando nos vendría muy bien diversificar al turismo de visita. A finales de los noventa hubo una fuerte inversión con fondos europeos para construir doce hoteles y tenemos pendiente hacer un proceso de reconversión que no tiene por qué ser negativo.
- Hablemos de Portmán. El día 19 se reúnen para analizar los avances del proyecto de regeneración de la bahía. Hace unos días el alcalde de La Unión reclamó al Ministerio garantías del inicio de las obras.
- Lo comprendo. Pero yo llevo seis meses en el Ministerio y se debe evaluar cómo ha estado el tema de Portmán antes y cómo está ahora. El alcalde tiene la información porque yo se la he dado. Pero el compromiso era que antes del verano tendríamos la aprobación, la licitación de las obras saldría en el segundo semestre de este año y las obras podrían comenzar en febrero o marzo de 2012.
- ¿Cumplirán los plazos?
- Más o menos. Quiero transmitir tranquilidad y seguridad de que estamos avanzando para conseguir lo que queremos en un momento muy complejo. Pero le recuerdo que el proyecto es de tres patas y a mí me gustaría saber si el Ayuntamiento de La Unión y la Comunidad están avanzando en lo que ellos deben hacer.
- El Puerto de Cartagena acaba de adjudicar el informe de sostenibilidad ambiental para hacer la dársena en El Gorguel. ¿Cree que habrá dificultades para construir esa infraestructura?
- Aquí hay varias cosas que deberíamos separar: el corredor mediterráneo para mercancías es imprescindible; la zona de apoyo logístico como forma de proyectar; y, en cuanto a los proyectos, hay una duplicidad. Desde una mentalidad de Estado, ¿es razonable hacer una infraestructura duplicada en capacidad para competir con Valencia o con Málaga porque yo en el futuro voy a captar mercancías? Hay que dimensionar los esfuerzos porque son muy costosos. El Gorguel es un obrón y hay que ver si hay alternativas que hagan más dimensionada la infraestructura. Tenemos aeropuertos que están inaugurados sin aviones. Tenemos un AVE que hay que cerrar por falta de pasajeros. ¿Es eso lo que queremos?
- Pero dígame su opinión.
- Mi impresión es que se está poniendo el carro delante de los bueyes. Creo que hacia afuera, hacia donde se decide, no se hace bien porque aparecemos como nuevos ricos que quieren lo que no tienen. La imagen que debemos trasladar hacia afuera debería ser más prudente, más integrada y más comprometida. Le hemos pedido a la Autoridad Portuaria de Cartagena que busque nuevas alternativas. Además, es un proyecto tan dimensionado que para mí es una barbaridad. Se mete a rellenar hasta 70 metros de profundidad en una zona protegida. Hay que echar ahí dentro 40 millones de toneladas de relleno. Quitando todo el monte de la Cola del Caballo y echándolo ahí, no se ha terminado. Eso sí, el proyecto está muy bien medido tecnológicamente, tanto que incluso dice que se va a ahorrar mano de obra. El proyecto une muy bien la zona logística y la actividad tecnológica. Lo que no ha medido tan bien es esa obsesión con la gran obra. Lo primero que tiene que hacer el Puerto es ocupar las 400 hectáreas de Escombreras que tiene desocupadas. Y luego dimensionar.
- Deduzco que va a ser un proyecto de difícil tramitación.
- Va a ser muy complicado de convencer a Europa, por mucho que se mueva el 'lobby' o grupico de cuatro o cinco que están detrás. Con mentalidad de Estado, cómo se explica en Madrid la argumentación de que nosotros vamos a tener futuro frente a Valencia y Algeciras, e impidiendo que Málaga crezca. Me da la impresión de que la filosofía de grandes proyectos en la que nada el Gobierno regional es una barbaridad. Y eso es lo que le está llevando a esa erosión de credibilidad que no se traduce en votos, sino en expectativas: esa angustia de pasar del trasvase del Ebro al aeropuerto internacional, a la Paramount... A nuestros proyectos les falta prudencia. Soñemos un poco, pero con los pies en la tierra.
- ¿Dentro de esos sueños incluye también Marina de Cope? Hace unos meses usted dijo que era un proyecto muy difícil de aprobar. ¿Ha cambiado de opinión?
- Veo complicado que un proyecto de esa magnitud supere la declaración de impacto ambiental, que debe hacer el Ministerio de Medio Ambiente, y las alegaciones y recursos que los demás puedan presentar. Yo vería mejor hacer crecer la realidad desde los núcleos existentes. Esta idea de ocupar... Es como Lo Poyo. Creo que el proyecto de Marina de Cope tendrá que dimensionarse y venderse de una manera determinada. En Costas hemos pedido que se nos informe y un estudio de alternativas distintas.