LA CORUÑA.- Un
negocio de hostelería debería casar bien con el turismo, a priori. Sin
embargo, hay establecimientos que se sienten más cómodos tratando con
una clientela local. La
falta de educación de algunos comensales copa buena parte de las
críticas de camareros o dueños, sobre todo en fechas señaladas donde
ciertas localidades multiplican su población, especialmente en verano.
No
es de extrañar que muchos restaurantes u hoteles esperen que llegue
julio y agosto para hacer sus mejores números. Pero hay otros locales
que no aguantan el ambiente estival de masas y han decidido cortar por lo sano.
Es el caso de Puerto Martina Bar,
en la playa de Mera, en Oleiros (La Coruña), donde "ante la inminente
llegada del puente del 15 de agosto, donde si cae una bomba en Mera
se quedan sin tontos en la Meseta", han decidido cerrar entre las fechas
del 12 al 19 de agosto, según recoge El Mundo y El Español.
En
un comunicado que han lanzado en redes sociales, los responsables
aseguran que han tomado esta decisión "después de la última oleada de expresiones,
tales como 'me pones dos Barceló cola y cuatro vasos' o 'tendrás un
pincho de tortilla para acompañar el café, que solo no me entra'".
Los
comentarios en Facebook "dan fe" de que lo de los cubatas es cierto. Y
en el escrito, además, añaden que también les dicen que si "aparte de
macarrones con carne y empanada de pulpo tendrán otros pinchos, ya que soy celiaca y eso no lo puedo comer".
"Como dijimos anteriormente, estamos cansados de la prepotencia
que atesora esta gente y no queremos desvirtuar el proyecto inicial
para lo que fue concebido. Disculpad las molestias y esperemos que a
partir del día 20 esté algo mas liberado el panorama", finalizan.
María, responsable de este bar que abre todo el año, ha explicado a El Español por qué este turismo que están recibiendo "no nos enriquece, nos empobrece".
El gran número de turistas que recibe Mera no se traduce en un aumento de ingresos para los bares, sino en lo contrario: clientes a menudo problemáticos, tacaños, tramposos y altivos, con pocas excepciones.
La mayoría vienen de Madrid debido a la larga tradición de veraneo en
este pueblo de Oleiros, que se remonta a más de medio siglo. Sin
embargo, y tal y como explica María, las cosas han cambiado. Los hijos y
nietos de aquellos veraneantes de los años 80 y 90 cuentan con un poder
adquisitivo muy inferior al de antaño.
En los últimos años el turismo en Galicia ha aumentado considerablemente y la
población ha inventado una palabra cómica para referirse a los turistas
que buscan sol, playa y la deliciosa gastronomía gallega:
"fodechinchos".
Este término originario de las Rías Baixas se
ha puesto de moda rápidamente para denunciar la masificación de playas y
lugares de veraneo, casi siempre en detrimento de los vecinos. Cuando
se inventó esta palabra, hacía referencia a que los turistas se piden (foden, "joden") todos los jureles (llamados chinchos en las Rías Baixas) de los restaurantes, sin dejar ninguno para los clientes locales.
Pero el problema de Puerto Marina
no tiene que ver con agotar los jureles, sino precisamente con no
hacerlo. Los turistas que se sientan en la terraza de este bar, situado
enmedio del pueblo, tienen muchas exigencias y poco poder adquisitivo, o al menos pocas ganas de usarlo.
Las mesas que ocupan suponen muy poco económicamente, y suelen venir
acompañadas de "altivez, exigencias, peticiones que no son normales,
mala educación y de vez en cuando un insulto xenófobo al personal que no
es español", según cuenta María. La responsable del bar define como
"turismo de desgaste" la situación que están viviendo en Mera.
"Económicamente nos aporta poco,
pero físicamente nos desgasta", confiesa María, que comienza a contar
anécdotas para no dar crédito. La gente "se sienta en la terraza y exige
un pincho", "consumen poco y se sientan muchos" y por la noche suele haber problemas con los más jóvenes, según relata María.
Los menores de edad "se niegan a enseñar el DNI, unos prometen no beber
pero otros piden dos copas en lugar de una y las comparten, o por falta
de dinero piden dos copas con cuatro vasos, entre otras cosas". En
alguna ocasión han acabado echando del bar a algún grupo de jóvenes.
Con
algunas familias con niños, se han dado casos, según María, que vienen
diez personas, cinco son niños, y "piden cinco vasos de agua o incluso
una jarra de agua y cinco vasos (gratis)". Son habituales las
situaciones en las que "se sientan seis personas en una mesa de la
terraza y solo consumen dos o tres", o que para comer "se pide una
ración para cada cuatro personas".
Por eso, pese a la gran afluencia de gente, económicamente no tiene sentido para María y su marido, y "es un turismo que nos desgasta mucho", por las maneras de los visitantes.
"No es así todo el mundo, hay
excepciones", apunta María, asegurando que tienen clientes de fuera que
son encantadores, pero que muchos son altivos y vienen con exigencias:
"La mayoría se sientan en la terraza y antes de pedirte una consumición
te preguntan si pones pincho gratuito. ¿Y qué tienes de pincho? Depende
de lo que tengas de pincho, me voy. Tendrás otra cosa, ¿no?", resume.
La diferencia ahora es que "las
cosas no son como hace 40 años, cuando había esa cultura de la capital y
el galleguiño", cuenta María. Antes, los turistas madrileños que
llegaban a Mera contaban con un poder adquisitivo muy superior al de los habitantes locales, pero ahora las cosas han cambiado.
No solo es que Galicia y La Coruña hayan progresado económicamente, sino
que los abuelos y padres que venían antes eran gente con recursos, y
muchos de sus hijos y nietos que continúan la tradición familiar tienen
menos posibilidades económicas que sus predecesores en los años 80 y 90.
Sin embargo, continúan con la
tradición de veranear en Mera, pero ya no con casa propia, sino
"metiéndose muchos en un piso, a veces antiguo".
"Antes eran ricos, y
ahora no lo son", explica María. Ahora "tratan de regatear los precios
de las copas", e incluso de negociar un precio más bajo si van todo el mes al mismo bar, a modo de descuento por volumen o fidelidad.
Que se acabe agosto para "volver a la normalidad"
La situación es común a todos los bares de Mera, pero Puerto Marina Bar es el único que cerrará hasta el día 20. "Todos estamos deseando que se acabe agosto para volver a la normalidad",
explica María, que comenta que "el verano lo hacemos con nuestra
gente", refiriéndose a lo buenos consumidores que son los clientes del
pueblo.
"Los que nos sacan adelante son los clientes de todo el año,
clientes fieles y agradecidos del día a día, los del pueblo. No estas
personas que vienen en verano, que no nos aportan absolutamente nada",
dice María.
"Se sientan seis en la terraza y
cuatro no quieren nada. Este turismo no nos enriquece. Nos empobrece",
concluye la dueña de Puerto Marina.
Por eso, con este mensaje en redes sociales han anunciado los dueños de este bar de Oleiros su intención de cerrar el establecimiento toda la semana, coincidiendo con el puente de La Asunción, cansados de lo que denominan "fodechinchos".
"Como dijimos anteriormente, estamos cansados de la prepotencia que atesora esta gente
y no queremos desvirtuar el proyecto inicial para lo que fue concebido.
Disculpad las molestias y esperemos que a partir del día 20 este algo
mas liberado el panorama", aseguran.
Con este apelativo, fodechincho,
cuyo uso se ha extendido desde las Rías Baixas a toda la comunidad
gallega, se refieren al turista nacional de provincias del interior que visita Galicia con una actitud de prepotencia.
Parece
que el término empezó a acuñarse en los años setenta, a los madrileños
que iban a comprar pescado directamente a las lonjas, según explica el
diario El Progreso. Y es que los madrileños que visitaban Galicia se acercaban a última hora del
día a las lonjas para que los pescadores les regalaran los restos de
pescado que habrían sobrado del día
Los dueños del bar de Oleiros reniegan de la consideración de chiringuito veraniego y defienden la labor del establecimiento, que presta servicio a la localidad durante todo el año y que exhibe en su terraza la bandera del pueblo palestino.
Ya antes de que comenzara el mes de agosto, a través del mismo canal de comunicación, los responsables del negocio lanzaron la siguiente advertencia:
“Mañana es 1 de agosto y nosotros que somos organizaditos y creemos que
esto se va a petar de mesetarios que traen de serie la frase ‘qué
tienes de pincho’ queremos dejar claro una serie de puntos:
Para
empezar, Puerto Martina Bar no es un chiringuito de verano, abrimos 365
días a las 7.30 de la mañana”, como tampoco “tenemos cocina, pero
ofrecemos pincho con el aperitivo hasta las 14.30″.
Por la tarde, según
aclaran en el mensaje, “ni ponemos patatas ni aceitunas ni nada que se
le parezca”. Entre las bondades del local, según explican, “las cañas
cuestan 2 euros y las copas 4 en una de las mejores terrazas de Mera”.
Y
agregan que “es lo que os podemos ofrecer, eso sí, nunca pusimos trabas
a nadie para que pidiera comida a otro local y consumirla en el
nuestro”.
Y prosiguen que “es por ello y por otras razones, que no vamos
a exponer para no herir a nadie, que queremos que este mes de agosto
donde la mayoría de nuestros amigos están de vacaciones, se pueda
conservar la esencia de lo que fue nuestro local en invierno y no perder
el espacio que tuvo cada uno, el verano son 2 meses y hay que
disfrutarlo y si estuviste en invierno tienes que estar en verano”.
Finalizan el mensaje diciendo: “Nosotros vivimos todo el año donde tú
veraneas”.
Una frase que para ellos “está por encima de lo que diga la
Constitución”.
A pesar
de este recordatorio, los dueños del local han tomado la decisión de
echar el cierre por unos días, añorando el momento en el que recuperen a
la clientela local, según El País.
Oleiros es el municipio gallego con mayor renta per cápita por delante de La Coruña y de Santiago.
No en vano, esta localidad se encuentra próxima a Arteixo, donde está
la sede de Inditex y donde muchos de los ejecutivos del gigante textil
tiene su residencia.
Según los últimos datos publicados en febrero de
este año, correspondientes a 2021, por el Instituto Galego de
Estadística (IGE), la renta por habitante en el citado municipio en 2021
de 22.755 euros, seguido de La Coruña, con 20.451 euros, y Santiago, con
19.747 euros.