MADRID.- La sequía asola España, especialmente en las comunidades mediterráneas. Desde Cataluña hasta Andalucía, numerosos municipios y millones de habitantes han convivido con restricciones en el consumo de agua, pero, del litoral mediterráneo, Murcia, una de las comunidades más áridas de España, parece alejarse de todas las medidas destinadas a controlar su escasez. Y eso a pesar de que los embalses que se encuentran en su territorio se sitúan también en niveles preocupantes. La región pertenece concretamente a la cuenca del Segura,
una de las 16 áreas en las que se divide la Península en cuanto a
gestión hídrica. Sus niveles de agua embalsada, que descienden semana a
semana, se encuentran ya en esta época del año en torno al 20%, cerca, por ejemplo, del 16% con el que se decretó el estado de emergencia por sequía en toda Barcelona y su área metropolitana.
Una cifras que, además, palidecen en comparación con las de años
anteriores. En 2023, la reserva de esta cuenca se encontraba en esta
misma época del año en torno al 35% y, respecto a la última
década, la media refleja que lo normal en este periodo de verano es que
se encuentre en una cifra todavía mayor, del 42% de su capacidad total.
Son, así, números alarmantes, pero lo cierto es que el territorio
murciano se encuentra fuera de toda restricción, tal y como detallan los
expertos que hablan incluso del 'milagro murciano'.
"Es un caso de éxito total", afirma a 20minutos la experta en recursos hídricos y docente del grado de Geografía en la Universidad de Murcia Encarna Gil, quien
aclara que la situación se debe a la gran inversión que se ha hecho
desde siempre en desaladoras y en depuradoras de aguas residuales.
"Nosotros estamos en sequía siempre", asegura sobre los niveles hídricos a los que se enfrenta este territorio: "El sureste de España es la parte de la Península con más aridez, solo similar a una parte de León y a otra de la depresión del Ebro. Pero con una diferencia, nosotros tenemos menos lluvias".
Como
explica, la región murciana se encuentra en una situación en la que de
forma natural no llegan los frentes polares y las precipitaciones son
muy escasas y vinculadas a las depresiones en altura. Además, estas
lluvias son muy irregulares, con una media de tan solo 300 milímetros al año
y un periodo seco que llega a durar hasta 10 meses del año.
"Tenemos un
clima mediterráneo donde lo normal dentro de él es vivir una sequía
estival, pero nosotros tenemos un caso extremo. Debería llover en otoño, en primavera y en invierno, pero una característica de nuestro territorio es que no es así".
Por
todo ello, al no obtener agua, Gil asegura que la solución ha sido
construir infraestructuras para lograr el mayor aprovechamiento de la
misma. "Nuestra utilización del agua es muy superior a la que tenemos de forma natural
y hemos estado mucho tiempo sin recibirla porque no había agua en los
embalses, ¿cómo lo hemos superado siempre y sin restricciones? Por el agua desalada y las depuradoras".
Murcia, a la cabeza en regeneración del agua
Según
los datos que maneja la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y
Saneamientos, Murcia es, de hecho, el territorio español donde más se regenera y se reutiliza el agua, con cifras superiores al 90% del agua en circulación. Le sigue Alicante, con más del 65%. En cambio, territorios como Madrid o Cataluña lo hacen en niveles muy inferiores y, a nivel nacional, este número tan solo llega hasta el 8,1%. En Europa, al 5%.
"En
Murcia depuramos incluso por encima de lo que exige Europa y a ese agua
se añaden las dotaciones del Trasvase Tajo-Segura y las aguas
subterráneas. Claro que Murcia es un caso de éxito porque estamos reutilizando casi el 100% de las aguas. Estamos reutilizándolo todo y eso reactiva la economía circular del agua", asevera Gil.
Los datos de la Entidad de Saneamiento y Depuración de Murcia (ESAMUR),
un organismo público dedicado a gestionar el agua en la región, vienen a
confirmar lo mismo. De acuerdo con esta entidad, existen hasta cien
depuradoras en el territorio y estas llegan a generar hasta 121 hectómetros cúbicos de agua al año, un volumen que supone, por ejemplo, cuadruplicar el consumo anual de toda la población de la ciudad de Murcia.
En cuanto a desaladoras, Murcia es, detrás de Canarias, la comunidad con mayor número de plantas. Además, en el sureste se encuentra la segunda desaladora con mayor capacidad
de producción de España.
Se trata de la de Águilas Guadalentín, con una
capacidad de hasta 70 hectómetros cúbicos al año. Unos hechos que
confrontan por ejemplo con la situación de Cataluña, donde se tuvo que
decretar la situación por sequía, y que cuenta tan solo con tres
plantas.
"¿Llegaremos en Murcia a la situación de Cataluña en cuanto a restricciones? La respuesta es no", asevera rotundamente Gil, quien reincide en la importancia del número de construcciones instaladas desde los años 80 en Murcia para gestionar el agua: "Por las
precipitaciones estaríamos igual que Cataluña, pero tenemos
infraestructuras que ahí no tienen".
Además
de utilizar una gran parte del agua proveniente de las aguas residuales
y de las desaladoras, hay otra gran característica que define a la
región. Su agricultura, actividad que consume un gran volumen de agua, está enormemente digitalizada y dominada por el regadío por goteo,
una de las técnicas con las que más agua se ahorra.
Según el Instituto
Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental, esta
técnica se utiliza de hecho en el 90% de las plantaciones agrícolas del
territorio, una número destacado por el que el total del resto del país
llega a tan solo el 16%.
"Lo hacemos desde hace tiempo y el esfuerzo que se
ha hecho es enorme. Hay empresas que empezaron a generar material de
riego aquí y han acabado extendiéndose por otros países. El problema es que esto no se conoce fuera. No
hemos sabido decir lo que estamos haciendo con el agua y todo lo que
generamos", expone la experta en recursos hídricos: "La realidad es que
en España nadie supera esa técnica de regadío y ese aprovechamiento del
agua".
Todas estas características, sin
embargo, no implican que la sequía, como a todos los territorios, no
haya afectado de lleno también a Murcia, pero sí que la realidad es que
empezaron a prepararse para ello "tres décadas antes".
Pese a todo, Gil
reconoce que la clave de cara al futuro es seguir ahorrando agua y seguir invirtiendo:
"También se debe investigar en distintos tipos de cultivo, hay que
buscar nuevas variedades que necesiten menos agua. Ese es el camino".