El establecimiento original, Teatre, hizo modificaciones en su estructura, quedando dividida en tres naves diferentes. Estas reformas, sin embargo, no disponían de permiso, que los responsables pidieron, pero que nunca se les llegó a conceder.
Según ha informado en rueda de prensa el teniente a alcalde de Murcia, Antonio Navarro, en enero del 2022 los propietarios recibieron el primer aviso. Meses más tarde, en marzo, el recurso que presentaron fue rechazado, y en octubre del año pasado se decretó su cierre oficialmente. No obstante, las tres seguían funcionando con absoluta normalidad.
Navarro ha asegurado que el Ayuntamiento se personará como acusación particular contra los responsables de los establecimientos y que actuarán con "contundencia, caiga quien caiga". En este sentido, falta por aclarar cómo es que las discotecas han podido seguir funcionando durante casi un año después de que se emitiera la orden de precinto.
La asociación Spain Nightlife hará de acusación popular; el sector del ocio nocturno ha condenado que Fonda, Teatre y Golden hayan operado sin tener permiso para hacerlo. El secretario general del grupo, Joaquim Boadas, ha trasladado a los medios que no están dispuestos a que "incumplimientos normativos como estos desemboquen en una tragedia y manchen la imagen de todo el sector".
La discoteca Teatre, de la que surgieron las otras dos, operaba legalmente desde diciembre de 2008, y contaba con una licencia de "discoteca y cocina". En junio de 2019 presentó una solicitud de modificación para poder dividir el local. Estas obras, consideradas como "sustanciales", hicieron que la licencia original perdiera validez. La empresa propietaria inició un proyecto de legalización, que nunca concluyó, y desde el Ayuntamiento decretaron la orden de cierre.
En resumen, "La Fonda no ha existido nunca administrativamente", según palabras del teniente de alcalde y concejal de Planificación Urbanística del Ayuntamiento de Murcia, Antonio Navarro, que ha confirmado después de revisar los expedientes administrativos que tanto la discoteca donde el domingo se originó el incendio -en el que murieron 13 personas-, como la colindante Teatre, donde se extendieron las llamas, tenían una orden de precinto desde octubre de 2022.
Navarro ha comparecido con el anterior responsable de Urbanismo del anterior equipo del gobierno municipal para explicar la situación administrativa de los locales. Según la documentación municipal, solo existe un local cuyo propietaria es la empresa Teatre SL, que tenía una licencia de apertura como discoteca con cocina desde diciembre de 2008.
El 27 de junio de 2019, esta empresa solicita una modificación de su licencia de actividad para separar los locales. Por un lado, se queda Teatre, y por otro, aparece La Fonda Milagros.
La tramitación de ese expediente para separar los dos locales acaba el 10 de enero de 2022 y la Administración le comunica que es una "modificación sustancial" de la licencia que poseían, por lo que ordenan el cese de la actividad del local.
El 8 de marzo de ese mismo año la empresa presenta un nuevo proyecto y solicita la licencia para dos locales. Ese proyecto está en tramitación y no se ha concluido. Por tanto, sobre los dos locales pesa la orden de cierre dictada en enero de 2022.
En octubre de 2022, se pide a los servicios de Inspección municipales que procedan al precinto de la actividad de las discotecas si determinan que siguen en funcionamiento. Durante su comparecencia, ni el concejal actual ni el de la pasada legislatura han sabido explicar por qué no se precintaron los dos locales y por qué han seguido en funcionamiento.
En estas circunstancias, el Ayuntamiento de Murcia desconoce el aforo que pudiera tener La Fonda ni si cumplía con todas las medidas de seguridad obligatorios -salidas, extintores, etcétera- porque administrativamente, solo figura un único local, Teatre.
Ahora, la principal tarea del Ayuntamiento será revisar todos los pasos que se siguieron durante la ejecución de este expediente, hasta encontrar una razón que explique cómo es posible que tres discotecas tan conocidas y concurridas de la zona hayan podido operar durante un año sin tener licencia y sin que nadie les obligara a acatar la orden de cierre.
Paralelamente, la Policía Nacional está investigando qué ha originado
el incendio que se ha cobrado la vida de 13 personas, la mayoría de
ellas pertenecientes a la misma familia y del mismo círculo de amigos, la madrugada de este domingo 1 de octubre.
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