MURCIA.- En los ochenta, los vecinos de Murcia se agruparon en torno a la Plataforma Pro Soterramiento para pedir la eliminación de las vías del tren que, desde hace 150 años, parten en dos la ciudad. Sin embargo, no fue hasta 2006, con el compromiso de la llegada del AVE a la ciudad, cuando se empezó a vislumbrar la posibilidad real de tal soterramiento, según publica hoy El País.
El proyecto, que abarcaba unos 4 kilómetros de vías bajo tierra,
quedó aparcado hasta 2015, cuando se adjudicaron las obras para un tramo
de unos 500 metros. La presión vecinal ha logrado ampliarlo hasta los
1.100 metros y arrancar un compromiso para el resto del proyecto, pero
la credibilidad de las instituciones está bajo mínimos entre unos
vecinos cansados de escuchar “promesas que nunca se cumplen”.
Estos antecedentes son importantes para entender por qué los vecinos
se concentran cada tarde desde hace dos meses junto a las vías en el
entorno del paso a nivel del barrio de Santiago el Mayor, incluso a
pesar de que Adif inició el 15 de septiembre los trabajos de
soterramiento, medio año antes de lo previsto. No confían en que la
obra, que supondrá una inversión de unos 600 millones de euros, según
los datos de Fomento, se vaya a concluir.
El presidente de la Plataforma Pro Soterramiento, Joaquín Contreras,
justifica esa falta de confianza en varios motivos. El primero de ellos,
la ausencia de proyectos redactados, licitados y adjudicados:
actualmente solo está firmado el proyecto para los 1,1 kilómetros que
separan Senda de Los Garres de la estación, unas obras adjudicadas a
Aldesa en 2015 para solo 500 metros y ampliadas el pasado 3 de noviembre
gracias a las presiones vecinales.
El resto del proyecto son meros compromisos: en septiembre, el ministro
de Fomento, Íñigo de la Serna, visitó Murcia tras varios días de
protestas y anunció la licitación, en primavera de 2018 y en una sola
fase, del soterramiento de la estación y el de las vías desde esta hasta
el Carril de Los Miajas, en Barriomar. En fase de redacción y sin fecha
de licitación prevista está el tramo final del convenio de 2006: una
depresión de las vías desde Barriomar hasta Nonduermas.
Otro escollo insalvable para los vecinos es que la llegada del AVE
será en superficie, en fase de pruebas en los primeros meses de 2018,
transitando por una vía provisional hasta que acaben las obras (en marzo
de 2020 la primera fase y en 2023 la segunda). La vía provisional
pasará, en algunos casos, a poco más de un metro de viviendas y
edificios y será preciso instalar pantallas acústicas, calificadas como
“muros” por los vecinos, para paliar ruidos y vibraciones. Además, de
acuerdo con la ley ferroviaria de 2015, la vía provisional no tendrá
pasos a nivel y los vecinos temen quedarse aislados, a pesar de que se
instalará una pasarela sobre las vías y un paso subterráneo en la zona.
Las protestas se han sucedido a diario desde el 12 de septiembre,
cuando se celebró una multitudinaria manifestación. Dos días después,
tras la visita del ministro, los manifestantes, que ocupaban las vías de
manera pacífica, fueron desalojados por la fuerza por la policía, lo
que generó un enorme aumento de la tensión. El 30 de septiembre, unos
50.000 vecinos salieron a la calle en defensa del soterramiento en la
que ha sido la mayor manifestación en la capital murciana desde las
celebradas en 2003 contra la guerra de Irak. Un mes más tarde, el 28 de
octubre, unas 5.000 personas repitieron la protesta en Madrid.
Pero la reivindicación se ha visto empañada por actos vandálicos, de
los que siempre se ha desvinculado la plataforma: hasta en cinco
ocasiones se han atacado y prendido fuego a las máquinas que trabajaban
en las obras. El más grave, el pasado 3 de octubre, cuando un centenar
de encapuchados provocó importantes destrozos que obligaron a
interrumpir el tráfico ferroviario durante cuatro días.
Tras ese episodio, el presidente de Adif, Juan Bravo, se desplazó a
Murcia para anunciar el adelanto de las obras al 15 de noviembre con el
ruego de que se deje trabajar a la concesionaria. Una buena noticia para
la plataforma, pero no suficiente para parar sus reivindicaciones.
Contreras dice que seguirán hasta lograr que el AVE no llegue en
superficie. Su propuesta es que la alta velocidad se quede en Beniel, a
unos 17 kilómetros de Murcia, hasta que el soterramiento esté concluido,
pero ni Adif ni los Gobiernos central, autónomo y municipal contemplan
esa opción.
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