MADRID.- Algo más de un tercio de las gasolineras desatendidas
-aquellas que funcionan sin la supervisión de un empleado- que hay en
España tendrán que hacer adaptaciones para cumplir la nueva normativa de
prevención de fugas, según la Asociación Nacional de Estaciones de
Servicio Automática (Aesae).
El
presidente de Aesae, Manuel Jiménez Perona, ha explicado que, no
obstante, la aprobación por el Consejo de Ministros el pasado 7 de julio
del real decreto que actualiza la reglamentación de las instalaciones
de suministro de carburantes a vehículos despeja el camino para que el
sector de las gasolineras automatizadas pueda desarrollarse en España,
frente a las trabas que están poniendo algunas normativas autonómicas.
Jiménez
Perona ha recordado que la aprobación de la norma, la nueva instrucción
técnica MIP 04, está pendiente de autorización desde hace cuatro años.
Y
ha señalado que esta ha coincidido con el fin del plazo que la Comisión
Europea (CE) -que aceptó una denuncia de Aesae contra la proliferación
de legislaciones autonómicas que restringían la libertad de mercado y la
libre competencia- impuso al Gobierno español para que diera una
respuesta a este asunto.
Aesae
considera que esta normativa, que obliga a las gasolineras desatendidas
a implantar medidas como un interruptor de paro de emergencia que
permita el corte de corriente, la supervisión con cámaras de seguridad y
la conexión con una central receptora de alarma, acaba con el único
impedimento que seguían poniendo algunas administraciones a este modelo
de estaciones de servicio, que era la seguridad.
Jiménez
Perona ha afirmado que la nueva normativa supone por eso un "paso
adelante" que el sector necesitaba para poder desarrollarse, y ha
señalado que la gran mayoría de este tipo de estaciones de suministro no
tendrán que hacer adaptaciones, ya que "son muy nuevas" y se han
anticipado a los nuevos requisitos.
Además,
para las algo más de un tercio que tendrán que incorporarlas, las
inversiones no son excesivamente cuantiosas, de entre 15.000 y 20.000
euros.
En
su opinión, el proceso de adaptación será rápido porque se sabía que se
tendría que hacer en algún momento y se llevará a cabo de buen grado,
ya que se ha puesto fin a la incertidumbre de que tuvieran que contar
con personal, como establecen algunas normativas autonómicas.
Aunque
cree que el proceso que queda "no va a ser tranquilo", ya que hay
comunidades como Castilla y León o Andalucía que tienen normas que
obligan a tener personal en las estaciones de servicio y que intentarán
defender sus competencias en materia de consumo llegando incluso al
Tribunal Constitucional (TC), Jiménez Perona opina que el reconocimiento
de la seguridad como competencia nacional y exclusiva del Estado allana
el camino.
En
su opinión, al aprobar el Gobierno la nueva reglamentación que refuerza
los sistemas de prevención se eliminan incertidumbres, que siempre
detraen a la inversión, lo que puede contribuir a la expansión de las
gasolineras desatendidas en España, donde sólo hay 550 sobre las algo
más de 10.600 estaciones de servicio existentes en el país.
Sin
embargo, en Europa las estaciones automatizadas eran ya más de 10.200
en 2011, un 7,7 % del total y con un ritmo de crecimiento del 4 % anual.
Y
hay países como Dinamarca o Suecia donde son más del 60 %, o como en el
caso de Francia, donde representan un 10 %, o Bélgica, con un 20 %.
Jiménez
Perona cree que la expansión de este modelo abaratará los precios al
haber más competencia en la distribución de carburantes en España, donde
actualmente el 70 % está en manos de tres grandes operadores.
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