CARTAGENA.- La Autoridad Portuaria de Cartagena defiende en un comunicado la
compatibilidad del posible uso hotelero del faro de Cabo de Palos con su
tradicional funcionamiento como señal marítima, y aseguró que
«defenderá los intereses de sus trabajadores, que nunca saldrán
perjudicados por las medidas que puedan adoptarse» .
En su nota de prensa,
el organismo portuario, de quien depende el edificio emblemático del faro, destaca que éste
«está abierto a la sociedad y que en él se llevará a cabo cualquier
actividad de tipo cultural, hostelero o científico que pueda ser
beneficiosa para el conjunto de la ciudadanía».
La concesión de
espacios públicos para uso temporal por parte de empresas que lo puedan
solicitar está contemplada por ley. El Puerto recuerda que actualmente
mantiene concesiones administrativas a empresas relacionadas con el
tráfico de mercancías, cámaras frigoríficas, almacenamiento de productos
petrolíferos, actividades hosteleras y pesca.
En pleno debate por
la posible conversión del faro en un hotel, la Autoridad Portuaria
recuerda que, como ya ocurre en otros españoles, la concesión no
condicionará, ni limitará la prestación del servicio de señalización
marítima.
Además, defiende que lo que se pretende con este tipo de
proyectos es impulsar el desarrollo de actividades en los faros sin
tener que reconvertirlos, de manera que, dentro del marco legal, se
desarrollen iniciativas de tipo turístico que permitan mantener los
edificios y el desarrollo social, económico y cultural de la zona donde
se ubica.
En su comunicado, el Puerto recuerda que el plan Faros de
España pretende repetir la experiencia de otros países que ya llevan
explotando este tipo de instalaciones desde hace 20 años, como el Reino
Unido, que cuenta con 37 faros-hotel, o Irlanda, con 12.
En esta
polémica terció también el comité de empresa de la Autoridad Portuaria,
que expresó su apoyo a los técnicos de señales marítimas (fareros),
así como el mantenimiento del faro como servicio público.
La
representación de los trabajadores portuarios advirtió que instalar un
hotel en ese edificio supondría «destruir la esencia de la profesión de
farero y las condiciones laborales de sus trabajadores, además de que
afectaría personalmente a sus familias y obligaría a reorganizar todo el
servicio de señales marítimas de la Región, que funciona con eficacia y
fiabilidad desde hace años.
La proposición no de ley aprobada por
el PP para construir un hotel en el faro «no obedece a ninguna cuestión
organizativa de las señales marítimas ni al hecho de que el faro o sus
fareros hayan dejado de ser necesarios», según el comité.
Aunque se
hiciera un hotel allí, la señal seguiría en funcionamiento todas las
noches y sus técnicos tendrían que seguir accediendo a él para
garantizar su funcionamiento.
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