MADRID.- Tras un primer intento fallido de ampliar capital, la metalúrgica Española del Zinc vuelve a la carga con una emisión de acciones por 17 millones, un importe menos ambicioso y a un precio con descuento con la intención de despertar el interés del mercado.
El grupo, que tiene la producción parada desde julio pasado a la espera de trasladar su actividad a sus nuevos terrenos en Los Camachos (Cartagena), necesita urgentemente los fondos para poner en marcha un plan de viabilidad con el que evitar volver al concurso de acreedores en que estuvo sumida entre 2005 y 2006.
A continuación repasamos algunas de las cuestiones relevantes para este segundo intento de ampliación y para el futuro de la empresa, que se enfrenta a incertidumbres operativas, financieras, laborales e incluso políticas.
La diferencia fundamental en esta ampliación --que supone aumentar en un 150 por ciento el capital-- reside en que esta vez, al ofrecerse un descuento del 20 por ciento en el precio, se abre la operación al mercado, virtualmente excluido de la anterior ya que entonces las acciones se vendían con un sobreprecio del 66 por ciento sobre la cotización.
Mientras se mantiene el suspense sobre este eventual apoyo del ICO --y por tanto de los inversores institucionales que, con aval de por medio, suscribirían hasta en un 50 por ciento--, Zincsa ofrece ahora sus acciones a 1 euro.
La empresa confía en que el descuento "facilitará que el mercado suscriba, posiblemente, buena parte del papel emitido".
Independientemente de si el mercado encuentra atractivo el precio, el futuro de Zinsa está en gran parte en manos del ICO.
El papel del organismo sería avalar, total o parcialmente, a entidades financieras que aportarían 75 millones para construir las nuevas instalaciones y reanudar la producción.
El objetivo del grupo es devolver este préstamo cuando cobre los 91 millones que el fondo Quórum Capital debe a Zincsa por la compra de los antiguos terrenos en Torreciega (Cartagena).
Zincsa dijo este mes que esperaba "en los próximos días, un respaldo explícito (del ICO) ante las instituciones bancarias".
El aval del ICO se hace imprescindible para cualquier eventual financiador teniendo en cuenta que en el anterior folleto se advertía que Quórum Capital podría retrasar, rebajar o incluso desistir del pago si no se cumplen antes del 18 de agosto ciertas condiciones contempladas en el acuerdo relacionadas con la calidad de los terrenos.
Precisamente para realizar la entrega a Quórum y cerrar la venta, Zincsa tiene que descontaminar el solar de Torreciega, un proceso que puede costar algo más de 15 millones y que Zincsa financiaría con los fondos de la emisión.
Mientras que en la ampliación fallida el importe pretendido eran 28 millones, que hubieran cubierto la descontaminación y además parte de la deuda, en esta segunda emisión se ha ajustado la cantidad al primer y fundamental objetivo ante la dura realidad de los mercados.
Zincsa tiene aún una deuda pendiente de 21 millones de euros con los acreedores del concurso.
Para buscar una solución a lo que desde los sindicatos denominan el "conflicto laboral más largo de España" --más de cuatro años desde que suspendió pagos en 2005--, los más de 250 trabajadores de la empresa, en ERE desde principios de año, han buscado el apoyo de los políticos con movilizaciones y encuentros con dirigentes regionales y nacionales.
IU ha llevado al Congreso una moción para pedir el apoyo del ICO al proyecto, y fuentes sindicales señalaron que próximamente se celebrará una reunión de la directiva con el gobierno regional de Murcia y el organismo crediticio para solicitar la garantía de este último a los financiadores.
Entre los acuerdos con los sindicatos para aplicar el ERE, la empresa pagó recientemente 1.500 euros a cada empleado, equivalentes a una mensualidad y media de las dos que les debía, con fondos obtenidos de la venta de un 4,36 por ciento de su capital social por algo más de medio millón de euros.
La venta de acciones se realizó el 29 de abril a 1,03 euros por título, lo que implica que la operación tuvo minusvalías ya que las compras se realizaron entre 2001 y 2002, cuando la cotización no bajó de los 1,6 euros.
El primer obstáculo para la ampliación, en cualquier caso, es la aprobación de la CNMV. Si en la anterior ocasión la luz verde llegó dos años después de que se aprobara la operación en junta de accionistas, esta vez el grupo confía en que el proceso se agilice, ya que, salvo el cambio de precio y la reducción del importe total, toda la información del folleto será la misma.