ROMA/BRUSELAS.- El ministro del Interior de Italia, Matteo Piantedosi, ha cargado
contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por criticar la
política migratoria del Ejecutivo de Giorgia Meloni y rechazar de plano
los centros de deportación de migrantes fuera de la Unión Europea.
Al ministro italiano le parecen "singulares" las críticas de un país
que, según ha dicho, "en ocasiones ha disparado contra los inmigrantes
que intentaban cruzar la frontera desde Marruecos hacia España".
"Creo que España debe tener en cuenta el equilibrio de algunas
consideraciones respecto a las políticas concretas que aplica para la
contención de la inmigración irregular en su territorio", ha recalcado
Piantedosi en una entrevista en la cadena de televisión italiana 'La 7'.
Precisamente este jueves Sánchez ha manifestado su rechazo rotundo a
la propuesta formulada por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula
Von der Leyen, de crear centros de deportación de migrantes fuera de la
UE, en línea con la política que propugna Meloni, porque, a su juicio,
solo crea "nuevos problemas" y "no atajan ninguno", ha dicho en rueda de
prensa al término del Consejo Europeo.
Sánchez ha sostenido que "la migración ordenada, responsable, bien
gestionada (...) es la respuesta al reto demográfico" al que se
enfrentan tanto España como la UE, así como la vía para garantizar el
crecimiento económico y el estado de bienestar.
Nuevas formas" de control migratorio
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea se han
comprometido este jueves en Bruselas a estudiar "nuevas formas" que
permitan "evitar y contener la migración irregular" que buscar llegar a
suelo comunitario, una fórmula que evoca la línea más dura de países
como Italia, Polonia o Dinamarca de explorar "soluciones innovadoras"
como la creación de centros de deportación fuera de la Unión o castigar a
los países terceros que no cooperen en los retornos.
"La
migración es un desafío europeo que requiere una respuesta europea.
Debemos fortalecer la implementación de nuestro enfoque integral", ha
escrito en redes sociales el presidente del Consejo Europeo, Charles
Michel, para anunciar el acuerdo en la cumbre a 27.
Entre las claves, Michel ha señalado la necesidad de establecer
alianzas con los países de origen y tránsito de la migración irregular,
la lucha contra las mafias, un mayor control de la frontera exterior,
potenciar las deportaciones y promover vías legales de entrada en la UE.
El texto de conclusiones finalmente adoptado por el Consejo Europeo
recoge el compromiso de los líderes de "considerar nuevas formas para
evitar y contener la migración irregular, en línea con el Derecho
europeo e internacional" y afirman que retomarán el debate migratorio en
una próxima cita, sin precisar calendario.
De este modo, los
mandatarios atienden a la llamada de 14 de los socios que, en un
documento de trabajo circulado en las últimas semanas, reclamaron
explorar "soluciones innovadoras" para endurecer la política migratoria.
También toman nota de la carta que les envió días atrás la
presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, respaldando la
necesidad de debatir nuevas fórmulas para frenar los flujos irregulares y
pidiendo "sacar lecciones" del modelo negociado por el Gobierno de
ultraderecha de Giorgia Meloni con Albania para trasladar a este país a
migrantes rescatados en aguas italianas.
La jefa del Ejecutivo
comunitario les invitó entonces a reflexionar sobre la creación de
centros de deportación en países terceros para migrantes irregulares
mientras se tramita su expulsión de la UE o con sanciones comerciales y
restricciones de visados a los países que no acepten los retornos.
Además, los líderes han concedido a Polonia una referencia explícita
al papel de Rusia y Bielorrusia en la "instrumentalización" de la
migración y a cómo "no se puede permitir que abusen de los valores,
incluido el derecho al asilo, y minen las democracias (de la UE)"; por
lo que manifiestan el compromiso de enfrentar esa instrumentalización.
A este respecto, los líderes muestran su solidaridad con Polonia y
otros países del bloque que sufran ataques híbridos lanzados por Minsk y
Moscú con la llegada masiva de migrantes irregulares a la frontera y
advierten de que las "situaciones excepcionales requieren medidas
adecuadas".
El texto final de conclusiones de los 27 subraya
también la "importancia de implementar la legislación europea adoptada y
aplicar la legislación existente", una fórmula que sustituye las
referencias explícitas que aparecía en el primer borrador y luego decayó
a la necesidad de acelerar la aplicación del Pacto de Migración y Asilo
como pide España.
En este punto, Polonia -que junto a Hungría votó en su día en
contra del Pacto de Migración-- ha presionado sin éxito para incluir una
salvedad que señalara que la implementación de la reforma "no debería
afectar al ejercicio de las responsabilidades" de los Estados miembro
para mantener el orden y seguridad en su territorio.
Los
líderes, además, piden a la Comisión Europea que presente "con carácter
de urgencia" una nueva propuesta para revisar la directiva de retornos y
piden medidas "a todos los niveles para facilitar, aumentar y acelerar"
las deportaciones.
La iniciativa
de abrir centros de deportación en países terceros distintos a los de
origen o tránsito para trasladar a los migrantes llegados a la UE sin
derecho a asilo es una de las claves que ha marcado el debate de los
últimos días, aunque no ha llegado a quedar plasmado en la redacción de
las conclusiones.
La jefa del Ejecutivo comunitario, no
obstante, ha querido dejar claro al término de la cumbre que el asunto
sí fue discutido ampliamente entre los líderes aunque no se mencione en
el texto, si bien ha concedido que quedan "cuestiones abiertas" como por
cuánto tiempo podrían permanecer los deportados o qué ocurriría con las
personas cuya expulsión definitiva no fuera posible a su país de
origen.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha reiterado
al término del Consejo Europeo su rechazo categórico a los centros de
deportación porque a su juicio esta medida "no ataja los problemas y
crea otros nuevos".
El presidente francés, Emmanuel Macron, por
su parte, ha declarado su escepticismo respecto a poder negociar con
países tercero que "acepten quedarse con personas que no queremos acoger
(en la UE)" cuando tampoco son aceptados por sus propios países de
origen.
Mientras, el canciller alemán, Olaf Scholz, ha
defendido que son los países de la UE quienes deben "poder elegir" qué
migrantes pueden entrar al territorio comunitario pero también ha puesto
en duda a su llegada a la reunión que el modelo negociado entre Italia y
Albania fuera "eficaz" para un país como Alemania.
Sobre la
implementación del Pacto migratorio, al que tampoco se menciona
explícitamente en el documento de líderes, Von der Leyen ha dicho que el
bloque está preparado para "acelerar su implementación si es
necesario", pero también ha advertido de que el Pacto se construyó "de
manera muy equilibrada, con responsabilidad y solidaridad", por lo que
si se acelera deberá quedar "absolutamente claro que se conserva ese
equilibrio".