MADRID.- Una de cada nueve personas no puede acceder de manera regular a una alimentación adecuada y suficiente. En 2018 Manos Unidas aprobó 564 nuevos proyectos por un valor de
35.903.339 € en 54 países de África, Asia y América para luchar contra el
hambre y la erradicación de la pobreza.
Según el último informe de la FAO (SOFI 2018), se calcula que en el
mundo1.400 millones de personas sufren pobreza extremay unos820 millones
desnutrición crónica frente a los 811 millones del año anterior. Esta
cifra se ha visto incrementada por tercer año consecutivo. Esto
significa queuna de cada nueve personas no puede acceder de manera
regular a una alimentación adecuada y suficiente.
"El aumento del número de seres humanos víctimas de la pobreza y del
hambre, debe llevarnos a redoblar nuestro compromiso por un mundo más
justo en el que todos tengamos una vida digna", asegura Fidele Podga,
Coordinador de Estudios y Documentación de Manos Unidas.
"Manos Unidas
lleva 60 años luchando y contribuyendo para mejorar las condiciones de
vida de millones de personas en muchos rincones del mundo. Y trabajamos
para erradicar el hambre en un mundo que, paradójicamente, produce
alimentos para dar de comer a casi el doble de la población mundial",
continúa Podga.
La mercantilización de los alimentos, la insostenibilidad social y
medioambiental de la producción a gran escala como modelo de producción
agrícola y la pérdida y desperdicio de los alimentosson 3 de las
principales causas directas de esta tragedia y a las que Manos Unidas ha
dedicado su trabajo todos estos años.
"El derecho a la alimentación es un derecho y no un negocio. El resto
de derechos fundamentales giran en torno a él y no puede dividirse ni
abordarse de forma aislada", afirma Waldo Fernández, del departamento de
Estudios de Manos Unidas.
"No se trata sólo de producir de una manera
sostenible, debemosreforzar las capacidades de la sociedad para defender
frente a sus gobiernos este derecho, que es lo que da fuerza y músculo a
todo el entramado que denominamos Derecho a la Alimentación", asevera
Fernández.
"El hambre y la pobreza son dos conceptos íntimamente relacionados
que se retroalimentan y erradicarlos es una cuestión de voluntad, de
compromiso y de sensibilización; de invertir en agricultura y de
reformar las reglas del juego del comercio internacional", afirma Marco
Gordillo, Coordinador de Campañas de Manos Unidas.
Por ello, Manos Unidas apela a la responsabilidad de los gobiernos
para que ejecuten programas de lucha contra el hambre y la pobreza y
hace un llamamiento a la sociedad para que cambie sus estilos de vida y
ejerza así una sana presión sobre los que tienen el poder político,
económico y social.
"El papel dela sociedad civil es crucialpara garantizar que todo el
mundo pueda comer. Alimentarse no es un privilegio de la gente rica ni
es una caridad que hacemos a la gente pobre. Cuando decimos que es
underecho inherente al ser humanopor el hecho de existir, estamos
diciendo que los Estados tienen la obligación de hacer cumplir este
derecho y que el papel de los ciudadanos es muy importante porque tienen
el derecho y la obligación de exigir a sus gobiernos que creen las
condiciones adecuadas para que todo el mundo pueda comer. Y para ello,
se necesita una sociedad civil muy consciente y empoderada", finaliza
Gordillo.
Manos Unidas a través de los proyectos de desarrollo que lleva a cabo
junto a sus socios locales, promueve iniciativas para luchar contra la
pérdida y desperdicio de alimentos y sus consecuencias éticas,
económicas y de contaminación; y fomenta un consumo responsable y una
vida más solidaria y sostenible promoviendo un cambio de hábitos de
compra y consumo que permitan combatir el hambre y la pobreza.
En 2018, la Organización aprobó564 nuevos proyectos por un valor de
35.903.339 €en 54 países de África, Asia y América,para luchar contra el
hambre y la erradicación de la pobreza,de los que se beneficiaron
directamentecasi un millón y medio de personas.
El próximo 17 de octubre Manos Unidas pone en marcha la XI edición
del Festival de Clipmetrajes que, en esta ocasión, invita a reflexionar
sobrecómo la huella ecológica que cada persona va dejando a lo largo de
su existencia, repercute en la vida de todos los seres humanosy,
especialmente, en la de los más empobrecidos.