JUMILLA.- La Denominación de Origen Protegida (DOP) Pera de Jumilla tiene buenas previsiones y espera recuperar esta campaña las 20.000 toneladas de producción tras dos años afectados por las inclemencias meteorológicas que afectaron al volumen producido.
En concreto, el
incremento previsto en relación a la pasada campaña es del 18,75 por
ciento, con lo que se mejora notablemente respecto a 2022 y 2023 y se
acerca a las cifras habituales de las anteriores campañas.
La
consejera de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca, Sara Rubira, visitó
este lunes, junto a la alcaldesa de la localidad, Severa González, una
finca de cultivo de esta fruta "reconocida a nivel nacional e
internacional por su sabor y su calidad, de una textura única, que la
hace ser especialmente demandada en los mercados", ha explicado.
"Las dos últimas campañas vinieron acompañadas de graves daños
causados por la lluvia y el granizo que provocaron importantes pérdidas
de producción, pero afortunadamente este año los productores han contado
con mejores condiciones para recuperar las cifras, a pesar de la gran
escasez de agua que sufre el Altiplano", ha recordado la consejera.
Rubira ha añadido que se trata de "un cultivo tradicional,
respetuoso, arraigado, que cumple con las obligaciones de la
Denominación de Origen Protegida, con agricultores comprometidos. Un
ejemplo de lo que es la agricultura en Jumilla, en el Altiplano y la
Región de Murcia".
Por último, ha destacado el crecimiento
registrado durante la pasada campaña en el volumen de exportaciones de
pera ercolini a terceros países, que fue de un 6,48 por ciento, lo que
supuso duplicar los ingresos por ventas, alcanzando los 4,2 millones de
euros.
La pera ercolini de la
Denominación de Origen Protegida de Jumilla se comercializa
principalmente en España y en Italia, contando actualmente la
Denominación con 100 socios, 30 operadores primarios y tres almacenes.
En cuanto al porcentaje de producción de pera ercolini ecológica,
actualmente, de las 250 hectáreas incluidas en la DOP, hay unas 50
hectáreas de cultivo ecológico certificado, lo que supone el 20 por
ciento, experimentando un importante crecimiento en las últimas
campañas.
El total de la superficie dedicada al cultivo de
esta fruta se encuentra estabilizada en torno a las 1.200 hectáreas,
situadas fundamentalmente en el Altiplano.