La opa, fruto del rechazo del consejo de administración de Banco Sabadell a una propuesta de fusión de carácter amistoso,
se dirigirá sobre el 100% de las acciones ordinarias de Banco Sabadell,
un total de 5.440.221.447, de 0,125 euros de valor nominal cada una,
todas ellas pertenecientes a una misma y única clase y serie.
En concreto, BBVA ofrece a los accionistas de Sabadell un canje de un título nuevo por cada 4,83 de Sabadell,
la misma oferta que había propuesto la semana pasada al consejo de
administración de la entidad catalana, lo que constituía una prima del
30% sobre el precio de cierre de ambas entidades del pasado 29 de
abril.
Tras la opa, los accionistas de
Sabadell tendrían un 16% de participación en la entidad resultante. El
precio equivalente de la contraprestación en efectivo es de 2,12 euros
por acción de la entidad con sede en Alicante. BBVA prevé que el cierre
de la operación se lleve a cabo en un periodo de entre seis y ocho meses, una vez reciba las autorizaciones necesarias.
La autorización de la CNMV es uno de los pasos previos que necesita el banco para poder lanzar la OPA.
También requiere de autorización del Banco Central Europeo (BCE), de la
Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y del Banco
Central de Marruecos, todas ellas por motivos de control de las filiales
con las que cuenta Banco Sabadell.
BBVA
también indica que presentará ante la CNMV documentación "acreditativa"
de que tiene garantías suficientes para hacer frente a la oferta. Para
ello, BBVA ha decidido convocar
una junta general de accionistas para decidir sobre la emisión de
nuevas acciones para poder realizar el canje por los títulos de
Sabadell.
En concreto, la OPA requiere de la autorización del BCE
para el control de las filiales en el extranjero de Sabadell: TSB, las
filiales en México, dos filiales en Bahamas y una en Cuba. También
necesita el visto bueno de la CNMV para
adquirir el control indirecto de Sabadell Securities USA, un 'broker
dealer' filial de Sabadell en Estados Unidos; así como del Banco Central de Marruecos en relación con el control indirecto en la sucursal que Sabadell tiene en Casablanca.
Por
contra, BBVA ha concluido tras un análisis que no será necesaria la
autorización de la Reserva Federal de Estados Unidos ni del Departamento
de Servicios Financieros del Estado de Nueva York o la Oficina de
Regulación Financiera de Florida. La entidad notificará también de la
concentración económica resultante de la oferta a las autoridades de
defensa de la competencia en Francia y Marruecos.
En
este punto también cabe añadir que esta operación está condicionada a
que BBVA reciba la aceptación de al menos el 50,01% de los accionistas
de Banco Sabadell. Por ahora, tal y como adelantó Bloomberg, el multimillonario mexicano David Martínez, principal accionista de Sabadell con el 3,8% de los títulos, sería favorable a esta fusión. Entre los 'gigantes' tras este proceso también se encuentra el fondo BlackRock, primer accionista de ambas entidades en el momento en el que se comunicó la intención de lanzar la opa.
La entidad resultante de esta fusión sería líder en la Comunitat Valenciana en cuanto a sucursales,
con un total de 403, lo que supondría una cuota de mercado de alrededor
del 23%, casi seis puntos porcentuales por encima de la media nacional.
El impacto sería mayor en Alicante, única provincia valenciana en la
que se situaría en primer lugar; mientras que en el caso de Valencia y
Castellón, BBVA-Sabadell ocuparía el tercer lugar en cuanto a oficinas,
tras Caixabank y Cajamar.
BBVA-Sabadell estaría presente en 142 municipios de la Comunitat Valenciana, aunque en el 63,38% de ellos existiría una duplicidad de
sucursales de ambas entidades. Un hecho que en las grandes localidades
no tendría demasiado impacto en cuanto a concentración, aunque sí
tendría una mayor repercusión en municipios más pequeños.
En
este sentido, en 13 municipios tendría una cuota de mercado del 50%.
Son los casos de Benissa, Finestrat, Mutxamel, La Nucia, Orba, Pego,
Polop, Rafal, La Romana, El Verger, Corbera, Picanya y Tavernes
Blanques. En el resto, la representación de esta entidad tendría un
porcentaje menor: en 56 localidades tendrían como máximo un 25% del
total de las oficinas bancarias, mientras que en 71 la representación
sería superior al 25% e inferior al 50%. En el conjunto de los
municipios con presencia de BBVA-Sabadell, la cuota de mercado de esta
entidad se situaría en torno el 27,25%.
El arraigo en el territorio valenciano
está especialmente motivado por Banco Sabadell, cuya sede se encuentra
desde finales de 2017 en Alicante y que cuenta con un total de 211
oficinas a nivel regional.
Esta entidad, como la gran mayoría a nivel
nacional, ha pasado en las últimas décadas por un proceso de fusiones y
absorciones que ha provocado que el antiguo negocio de la Caja de
Ahorros del Mediterráneo (CAM) esté ahora en sus manos.
Ello explica la
especial implementación al sur de la autonomía. De hecho, es un
municipio alicantino, Benitatxell, en el único en el que la entidad resultante tendría monopolio, ya que su única oficina pertenece a Banco Sabadell.
De
llegarse a producir, la Comisión Nacional de los Mercados y la
Competencia de España (CNMC) sería la encargada de analizar la
competencia o, mejor dicho, la falta de ella. Un estudio que se
realizaría por códigos postales, tal y como explicó el pasado miércoles su presidenta, Cani Fernández. La
mayoría de municipios donde existen oficinas de estas dos entidades
cuentan con un único código postal, aunque las grandes ciudades sí
tienen más de uno.
"La cuestión es que
en la estructura posterior a la operación de concentración permanezca
la competencia efectiva", señaló Fernández. "Lo que sí tenemos que
intentar evitar es que, efectivamente, exista una pérdida de competencia
en los mercados que analizamos, y analizaremos mercado por mercado.
Algunos mercados van a ser de ámbito más bien local (...), otros pueden
ser de ámbito mucho más amplio", como pueden ser "de servicios online,
que ya tienen una dimensión geográfica mayor", añadió.
Este
tipo de análisis es una fórmula que cuenta con precedentes en el
estudio de la competencia en fusiones bancarias. Ocurrió, por ejemplo,
en la absorción de Bankia por parte de CaixaBank en 2021.
En dicho momento, se llevó un análisis local para identificar "todos
aquellos códigos postales en los que las partes solapan sus
actividades".
Cierres de sucursales y despidos
Esta
operación podría causar un impacto en cuanto a cierre de sucursales o
despido de personal. Todo ello motivado por la duplicidad de oficinas y
la concentración del negocio. En este sentido, el propio presidente de
BBVA, Carlos Torres, reconoció en
una rueda de prensa que el proceso de fusión implicará "salidas de
personas", aunque aseguró que se realizarían "con medidas no
traumáticas".
"Es verdad que puede haber reducción de empleo en un
primer momento, pero se hace siempre bajo esta perspectiva de diálogo",
añadió Torres en dicho momento.
"Una de las prioridades de BBVA en la integración es preservar el mejor talento de ambas entidades. Todas
las decisiones para integrar ambas plantillas se guiarán por principios
de competencia profesional y mérito, sin adoptar medidas traumáticas y
con todas las garantías.
Además,
BBVA prevé que la integración tecnológica llevará entre 12 y 18 meses",
explicaba esta entidad en el comunicado sobre la presentación de la
opa.
Desde UGT aseguraron estar "preocupados" por esta
situación: "Si hay duplicidades, se supone que eso podría llevar una
destrucción de empleo. Entendiendo como está la situación de la banca,
creemos que el proceso de salidas debe ser bueno, sin que sea forzoso".
Por su parte, desde CCOO coincidieron en líneas
generales con estas ideas y reclamaron un acuerdo laboral que "proteja
las condiciones y el empleo de las dos plantillas" en el caso de que se
alcance una fusión entre ambas entidades.
Ambas formaciones
reivindicaron a la patronal
la firma de un convenio colectivo de banca, que daría mayor
"tranquilidad a todo el sector" ante este tipo de operaciones.
La
petición a la CNMV ha sido hecha pública tras el cierre de los
mercados, por lo que no empezará a tener efectos hasta la mañana del
próximo lunes, cuando la Bolsa vuelva a ponerse en marcha tras el fin de
semana. Lo cierto es que en los últimos siete días las acciones de Banco Sabadell y BBVA han experimentado pocos cambios,
dejando en el pasado días de grandes subidas y bajadas motivadas por
los diferentes anuncios que se realizaban en torno a la opa.
En
concreto, Banco Sabadell ha aumentado un 1,1% durante la semana,
mientras que BBVA ha experimentado una ligera caída del 0,56%.
Movimientos prácticamente planos en el índice de referencia de España,
que apenas se ha movido estos últimos días, anotándose un descenso del
0,72%. En el día, BBVA perdía un 0,72% mientras que Sabadell quedaba
casi en el mismo lugar que en la anterior jornada (-0,05%).
Teniendo
en cuenta todo el proceso, tanto de propuesta amistosa de fusión como
de opa, Banco Sabadell abrió el pasado 30 de abril a 1,74 euros por
título, mientras que BBVA lo hizo a 10,93 euros. Casi un mes después, la
primera cerraba la sesión a 1,91 euros y 9,96 euros, respectivamente.
Ello supone un incremento del 9,77% en el valor de la acción de Banco Sabadell y un descenso del 8,87% en el caso de BBVA.