El coordinador del Corredor Mediterráneo, el valenciano Josep Vicent Boira, expresó su disgusto en redes sociales tras la votación que tuvo lugar en el Parlamento Europeo esta semana para dar el visto bueno definitivo a la revisión del reglamento de la Red Transeuropea de Transporte (RTE-T). Un texto que, según explicó Boira a elDiario.es, se ha venido negociando en los últimos dos años para generar el máximo consenso posible.
Y la realidad es que lo ha obtenido, puesto que se ha acabado aprobando con 565 votos a favor y 37 en contra, la mayoría de ellos de eurodiputados del PP español, un hecho insólito teniendo en cuenta que la mayoría de los populares europeos sí que han respaldado el reglamento en el que se integran el Corredor Mediterráneo y el Atlántico.
Entre los votos en contra destacan los de José Manuel García Margallo o del exministro de Interior Juan Ignacio Zoido Álvarez, quienes consideran el acuerdo nocivo para los intereses de España. También se han opuesto eurodiputados de Vox adscritos al grupo ECR como Jorge Buxadé o Hermann Tertsch, así como de Podemos e Izquierda Unida.
El acuerdo se cerró durante la Presidencia española del Consejo de la Unión Europea y contribuirá “a una mejora de la conectividad entre territorios y personas, haciéndola más sostenible y de más calidad, y promoviendo el crecimiento y el empleo en toda Europa”, ha destacado la eurodiputada Isabel García Muñoz, responsable de la negociación de este informe por parte del grupo socialista en la Eurocámara.
El texto ha salido adelante a pesar del voto en contra del PP español. “Una vez más, el PP se posiciona en contra de un acuerdo que es positivo y prioritario para los intereses de España”, ha lamentado García.
Con su voto negativo, los populares se oponen a proyectos de infraestructura prioritarios que incluye el acuerdo final de la RTE-T. Entre otros, la posición final contempla establecer medidas obligatorias para ejecutar a tiempo los Corredores del Atlántico y del Mediterráneo y las conexiones transfronterizas con Francia y Portugal.
“Acabar con los retrasos en el lado francés es imprescindible para que el resto de la red de transporte española funcione a su máximo potencial, y, por tanto, para estimular el crecimiento socioeconómico y el desarrollo empresarial en nuestro país”, destaca García. Por eso, “no se entiende que el PP español haya votado en contra de los intereses de nuestro país”, sostiene la eurodiputada.
El acuerdo incluye otros puntos prioritarios para España como el establecimiento de requisitos obligatorios para mejorar el servicio ferroviario, como tener trenes más largos y con una mayor frecuencia tanto para mercancías como para pasajeros.
“El texto final refuerza la movilidad como derecho fundamental de la ciudadanía europea, y facilita que las empresas utilicen más el ferrocarril para su actividad económica”, explica García. Además, se ha conseguido reconocer el nuevo papel de los puertos como ejes energéticos y geopolíticos.
Así, será posible incluir puertos como el de Santander a la red principal de la RTE-T, además de apoyar el aumento de las rutas marítimas de corta distancia que incrementará la actividad entre las regiones de costa españolas y las islas Baleares y Canarias, y con los países vecinos.
Según los socialistas europeos, el PP español también ha votado en contra de conectar los grandes aeropuertos con ferrocarril, establecer planes de movilidad urbana sostenible, promover el transporte público, y mejorar las condiciones de trabajo y seguridad de los conductores profesionales mediante la construcción de aparcamientos seguros a lo largo de la RTE-T.
Por último, García recuerda que el acuerdo incluye proyectos de infraestructuras de transporte prioritarios para España y a los que el ejecutivo comunitario sí ha dado el visto bueno:
“Algunos de los puntos positivos han sido recuperar el trazado original del Corredor Mediterráneo llegando a la frontera con Ucrania, así como la conexión de la Ruta de la Plata; también hemos incorporado los enlaces de Zaragoza-Tardienta y Zaragoza-Lleida-Tarragona al Corredor Mediterráneo de mercancías, y los enlaces de Santiago-Orense en el Corredor Atlántico de pasajeros y el Santiago-Vigo-Orense en el Corredor Atlántico de mercancías”.
Las enmiendas que planteaban los populares, explica la eurodiputada, “no han pasado el examen de la Comisión Europea por no cumplir con la metodología, estricta y homogénea para los 27 estados miembros y por la que se rige el Reglamento RTE-T que responde a criterios puramente técnicos y no políticos”.
Fuentes del Partido Popular han explicado que sus eurodiputados han votado “en contra del acuerdo alcanzado por la Presidencia española en diciembre de 2023 sobre la revisión de los mapas de la Red Transeuropea de Transporte”.
En la posición del Parlamento previa a la negociación con el Consejo, la delegación española del PP había conseguido introducir 25 enmiendas sobre infraestructuras de transporte esenciales para la vertebración del territorio español. Sin embargo, “la mayoría de estas inclusiones no ha quedado incorporada en el acuerdo final; por eso, el PP ha votado en contra, como ya hizo el representante del PP en la Comisión de Transporte y Turismo, Pablo Arias”.
La Red Transeuropea de Transporte (TEN-T) es el mapa de infraestructuras de transporte que vertebra el territorio europeo. Se compone de líneas y corredores ferroviarios, carreteras, vías navegables interiores, rutas marítimas, puertos, aeropuertos y terminales ferroviarias. “Estas infraestructuras son fundamentales para vertebrar nuestras regiones, fortalecer la cohesión social e impulsar la competitividad económica. Sin estas infraestructuras sólidas, perdemos oportunidades de crecimiento y desarrollo” ha declarado Arias.
Según las mismas fuentes, pese a las 25 enmiendas del PP, provechosas para España, que habían sido respaldadas por el Parlamento Europeo, solo prosperaron 6 en el acuerdo final:
“Todo eso demuestra que la Presidencia española tenía otras prioridades y no ha logrado alcanzar el objetivo de mantener la posición alcanzada por el Parlamento Europeo tan importante y necesaria para España, echando por tierra el trabajo realizado en el Parlamento liderado por el PP. Por eso, creemos que el acuerdo alcanzado por el Gobierno es un mal acuerdo para España. Hoy no se votaba la inclusión del Corredor Mediterráneo en las redes TEN-T. El Corredor Mediterráneo ya está incluido desde el 2013 y siempre ha contado con el apoyo del PP”.
Con todo, según han explicado diversas fuentes consultadas por este diario, muchas de las enmiendas presentadas no fueron admitidas porque no cumplían unos objetivos mínimos, por ejemplo un mínimo de carga de toneladas o de contenedores en caso de puertos. Además, han destacado que de haber obtenido mayoría los votos en contra, hubiera cobrado vigencia el reglamento de 2013 en el que no estaba incluido el Corredor Mediterráneo Europeo.
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