TARRAGONA.- El Diari de Tarragona ya detectó un incremento sustancial de dolencias cardio respiratorias, ahora, en crónica de Raúl Casabano, confirma, con los datos del MoMo, un aumento inusual de la mortalidad del 23% en la estación estival. Sólo le falta detectar la causa: la timo vacuna.
Pues para El Diari de Tarragona: “los fallecimientos registran un alza inusual en estas fechas por el calor, la Covid o el impacto indirecto de la pandemia sobre la sanidad
«Me preocupa el incremento de la mortalidad que se está registrando en las estadísticas. El calor puede influir pero no creo que sea suficiente, no lo explica todo. Lo único que ha cambiado respecto al pasado es la Covid. En todo caso son tendencias que inquietan», explica Àlex Arenas, catedrático de Ingeniería Informática y Matemáticas de la URV.
Tarragona padece un exceso de mortalidad, inédito en verano y por encima de lo esperado. Así lo reflejan los balances del MoMo, el Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria del Instituto de Salud Carlos III.
Los datos disponibles impiden concretar las causas, pero la tendencia es tan clara como intrigante. Tarragona ha registrado desde el inicio del verano 1.014 fallecidos, un 16% más que en el mismo periodo de 2021 (868) y un 23% más que la media de los siete años anteriores (824).
Es decir, en ningún otro verano moría tanta gente en la provincia. Se incluyen ahí los años de la pandemia que, por otra parte –incluso al inicio y en las épocas más duras– solía dar treguas estivales. El panel de la plataforma MoMo hace comparativas entre las muertes que se estiman y las que se acaban observando o notificando, para establecer los niveles de exceso de defunciones.
Julio acabó en Tarragona con un exceso de 139 defunciones, es decir, fallecimientos que no entraban dentro de la previsión. Es la mayor cifra desde la tercera ola del coronavirus, la de enero de 2021, cuando prácticamente nadie estaba vacunado. En aquel momento hubo un exceso de 204 decesos. El 72% de este excedente actual eran de mayores de 85 años.
También este reciente mes de junio, marcado por la virulencia del calor, ha vivido un exceso de fallecimientos nada común: 81. En el mismo mes del año pasado la cifra de muertos quedó por debajo de la que se estimaba, una muestra del contraste.
Excesos en la estadística
Otras comparativas: ese exceso de óbitos en julio es 35 veces superior al del julio del año pasado (4) y seis en relación con el de 2020 (23). De hecho, las cifras de este verano se parecen más a las que puede haber en los meses de enero y febrero, cuando suelen aflorar más patologías respiratorias como factores susceptibles de desencadenar muertes de la población más vulnerable.
Otro indicador es el del INE, que realiza semanalmente un análisis experimental de las defunciones. En lo que va de año ha muerto más gente que en 2021 a estas alturas. Es el segundo peor registro de la década, solo por detrás de 2020, el año de la irrupción de la Covid. En junio se evidencian algunos repuntes de muertes por todas las causas.
¿Qué puede haber detrás de estos aumentos? La Covid puede tener una cierta incidencia. La séptima ola ha generado un aumento de fallecimientos. La situación en estos últimos días ha mejorado mucho (la transmisión del virus va a la baja y lo hará todo este mes) pero el nuevo envite ha dejado 58 fallecimientos en el Camp de Tarragona y el Ebre por Covid o con Covid, un 28% más que en el periodo anterior (45) y el triple que de marzo a finales de abril (17), el intervalo precedente, según el Departament de Salut.
La compañía sostiene que «la actividad en julio fue la misma que en los meses de invierno», donde la mortalidad suele ser mayor por las complicaciones patológicas en mayores y enfermos. Asimismo, Mémora registró otro incremento entre junio y mayo, más ligado a mortalidad por Covid.
Pero según algunas voces ni el calor ni el efecto del virus podrían ser suficientes para darle una explicación a la inercia. Algunas de las tesis ligan esa tendencia con los efectos indirectos de la pandemia, en términos de afectación sobre el sistema sanitario.
«La Covid ha monopolizado la asistencia durante dos años y medio y eso hace que hayamos dejado de hacer otras cosas, entre ellas el seguimiento de muchas patologías crónicas», afirma Marina Roig, delegada de la junta de personal del Hospital Joan XXIII por el sindicato CATAC-CTS/IAC.
El 72% de los fallecidos por ese incremento de las defunciones en
Tarragona tenían más de 85 años, según el Instituto Carlos III.
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