En fechas recientes, un familiar muy cercano me dijo que “está muriendo mucha gente de REPENTINITIS”. Me extraño porque la persona en cuestión refleja bastante bien el nivel medio de la opinión pública española: ve mucha televisión, se informa lo imprescindible en redes sociales, etc. Por curiosidad, he puesto REPENTINITIS en el buscador Google y las dos primeras noticias son referidas al libro de Enrique de Diego y a su presencia en Amazon.
Pero hete aquí que la tercera es un ejercicio de manipulación de la agencia Efe, concretamente de verifica.efe. Como todo el mundo sabe, la pasión por los verificadores obedece al interés angustiado por mantener la mentira oficial y dicen por costumbre groseras mentiras, mientras aplican a los demás, que nos esforzamos humildemente por buscar la verdad en los hechos, etiquetas como bulos.
Pues hete aquí que Beatriz Naya, con fecha 20 de diciembre de 2021, publica un texto en el que nos rinde homenaje titulado: «REPENTINITIS»: CÓMO LOS CONSPIRANOICOS CULPAN A LAS VACUNAS ANTICOVID DE LA MUERTE DE FAMOSOS. Y dice que “«Repentinitis» se ha consolidado ya en redes sociales como un término irónico acuñado por los conspiranoicos para atribuir falsamente a las vacunas anticovid la muerte de figuras conocidas, una etiqueta cada vez más difundida que siembra sospechas sobre las «repentinas» desapariciones de famosos”.
Nosotros no somos conspiranoicos, aunque al final resulta que los tales llevaban toda la razón; el término no es irónico, sino que refleja la realidad: por todo hay un aumento exponencial de los infartos, que Enrique de Diego ha tenido el acierto de reunir, y acusar al pinchazo masivo del veneno de muerte. El término escuece y ha dado en la línea de flotación del sistema, que se ha puesto literalmente de los nervios, viendo que se le acaba el engaño y la farsa.
Prosigue la agencia Efe indicando que “en las últimas semanas, numerosas publicaciones en redes han venido acompañadas de la etiqueta «repentinitis» para vincular a la administración de vacunas contra la covid-19 las muertes, presuntamente «repentinas», de personas de interés público que han fallecido como consecuencia de enfermedades cardiacas, ictus o el propio coronavirus”.
Tiene gracia macabra lo de “presuntamente repentinas” cuando hay óbitos. Para nosotros, todas las personas son de interés público: la mujer que falleció mientras conducía por una avenida de La Línea de la Concepción, el conductor de una excavadora en Vigo…porque cada vida es sagrada. Son los medios tradicionalmente mentirosos los que se ven obligados a prestar atención a personas de relevancia pública que mueren repentinamente: artistas, gente de la moda, actores, actrices, futbolistas, donde la mortandad es últimamente abrumadora.
Continúa la juntaletras Beatriz Naya de la agencia Efe escribiendo que “el fenómeno «repentinitis» se ha hecho popular tras la muerte de celebridades como la cantautora italiana Raffaella Carrà, la actriz española Verónica Forqué, la escritora Almudena Grandes, el teniente fiscal del Tribunal Supremo Juan Ignacio Campos y el cantante Carlos Marín, integrante del grupo musical Il Divo. También se ha llegado a etiquetar así incluso la retirada del futbolista ‘Kun’ Agüero”. En nuestro caso, hemos establecido serias dudas sobre Raffaella Carrá, en cuanto el cáncer se agrava por el pinchazo; certezas sobre Carlos Marín y sobre Kun Agüero.
“Los llamados antivacunas utilizan esta etiqueta en sus redes sociales con el fin de sembrar sospechas o sugerir teorías conspiratorias. Y acompañan a veces este término de otros como «yo no me vacuno«, «timovacunas» o «yo lo sé«, asociados a una supuesta trama de gobiernos y líderes mundiales que quieren «despoblar el planeta» a través de las vacunas.
Lo cierto es que las arritmias y problemas de corazón dados en el mundo del deporte en los últimos meses han alimentado las búsquedas de «repentinitis» y han asociado los ataques cardiacos a los efectos secundarios de la inyección”. Los hechos son sagrados y las interpretaciones libres y no se cambian por el uso de una semántica de etiquetas ya gastada como “antivacunas”, porque no estamos hablando de vacunas sino de veneno de muerte, que dice el Doctor Zelenko.
Entre otros medios del sistema, se han hecho eco del despacho de Efe, el digital de la COPE. Siete días antes, el 13 de diciembre de 2021, Maldita publica otro texto en el que se muestra el nerviosismo del sistema, pues dicen que “se difunden publicaciones que señalan que la muerte de la actriz es otro caso de “repentinitis“, un término utilizado por antivacunas para intentar relacionar muertes que han ocurrido “de repente” con la vacunación”.
Nos satisface mucho que un término cuya paternidad es de Fernando López Mirones, pero que ha popularizado Rambla Libre, reciba tan histérica atención de los medios mentirosos oficiales. Al fin y al cabo, las dos primeras entradas de Google son las del libro REPENTINITIS de Enrique de Diego.
(*) Columnista
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