MURCIA.- El titular del juzgado de lo Mercantil nº 2 de Murcia, Francisco Cano, ha declarado ‘culpable’ el concurso de acreedores que en diciembre de 2019 presentó el restaurante La Casa del Reloj, en San Pedro del Pinatar, y condena a sus dos últimos administradores Antonio Saura Zapata y Juan Antonio García, declarados "en rebeldía".
A instancias tanto del administrador concursal, Abogados y Economistas Murcia, como del fiscal, el magistrado considera probado que la actuación de los administradores en la empresa durante los últimos años agravó su estado de insolvencia, y que su comportamiento constituyó una negligencia grave.
En la sentencia, a la que ha tenido acceso MurciaEconomía, se indica que la empresa no mantenía ningún tipo de contabilidad “al menos” entre los años 2017 y 2019 –cuando presentó el concurso-, por lo que no se podía conocer ni la situación patrimonial ni financiera de La Casa del Reloj.
Una vez declarado el concurso, tampoco se entregaron libros contables a la administración concursal ni declaraciones tributarias ni extractos bancarios.
El magistrado reconoce que en el año 2018 sí se hizo depósito de cuentas en el Registro Mercantil, “pero se desconoce en base a qué documentación contable”, afirma en la sentencia. Y en la misma añade que en la cuentas presentadas aparecen “saldos irracionales” como unas deudas de 551.634 euros pendientes de cobrar a clientes, lo que califica de “absurdo” tratándose de un restaurante.
El fallo de la sentencia condena a Antonio Saura y a Antonio García López, ambos administradores mancomunados entre febrero de 2012 y agosto de 2019, y desde entonces el primero como administrador único, a cuatro años de inhabilitación para administrar bienes ajenos. Les condena también a perder cualquier derecho que tuvieran como acreedores concursales o contra la masa. Asimismo tendrán que asumir el pago del déficit patrimonial una vez concluya la liquidación de la empresa y al pago de las costas.
En cuanto al déficit patrimonial, supuestamente la masa activa ascendería a 914.552 euros (incluídos los menús no cobrados), en tanto que el pasivo se eleva a 2.315.282 euros. En una primera liquidación de los bienes de la empresa, la subasta salió en tres lotes por un total de 353.332 euros; por lo que aún el déficit que deben asumir sus propietarios rondaría el millón de euros. Esta cantidad será aún mayor si, como apuntaba el magistrado, los servicios de comidas pendientes de cobro no llegaran a satisfacerse.
También deberán abonar 10.172 euros como minuta del administrador concursal, cantidad que ya había sido fijada en un auto anterior por el propio magistrado.
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