MADRID.- Después del riguroso confinamiento que encerró a buena parte de la población española en estrechos pisos urbanos durante la primera ola de la pandemia, la demanda de casas más amplias y con mejor calidad del aire se ha disparado, afirman constructores y arquitectos.
La crisis del coronavirus ha cambiado el mercado, dicen los agentes inmobiliarios, y ahora las preferencias de los compradores son otras: desde sistemas de ventilación de última generación hasta cómodos espacios de trabajo en casa, así como más áreas exteriores.
“El uso del espacio es un nuevo concepto: separar lo que venga de fuera y pueda estar contaminado”, explica el arquitecto madrileño Jaime de Pablo-Romero.
Aunque todavía no existen certificados oficiales de seguridad sobre COVID-19 para los edificios, los compradores buscan espacios más grandes, más luminosos y más polivalentes, agrega.
“(Los clientes) Están prescindiendo incluso de metros cuadrados en la vivienda, hacen la casa más pequeña, pero le dan prioridad a que sea saludable y eficiente”, apunta Ander Echevarría, fundador de 100x100 madera, una empresa especializada en viviendas de diseño eficientes y ecológicas.
Echevarría dice que las consultas de su negocio se han cuadruplicado en los últimos cuatro meses, mientras que las ventas han crecido más del doble con respecto a los niveles del año pasado.
“Desde primavera, alrededor del 90% de las solicitudes de los clientes incluyeron preguntas sobre sistemas de ventilación”, afirma desde una de sus cocinas de exhibición mientras manipula una pantalla que muestra los niveles de CO2 y formaldehído del aire.
Echevarría cuenta que ha tenido que explicar a algunos de sus clientes, preocupados por el coronavirus, que la instalación de filtros de tipo aeronáutico es de poca utilidad.
“Lo más útil es extraer el aire interior y expulsarlo para que cuando la gente se reúna en su casa las gotas de aire suspendidas sean rápidamente expulsadas”, asegura.
Las solicitudes para visitar casas unifamiliares aumentaron un 86% en Madrid y un 46% en Barcelona de abril a septiembre, de acuerdo a los datos publicados la semana pasada por el portal inmobiliario Fotocasa.
Una de cada cinco casas vendidas en el tercer trimestre fueron unifamiliares, según el Colegio de Registradores de España, lo que implica un volumen de ventas sin precedentes.
“La demanda de viviendas unifamiliares completamente aisladas situadas fuera de las grandes ciudades ha aumentado desde el confinamiento”, resume David Martínez, director general de la promotora inmobiliaria Aedas Homes, que vendió un 31,5% más de viviendas unifamiliares de julio a octubre que en el mismo período del año pasado.
“Hemos estado vendiendo casas más grandes con terrazas, jardines, piscinas”, explica.
Las terrazas y los jardines superaron por primera vez al precio y la ubicación como las características más deseadas, según un estudio del observatorio inmobiliario Vía Célere.
“La gente ve que la incertidumbre y la crisis se prolongan y reacciona tratando de protegerse a sí mismos y a sus familias”, tercia Ángel Cavas, fundador de Modular Homes, una constructora de viviendas que vende casas autosuficientes equipadas con paneles solares, refugios y pozos de agua privados.
“El año pasado, en 2019, sólo hicimos dos ‘panic rooms’ (refugios) y este año hemos contratado 12”, dice Cavas, quien atribuye el creciente interés por este tipo de construcciones a la ansiedad generada por la pandemia.
Cavas también cree que la pandemia ha acelerado un estilo de vida más enfocado al autoconsumo energético y espera que las ventas crezcan un 40% en 2021.
El fundador de Modular Homes asegura que el coronavirus ha provocado un “cambio de paradigma” en el que, entre otras cosas, los propietarios buscan la autosuficiencia y mantener sus propios cultivos a través, por ejemplo, “de placas fotovoltaicas o aljibes para recoger el agua de lluvia”.
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