MURCIA.- Organizaciones Profesionales Agrarias de la derecha como ASAJA, COAG y UPA, ante
las decisiones adoptadas por la Junta de Gobierno de la Confederación
Hidrográfica del Segura y la inminente finalización de la tramitación en
la Asamblea Regional de la Ley de Protección Integral del Mar Menor, "con
una más que evidente falta de coordinación y sintonía", quieren hacer
llegar a las distintos organismos e instituciones públicas, a los
legítimos representantes de los ciudadanos de la Región de Murcia y a la
opinión pública en general las siguientes consideraciones:
"1. Por enésima vez queremos dejar constancia de nuestro pesar por el deterioro del Mar Menor y
nuestro compromiso con su recuperación. Por esta razón, exigimos el
cese de los ataques que, en no pocas ocasiones con evidente menosprecio a
la dignidad de los agricultores y ganaderos, persisten de forma
obsesiva e irracional no sólo en responsabilizar casi en exclusiva al sector agrario del estado del Mar Menor, sino incluso en presentarlo ante la sociedad como el principal enemigo para su recuperación.
Puertos,
urbanizaciones, construcciones residenciales (algunas de ellas sin
conexión a alcantarillado), redes de saneamiento obsoletas con pérdidas y
filtraciones 'a pie de playa', vertidos mineros, actividades náuticas a
motor, depuradoras de insuficiente capacidad sin obviar el grave daño
por no haberse puesto en marcha medidas que corrijan los efectos de las
lluvias torrenciales sobre la laguna, constituyen presiones sobre el
ecosistema del Mar Menor y aportes contaminantes que sistemáticamente
son minimizados cuando no directamente ignorados por quienes se
obsesionan en poner a los productores de alimentos en el centro de la
diana social; quién sabe si tratando de sacudirse su parte alícuota de
responsabilidad en la deriva del Mar Menor, ya sea por acción o por
omisión.
2. Reiteramos también,
aunque por obvio debería ser innecesario, que del mismo modo que el
deterioro medioambiental del Mar Menor es consecuencia de la acción de
distintas actividades, su recuperación sólo será factible implementando medidas a todas las actividades del entorno.
Por ello, hacer creer que actuar esencialmente sobre la agricultura
salvará el Mar Menor es una irresponsabilidad. Las expectativas
generadas en la sociedad se verán frustradas.
3. Lamentamos y condenamos que la deficiente actuación de las administraciones durante décadas (por
ejemplo no ejecutando o paralizando actuaciones e inversiones previstas
en los Planes de Cuenca, no asegurando un desarrollo urbanístico
ordenado, etc.), así como su muy deficiente colaboración y cooperación
institucional persistan pese a la gravedad de la situación. Resulta
urgente un punto de inflexión para afrontar de forma compartida las
medidas previstas en el Plan Vertido 0.
4. Rechazamos
las críticas tendenciosas y malintencionadas a cada propuesta del
sector agrario de introducir mejoras en la redacción de la Ley para la
protección integral del Mar Menor sustentadas en las soluciones
técnicas y el conocimiento científico, mientras se aplauden
alternativas 'homeopáticas' sin ningún rigor científico desde posiciones
dogmáticas.
5.
Incurren en grave desconocimiento o directamente en mala fe, quienes
desprecian o ignoran las mejoras introducidas por los agricultores en
sus prácticas agrarias y técnicas de producción con costes elevadísimos a
lo largo de los años que vienen reduciendo la "huella medioambiental"
de la actividad agraria. Habría sido deseable que otras actividades
hubieran corregido su impacto en el mismo nivel que lo ha hecho la
agricultura durante este tiempo.
6.
Lamentamos que no sólo no se reconozcan las mejoras introducidas por
los agricultores, sino tampoco su importante contribución a la gestión
de las aguas residuales urbanas regeneradas mediante su dilución y
reutilización en el regadío. ¿Cuál sería el destino de las aguas
residuales de las poblaciones que rodean el Mar Menor si no se
reutilizaran por los agricultores?
7. Resulta inconcebible por ridículo, que se pretenda hacer creer que un producto ecológico necesite menos nutrientes para ser cultivado que uno convencional,
del mismo modo que el empeño enfermizo de quienes pretenden demonizar
el regadío más eficiente como fuente sostenible de producción de
alimentos sanos, seguros y de calidad. ¡Parece que ni siquiera de la
garantía de abastecimiento de alimentos durante el confinamiento hemos
aprendido ninguna lección!
8. Condenamos sin paliativos las superficies ilegales de regadío.
Sin matices. Sin medias tintas. Por ello exigimos la actuación
comprometida y eficiente de las administraciones en cumplimiento de la
Ley para que la noticia sea su erradicación y reivindicamos con firmeza
disponer de agua suficiente, de calidad y a un precio razonable y
rechazamos y rechazaremos cualquier actuación dirigida a reducir los
recursos hídricos disponibles para la agricultura.
9.
La Conferencia de Naciones Unidas sobre el Clima celebrada en Madrid el
pasado mes de Diciembre (COP25) pedía que los países escucharan a la
ciencia para combatir el cambio climático, la ciencia y no los
antivacunas hará que superemos la Pandemia mundial por covid-19 ¿Vamos a
mejorar la sostenibilidad medioambiental de la agricultura ignorando la
ciencia?
10. Finalmente, abogamos
por que la Ley de Protección Integral del Mar Menor sea aprobada en la
Asamblea Regional por un amplio consenso parlamentario, que
debería suponer la mejor expresión de la inequívoca voluntad de todos
los ciudadanos de la Región de Murcia de que se den pasos firmes en la
recuperación medio ambiental del Mar Menor y en su configuración final,
como representantes del sector agrario murciano queremos llamar la
atención de los legítimos representantes de toda la ciudadanía murciana,
los diputados y diputadas, para que sean sensibles a las aportaciones y
propuestas presentadas por el sector agrario y tengan en consideración
los siguientes puntos:
-Aspirar a una agricultura sostenible ambientalmente implica apostar por una agricultura viable económicamente.
-Legislar con pasión en pos de loables objetivos, en muchos casos compartidos por la mayoría de los ciudadanos, no debe ser incompatible con legislar de la mano de los conocimientos científicos y técnicos.
-Los tipos de alimentos que se producen no los imponen los agricultores, los deciden los consumidores (cuando no la distribución agroalimentaria). Por ello, el crecimiento de la agricultura ecológica o la agricultura biodinámica será consecuencia del comportamiento de la demanda y no de la oferta. Promover, estimular e incentivar su consumo debería ser una estrategia a tener en cuenta.
-La imposición de restricciones, la pérdida de derechos o la implantación de nuevas medidas que agudicen la sostenibilidad deben acompañarse de compromisos de apoyo públicos.
-La imposición de medidas que desequilibren la viabilidad económica de la actividad agraria dañará antes a los más débiles: los pequeños y medianos agricultores y las explotaciones familiares, ligadas al territorio, que no tienen la opción de irse a producir a otras zonas, regiones o países. También aquí, la transición debe ser justa y no dejar a nadie en el camino".
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