MADRID.- Distancia de seguridad en
las playas, test a la entrada de los hoteles, restaurantes con menos
aforo son algunas de las medidas que España va a tomar para tratar de
salvar su temporada de verano, al tiempo que trata de tranquilizar a los
turistas frente al coronavirus.
"Queremos estar en cabeza de
estos destinos que demos tranquilidad a nuestros clientes, que
intentemos ser lo más sanos e higiénicos", explica Daniel Barbero,
concejal de Turismo de la localidad costera de Almuñécar.
España era hasta esta crisis el segundo destino turístico
mundial. Pero también es la cuarta nación con el mayor número de muertos
por covid-19.
El país prevé por ello una reapertura muy progresiva y cautelosa de bares, hoteles y restaurantes a partir del 11 de mayo.
Y
es que España se juega mucho con el turismo, que representa el 12% de
su PIB y el 13% del empleo. El sector podría perder hasta un 60% de su
facturación anual, según la organización patronal, Exceltur.
Para
tranquilizar a los turistas, los profesionales, que se quejan de la
vaguedad del plan gubernamental, están multiplicando las iniciativas.
En Almuñecar, los clubes
de buceo, muy frecuentados, están trabajando en un protocolo específico
para evitar los contagios a través del material utilizado, que pasa de
boca en boca.
La localidad andaluza propone también que la policía
municipal y Protección Civil controlen la afluencia en las playas,
detalla Daniel Barbero.
Gandía, cerca de Valencia, prevé contratar a más vigilantes en sus playas para garantizar
que los grupos de veraneantes se instalan al menos a dos metros los unos
de los otros.
El acceso a ciertas playas podría además estar
prohibido a los niños a determinadas horas del día, para que no se
crucen con personas mayores, más vulnerables al virus.
Más allá de esto, "lo que
no contemplamos es poner barreras", porque "un espacio abierto como una
playa no se va a poder limitar con plásticos. Vamos a optar por
informar, por creer en la responsabilidad de cada uno", explica Vicent
Mascarell, concejal de Turismo en el ayuntamiento, que prevé también
instalar distribuidores de gel desinfectante en los accesos a la playa.
Bares
y restaurantes están viendo la forma de reorganizarse, animados por la
patronal de la hostelería, que desaconseja de momento la instalación de
mamparas, por el coste adicional que representan.
"Vamos a tener que reducir el aforo a la mitad. Un
restaurante de 15 o 20 mesas no tendrá más de 8 o 10, a una distancia de
un metro o un metro y medio", resume José Manuel Navarro, presidente de
la asociación de hostelería de Gandía.
Para limitar el descalabro
de la facturación, el ayuntamiento autorizará la ampliación de las
terrazas en las aceras, lo que permitirá aumentar el número de mesas.
Los menús digitalizados disponibles en el teléfono móvil permitirán igualmente evitar también que pasen de mano en mano.
Y en un país muy
aficionado a compartir comida en la mesa, como la paella o las tapas,
"veremos más porciones individuales. Es un trabajo que ellos deben
hacer, porque hay una nueva realidad y tenemos que adaptarnos", añade el
concejal Mascarell.
La higiene se reforzará en los hoteles, en particular en
Madrid, el mayor foco de infección del país, que trabaja ya en un sello
de calidad "Hotel sin Covid".
En los hoteles de la cadena
RoomMate, el cliente será acogido por unas alfombras impregnadas de
lejía, para desinfectar suelas y ruedas de maletas, antes de someterse a
un examen de temperatura y recibir mascarilla, gel y guantes.
El VP Hotel Plaza de España, en pleno centro de la capital, impondrá exámenes rápidos de Covid-19 en la entrada.
Si el cliente da
positivo, irá a una habitación cerrada y el establecimiento avisará a
las autoridades sanitarias, explica el director del grupo, Javier Pérez.
Los
clientes sanos podrán acceder al bar-restaurante en la terraza
panorámica, con un sobrecoste de 50 euros en la factura por el test,
realizado por clínicas privadas. El objetivo es tener tranquilos a los
numerosos huéspedes de entre 60 y 70 años.
"Ya tenemos peticiones de 600 personas para comer y cenar
aquí. Ya sabemos que vamos a llenar la primera semana" de apertura,
aunque "no sabemos si viene la gente porque quiere hacerse el test o
para cenar", destaca Javier Pérez, que dice haber invertido 120.000
euros en máquinas de rayos ultravioletas, pues se supone que garantizan
una desinfección total.
La gran cuestión pendiente es la
reapertura de las fronteras a los turistas internacionales. De momento
no se ha fijado nada a nivel europeo, indicó un alto cargo del
gobierno español.
No hay comentarios:
Publicar un comentario