Existe el riesgo de que se junten las dos olas del coranovirus que
amenazan al país: la que Pedro Sánchez calificó como ‘más dura y
dañina’, que está al llegar; y la otra que -bajo el agua y con aspecto
de tsunami- está agazapada en millones de los hogares españoles.
Y existe también el riesgo añadido de que todo ello coincida con el
deterioro de la Sanidad camino del colapso y la posibilidad de que
España tenga que pedir el rescate financiero a la UE como sugiere Ángela
Merkel, tras negarse ella a facilitar los ‘coronabonus’ en el seno de
la Unión.
Dos asuntos muy graves, crisis sanitaria y rescate financiero, que
conforman un pésimo horizonte inmediato español y que el Gobierno actual
no está en condiciones de abordar con éxito y ni cuenta con el apoyo
mayoritario del país donde este Ejecutivo carece de una sólida mayoría
parlamentaria que le dé estabilidad y buena imagen dentro y fuera de
España y le que le permita actuar con la rapidez, cohesión y la firmeza
que necesita el país.
Y hora es que Pedro Sánchez o el PSOE (si Sánchez se resiste) y que
Pablo Casado o el PP (si Aznar se opone) se presten a negociar un gran
pacto de ‘unidad nacional’ para un Gobierno de coalición PSOE-PP,
integrado por políticos de gran altura experiencia y por técnicos de la
mejor cualificación.
Y si no lo hacen, porque ello sería para Sánchez el reconocimiento de
su error en los pactos de investidura con Podemos y ERC, o porque
Casado quiere ver pasar el cadáver político de su adversario, en ese
caso quizás debería ser el Rey Felipe VI quien, haciendo uso de sus
prerrogativas de ‘moderación’ de la vida pública tome la iniciativa y
hable con los dos.
Porque en esta situación un Gobierno con lo mejor del país y la
imagen de fuerza y estabilidad del Ejecutivo de España es esencial para
afrontar los momentos más duros de la crisis sanitaria, y especialmente
si nos vemos obligados a pedir el rescate financiero de España a la UE.
Porque la imagen de España en el mundo está en horas muy bajas por:
el desafío catalán, el fracaso inicial de la lucha contra el virus, la
desunión del Gobierno y su ausencia de estabilidad parlamentaria. Y
sobre todo por la presencia en el Gobierno y la incapacidad de Pablo
Iglesias y sus ministros de UP que están en contra de: la unidad de
España, el Estado de Derecho (dicen que hay ‘presos y exiliados
políticos’), y de la independencia de la Justicia y de los medios de
comunicación, e incluso en contra de Europa.
No sabemos si el Rey ha explorado con Sánchez y Casado la posibilidad
de esa gran coalición ‘temporal’ (un ERTE político) entre PSOE y PP,
pero si el monarca aún no lo ha dado ese paso este puede ser el momento
oportuno para actuar.
Empezando por el PP, porque Pablo Casado, desde su posición de líder
de la Oposición ya debía de haber hecho a Pedro Sánchez este
ofrecimiento en privado.
Y si Sánchez lo rechaza, entonces, Casado deberá repetir su oferta
ante la opinión pública nacional para que los españoles, y también los
primeros dirigentes del PSOE, tomen nota de la negativa de Sánchez a una
propuesta razonable de unidad nacional que es, en el corto y medio
plazo, la única salida posible y viable que existe para hacer frente a
esta sin duda histórica crisis y emergencia nacional.
(*) Periodista
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