SAN JAVIER.- El Ejército del Aire ha informado del hallazgo de restos del avión siniestrado al precipitarse al Mediterráneo poco antes de las cuatro de la tarde frente a la costa sur de La Manga, y ha confirmado que el piloto, el comandante Eduardo Fermín Garvalena, granadino de 38 años, y padre de tres hijas, no ha podido eyectarse del aparato y ha perecido en el accidente. Precisamente, Garvalena hablaba hace poco de los dos siniestros anteriores . "Este es nuestro trabajo, nosotros tenemos que convivir con esto".
El accidente ha tenido lugar a primera hora de la tarde de este
jueves entre los kilómetros 6 y 7 de La Manga, en el termino municipal
de San Javier. Se trata de un C-101 de la Patrulla Águila que
ha caído al mar durante un ensayo.
La aeronave ha caído al mar cuando participaba en un ensayo de la patrulla acrobática del Ejército del Aire
La aeronave ha caído al mar cuando participaba en un ensayo de la patrulla acrobática del Ejército del Aire
Los medios de búsqueda han encontrado ya restos del aparato y el
Ejército del Aire no tiene “indicios” de que el comandante Garvalena
haya podido eyectarse antes del siniestro.
Efectivos del Servicio Aéreo de Rescate (SAR) del Ejército del Aire y de
la Guardia Civil se han sumado al operativo de rescate del avión C-101
de la Academia General del Aire (AGA) siniestrado entre los kilómetros 6
y 7 de La Manga, en el termino municipal de San Javier, frente al hotel Galúa.
La Guardia Civil ha movilizado al
lugar unidades del Grupo de Actividades Subacuáticas (GEAS), una
patrullera de la Benemérita y efectivos terrestres para colaborar en el
rescate, según han informado fuentes del Instituto
Armado.
El
Centro de Coordinación de Emergencias ha movilizado a tres
embarcaciones para colaborar en las tareas de rescate si así se lo
solicita el Ejército del Aire. Se trata de los barcos Albufera, Punta de
Algas y Buena Esperanza.
Según ha confirmado en Twitter el Ejército del Aire, el accidentado pilotaba el avión Águila 5-Solo de esta unidad acrobática, y lo hacía desde hace dos años para llevarlo a sus límites de la forma más segura y espectacular.
Se da la circunstancia de que el piloto accidentado sustituyó hace dos años en esa posición a Francisco Marín, el instructor de la Academia General del Aire (AGA) que falleció en circunstancias similares el pasado mes de agosto cuando pilotaba el mismo tipo de reactor, un C-101.
Nacido en Granada hace casi 39 años, Garvalena sumaba más de 2.300 horas de vuelo durante su carrera. Desde 2007 formó parte del Escuadrón 142 del Ejército del Aire, perteneciente al Ala 14. Por entonces y hasta 2013 manejaba un Mirage F-1, y un Eurofighter Typhoon durante los tres años siguientes.
Hasta 2017, cuando pasó a la Academia General del Aire, donde pilotaba un C-101. Hace dos años, Eduardo Fermín Garvalena ocupó el puesto del comandante Francisco Marín, que falleció en agosto del año pasado.
También participó en dos misiones internacionales. En 2016, en la Policía Aérea en el Báltico que desarrolla la OTAN desde la incorporación de los países bálticos para realizar labores de vigilancia y control del espacio aéreo de Estonia, Letonia y Lituania. Garvalena también formó parte, durante 2018, de la Operación Atalanta en Yibuti.
Uno de los principales objetivos de esta misión es disuadir y evitar actos de piratería en las costas de Somalia para proteger a los barcos del Programa Mundial de Alimentos y otros buques vulnerables.
Su padre, el coronel Eduardo Garvalena, también estuvo en la Academia General del Aire. De hecho, fue el máximo responsable desde 2004 y hasta 2006.
Según ha confirmado en Twitter el Ejército del Aire, el accidentado pilotaba el avión Águila 5-Solo de esta unidad acrobática, y lo hacía desde hace dos años para llevarlo a sus límites de la forma más segura y espectacular.
Se da la circunstancia de que el piloto accidentado sustituyó hace dos años en esa posición a Francisco Marín, el instructor de la Academia General del Aire (AGA) que falleció en circunstancias similares el pasado mes de agosto cuando pilotaba el mismo tipo de reactor, un C-101.
Nacido en Granada hace casi 39 años, Garvalena sumaba más de 2.300 horas de vuelo durante su carrera. Desde 2007 formó parte del Escuadrón 142 del Ejército del Aire, perteneciente al Ala 14. Por entonces y hasta 2013 manejaba un Mirage F-1, y un Eurofighter Typhoon durante los tres años siguientes.
Hasta 2017, cuando pasó a la Academia General del Aire, donde pilotaba un C-101. Hace dos años, Eduardo Fermín Garvalena ocupó el puesto del comandante Francisco Marín, que falleció en agosto del año pasado.
También participó en dos misiones internacionales. En 2016, en la Policía Aérea en el Báltico que desarrolla la OTAN desde la incorporación de los países bálticos para realizar labores de vigilancia y control del espacio aéreo de Estonia, Letonia y Lituania. Garvalena también formó parte, durante 2018, de la Operación Atalanta en Yibuti.
Uno de los principales objetivos de esta misión es disuadir y evitar actos de piratería en las costas de Somalia para proteger a los barcos del Programa Mundial de Alimentos y otros buques vulnerables.
Su padre, el coronel Eduardo Garvalena, también estuvo en la Academia General del Aire. De hecho, fue el máximo responsable desde 2004 y hasta 2006.
El avión accidentado es el ‘solo’ de la patrulla, el encargado de
llevar el avión a sus límites de la forma más segura y espectacular. El
comandante Garvalena se incorporó a la Academia General del Aire en San
Javier con una experiencia de más de 2.000 horas de vuelo en diferentes
escuadrones del Ejército del Aire.
En el exterior, participó en la misión de Policía Aérea del Báltico
en Lituania en el año 2016 y en la Operación Atalanta en Yibuti en 2018.
Es el tercer accidente de una aeronave de la Academia General del
Aire en los últimos meses. Los dos anteriores tuvieron lugar en los
meses de agosto y septiembre en sendos accidentes en los que fallecieron
sus tripulantes.
El primer siniestro se produjo el 26 de agosto y también fue un C-101
el que cayó al mar frente a la costa de La Manga. En el accidente
falleció el comandante Francisco Marín, piloto de la Patrulla Águila e
instructor del Ejército del Aire.
El C-101 Aviojet es una aeronave dedicada a la enseñanza de pilotos y
el vuelo acrobático que cuenta con más de 40 años de servicio en el
Ejército del Aire español.
El segundo accidente tuvo lugar pocas semanas después, el 18 de
septiembre, en aguas del Mar Menor. En él perdieron la vida el
comandante Daniel Melero y la alférez alumna Rosa María Almirón. En este
caso la aeronave siniestrada fue una de enseñanza elemental de la AGA,
modelo Tamiz.
En sus cuentas de redes sociales, la Patrulla Águila publicaba ayer, poco antes del siniestro, un mensaje en el que indicaba que sus integrantes estaban ultimando todos los detalles para el comienzo de temporada. «Preparación minuciosa de aviones, pilotos y equipos. Calentando motores», apuntaba el texto.
En sus cuentas de redes sociales, la Patrulla Águila publicaba ayer, poco antes del siniestro, un mensaje en el que indicaba que sus integrantes estaban ultimando todos los detalles para el comienzo de temporada. «Preparación minuciosa de aviones, pilotos y equipos. Calentando motores», apuntaba el texto.
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