VALENCIA.- Dos movimientos
contables muy significativos, realizados en los días previos a la
Navidad de 2015, concretamente los días 10 y 11 de diciembre, señalaron
el momento en el que, según los investigadores, Eduardo Zaplana apretó el acelerador para la repatriación de parte del dinero que supuestamente escondía en cuentas suizas, según revela hoy El Mundo.
Según la documentación que obra en el sumario, el día 10 se realizan sendas transferencias desde dos cuentas del Bank Julius Baer Suiza, cuya gestión fiduciaria corresponde a Fernando Belhot, por importe de 1.800.000 euros.
El dinero pasa a otra cuenta del Banco Sabadell en España cuyo titular
es el propio Belhot, pero que en realidad, según confesó el propio
abogado uruguayo y la Guardia Civil asume, corresponderían a Eduardo
Zaplana. Él, que no figura en los documentos bancarios, lo niega.
Lo llamativo es que al día siguiente, desde una tercera cuenta del Bank von Roll AG de Suiza, se ordena otra transferencia ni más ni menos que por 2.200.000 euros
a otra cuenta del Banco Sabadell. El ordenante de la transacción es
Luis Iglesias, esposo de María Zaplana y, por tanto, yerno del ex
presidente.
En sólo días, por tanto, se repatriaron hasta cuatro millones de euros.
La parte ordenada por Luis Iglesias corresponde, según la propia
declaración del matrimonio, a pagos por el alquiler de una vivienda en
la calle Pascual y Genís de Valencia, que es el domicilio que empleaba
Zaplana cuando visitaba la ciudad y donde fue detenido por la Guardia
Civil el 22 de mayo de 2018.
La otra parte, los 1,8 millones,
iban a ser destinados a una inversión en el puerto deportivo de Altea, supuestamente por parte de Zaplana. Aquella operación nunca
se realizó y el dinero, en su mayoría -1,5 millones de euros-, volvió a su cuenta de origen suiza un año después, concretamente el 10 de noviembre de 2016.
El sumario incluye el justificante de las transferencias, pero los investigadores ponen el foco en la que realizó Luis Iglesias, yerno de Zaplana,
como ordenante y a la vez beneficiario, dado su vínculo familiar con el
ex presidente investigado y las dudas sobre el origen de los fondos que
se transfirieron.
Esos 2,2 millones de dinero de Suiza siguieron moviéndose.
El mismo día 11 de diciembre de 2015 se realizaron sendas
transferencias desde la cuenta de Luis Iglesias en el Sabadell a favor
de dos sociedades que según la Agencia Tributaria eran participa al
99,97% y administradas por el propio yerno de Zaplana: Manzana K I
(antes denominada Buperum Investments) y Manzana K II (antes Tangelo
Gestion).
Meses más tarde, entre el 18 de marzo de 2016 y el 12 de julio de 2017, la cuenta del Sabadell a nombre de Luis Iglesias recibió ingresos por un total de 7.554.114 euros procedentes de las citadas Manzana K I y Manzana K II, ambas ya extinguidas y con sede en Madrid.
Esa importantísima cantidad -de la que 2,2 millones proceden de la cuenta suiza- fue empleada, entre otras cosas, para el pago del alquiler de la vivienda en Pascual y Genís,
pero también para la compra de una finca en Mahón, amortización de
préstamos, o transferencias a diversas sociedades, como Marivent Yatchs
SL (1.223.299,67 euros), Task cueto SL (215.251,83 euros) vinculada
con el propio Luis Iglesias, Viajes Dos SL (178.753E), Baraka Miami LCC
(140.155,84 euros) o Corsaten (156.199,94 euros) también ligada a Luis
Iglesias.
El sumario recoge el 3 de abril de 2017 el adeudo de un cheque con cargo a la cuenta del Sabadell por 1.125.000 euros para la compra de un inmueble en Mahón.
En la escritura figuran como Luis Iglesias y María Zaplana como
matrimonio en régimen de gananciales, situación que varió el pacto
matrimonial con separación de bienes que suscribió la pareja en 2013.
La compra de aquel inmueble se realizó con un pago inicial de 125.000 euros
abonados mediante dos transferencias bancarias desde una cuenta de
origen en Alemania. El resto, 1.125.000 euros, se pagó con el cheque
librado con cargo a la cuenta del Sabadell.
El protagonismo de familiares directos de Eduardo Zaplana en estos hechos llevó tanto a la juez del caso Erial como al fiscal a profundizar en el origen y destino de estos fondos.
De
momento, ya veían irregular que el contrato de arrendamiento de la
vivienda de Pascual y Genís de Valencia se encontraba suscrito por su
hija María y que los pagos del alquiler fueran sufragados por su marido Luis Iglesias.
El contrato, además, fue suscrito por quien no era el propietario.
En
un auto se advierte como sorprendente que, pese a los altos ingresos de
Eduardo Zaplana y su gran patrimonio, «no es él quien abona el alquiler
sino su yerno, alquiler por otra parte muy superior al establecido en el
contrato inicial realizado por el titular real».
La juez tiene constatado que el dinero con el que Luis Iglesias pagaba el alquiler proviene de Suiza
y que su titular, presuntamente, era Luis Iglesias. Según la
instrucción, «en cuentas abiertas en dicho país se han estado ocultando
dinero proveniente presuntamente de las actividades ilícitas de Eduardo
Zaplana».
Por lo tanto, hay indicios, según el sumario, «de que dicho contrato de alquiler fue una forma de traer dinero a España de forma encubierta,
junto con la compra de la vivienda. de Mahón, con la presunta
participación de Luis Iglesias Rodríguez, colaborando también su mujer
(María Zaplana)».
No hay comentarios:
Publicar un comentario