Las protestas del campo español son legítimas. Porque solo la
protesta puede dar razones a un gobierno que tiene que pelear las
soluciones en muchos frentes. Y, curiosamente, también contra los de la
bandera, que prefieren que se hunda España si con ello hacen daño al
gobierno de cambio y así sienten que se acerca su momento de hacerse con
las riendas del país. Patriotas de puticlub les ha llamado alguien.
Las protestas son importantes no solamente para agricultores y
ganaderos, sino para todos los que vivimos en España. El problema del
campo lleva decenios arrastrándose y es el mismo que afecta a los
autónomos y a los pequeños empresarios en el conjunto del país. Durante
el bipartidismo se abandonó a los pequeños en todos los ámbitos: a los
que tenían flotas frente al taxista individual, a las grandes
superficies en vez de al pequeño comerciante, a las inmobiliarias en vez
de a los que alquilaban, a las franquicias antes que a las tiendas de
barrio.
En especial el PP, ayudó y apoyó a los terratenientes y a las
grandes explotaciones frente a las cooperativas o pequeños agricultores.
Puso un Comisario europeo que solo entendía de petróleo y que tenía
negocios con las multinacionales. Ese era el compromiso del PP con el
campo español.
El PP nunca ha defendido en la Unión Europea los intereses de los
agricultores y es bien sabido que las ayudas de la PAC se las quedaban
siempre ricachones como la Duquesa de Alba o Mario Conde. Apenas 60
ricos del PP se han quedado 250 millones de ayudas europeas al campo.
¿Qué dicen estos señoritos?
Algunos de ellos también han salido a
protestar diciendo que la culpa es del nuevo gobierno. Que la culpa es
del coletas. Uno de los que ha salido, con un tractor nuevo, impecable,
con las ruedas intactas, vamos, con un tractor que nunca ha arado, ha
sido José García Lobato, alcalde de Almendralejo del PP imputado por la
Púnica. Insultando a Iglesias. Porque sí. Qué no harían esta calaña de
tipejos en el pasado
Ahora que hay un gobierno de izquierdas el campo se levanta. Es
verdad que podían haberlo hecho durante los gobiernos del PP y nunca lo
hicieron. No importa. Lo ha dicho Pablo Iglesias: ¡Seguid aprentando,
que tenéis razón!
Porque Iglesias sabe que el problema del campo no se
solventa sin apretar a Europa que está decidida a rebajar la PAC, sin
apretar a los latifundistas, sin apretar a las distribuidoras y sin
apretar a la agricultura y ganadería intensivas.
Y el gobierno de cambio
solo podrá ayudar al campo, y así ayudar al conjunto de España, si
triunfa en la lucha contra todos esos poderosos que, además, controlan
los medios de comunicación. Es de hipócritas hablar de la España vaciada
y luego no hacer nada para que no se vacíe.
Por eso el problema del
campo es un problema de todos. Porque además, nos jugamos la soberanía
alimentaria. Y un país que depende de fuera para alimentarse es un país
amenazado.
Las manifestaciones son legítimas y la gente de Podemos, de IU, del
PSOE tiene que estar en ellas. Y también tiene que denunciar a esos
señoritingos-basura como el alcalde de Almendralejo o el líder de
ASAJA, la patronal del campo (que están en la CEOE), que ha amenazado
con convocar una manifestación delante de la casa del Vicepresidente del
Gobierno. ¿Quieren un escenario como el de Chile en 1973?
Son los
señoritos de los Santos Inocentes, esos que quieren desgastar al
gobierno y que nunca han movido un dedo ni por el campo, ni por los
campesinos ni por España. El problema del campo se solventa también
frenando a esa mala gente a la que nunca le ha interesado otra cosa que
el interés personal.
Son malos españoles, porque si algo necesita ahora
mismo el campo español, es un gobierno fuerte y respaldado por todos los
agricultores para que pueda defender sus intereses contra los poderosos
que después de convertir el campo en un desierto, se marcharían a por
la siguiente víctima.
Hagamos memoria. El PP y el resto de la derecha intentaron con todos
los medios a su alcance tumbar al gobierno de Zapatero. Le dieron al
menos unos meses. Contra el gobierno del PSOE y Unidas Podemos van desde
antes incluso de que se formara.
(*) Profesor universitario en la UCM
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