MURCIA.- El presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura
(CHS), Mario Urrea, ha afirmado que, en este momento, las aguas del
trasvase Tajo-Segura resultan "imprescindibles" para los regantes de
cara a la sostenibilidad del sistema.
Considera,
en este sentido, que su ausencia "imposibilitaría complementar con
recursos hídricos procedentes de otras fuentes, como la desalación,
dadas las elevadas tarifas de estas últimas".
Urrea ha confesado que la escasez
de recursos en la cuenca del Segura y el trasvase se mantiene, lo que
les ha llevado a que continúen las restricciones al riego y sitúa el
Índice de Escasez Coyuntural en Alerta.
La cuenca del Segura termina de nuevo 2019 siendo la más seca
de España, aunque Urrea apunta que la situación con respecto al año
anterior es mejor.
Y es que, la cuenca almacena actualmente más
de 320 hectómetros cúbicos de agua, un porcentaje del 28% de su
capacidad total, cuando el año anterior apenas llegaba al 23%.
A la falta de agua se une el temporal de
lluvias que dejó inundaciones, principalmente en la Vega Baja y Los
Alcázares. La respuesta de la CHS, según Urrea, fue "rápida" con la
puesta en marcha de una batería de obras de emergencia para reparar los
daños producidos.
Pero también se
plantearon medidas a medio y largo plazo, para lo que se encargó a la
UPCT y a la Politécnica de Valencia un estudio que permita saber "qué
mejoras se pueden aplicar a los actuales planes de defensa contra
avenidas".
Además, ha celebrado el compromiso de la Dirección General
del Agua de "licitar los trabajos de conservación y mantenimiento de los
cauces por dos años con una inversión de 8 millones de euros".
En
esta línea, Urrea resalta la necesidad de "definir las confederaciones
del siglo XXI", ya que la gestión y los efectos de la DANA "también han
supuesto un reto para todos los que formamos parte de la CHS, lo que ha
puesto de manifiesto la necesidad de redefinir las Confederaciones
Hidrográficas adaptándolas a los nuevos tiempos".
Contaminación del Mar Menor: competencia de la Comunidad Autónoma
Otra
de las noticias negativas que dejó 2019 fue el episodio de anoxia del
Mar Menor el pasado mes de octubre que, según Urrea, "puso de manifiesto
la falta de medidas que eviten el aporte de nitratos en primer lugar al
acuífero, y posteriormente a la laguna".
Considera
que fue un punto de inflexión en la actitud de las administraciones y
usuarios, ya que "lo hasta ahora actuado se ha mostrado claramente
insuficiente", por lo que ha vuelto a reafirmar el compromiso "total" de
la CHS para tratar de revertir la situación en el medio plazo.
Aunque
su estado ecológico supera las competencias de la CHS, Urrea explica
que su función como gestores del Dominio Público Hidráulico es "frenar
la llegada de vertidos contaminantes por las ramblas y a los acuíferos y
estudiar cómo el acuífero interactúa con la laguna, trabajos incluidos
en el Plan Vertido Cero acordado que estamos realizando ya".
Pero,
asegura, "evitar la contaminación en origen es competencia directa de
la Comunidad", aunque se compromete a potenciar todas la labores de
control y protección, además de la inspección de las superficies de
riego que, de manera coordinada con las CCAA, "debemos gestionar para
expulsar del sistema a todas aquellas superficies no inscritas en el
registro de Aguas, ni con posibilidades de regularización a corto
plazo".
"Vamos a colaborar al máximo en
la medida de nuestras posibilidades y exclusivamente en el ámbito de
nuestra competencia, pero las buenas prácticas agrarias y los planes de
actuación agrícolas son competencia exclusiva de la Comunidad", insiste.
La
solución, a su juicio, pasa por "la voluntad política de atajar el
problema sin condicionantes de ningún tipo, ya que desde el año 2001 en
que se declaró la zona del Mar Menor zona vulnerable por la Comunidad,
ella debió de implantar medidas correctoras para revertir la situación,
medidas que se han mostrado claramente insuficientes".
"Una
vez que esa voluntad quede patente, el arbitrar las medidas, que
implican un gasto presupuestario importante no debería ser un problema,
ya tenemos una hoja de ruta establecida en el proyecto vertido 0, que lo
que hay que hacer esa cometer cumpliendo escrupulosamente los trámites
administrativos, fundamentalmente los medioambientales. Por todo ello
hay que trasladarle a la sociedad que la solución definitiva se
alcanzara en el medio plazo", asegura.
Deseos y desafíos para 2020
Para
este año que ahora comienza Urrea le pide que "se mantenga el ritmo de
lluvias con el que ha comenzado el año hidrológico 2019-2020, mejor si
se producen en la cabecera de la cuenca, como ha sucedido en diciembre,
que permita recuperar de forma progresiva las reservas de los embalses".
Además,
subraya que la recuperación de la cabecera del río Tajo "también sería
muy beneficiosa para los usuarios del trasvase", y espera que "se
incremente la coordinación entre administraciones y que cada una seamos
capaces de implementar las medidas que nuestros ámbitos competenciales
respectivos nos asignan, para empezar a corregir las tendencias de
contaminación en el acuífero campo de Cartagena y consecuentemente en el
Mar Menor, además de iniciar las actuaciones del proyecto Vertido 0".
Entre
los principales desafíos para este año, advierte de la necesidad de
"incrementar los recursos técnicos y humanos y mejorar la seguridad de
la cuenca ante inundaciones".
"Este año
es también crucial para la preparación del nuevo Plan Hidrológico de
cuenca 2021-2027, que debe recoger el balance del estado de la
demarcación y las soluciones que planteamos", ha dicho Urrea, que ha
apostado por "mejorar la participación para que se convierta en un
documento que plasme la visión de cuantos más colectivos, sectores y
usuarios posibles".
Así como plantear
de nuevo aquellos problemas que siguen pendientes, como el déficit
estructural, fundamentalmente en el sur de Albacete y Altiplano de la
Región de Murcia, ambos con una sobreexplotación de acuíferos
"insostenible" a tenor de la Directiva Marco del Agua, que presenta como
fecha límite el 2027.
Tampoco se puede
obviar, dice, "la trascendencia que para la cuenca del Segura tiene
este proceso de planificación hidrológica en la cuenca del Tajo, donde
se deben fijar los nuevos caudales ecológicos".
El trasvase Tajo-Segura
Preguntado
sobre si temen que Castilla-La Mancha finalmente consiga extinguir el
trasvase, explica que el organismo de cuenca "no puede intervenir en la
planificación de la cuenca cedente del trasvase, el Tajo, ni tiene
competencias para tomar decisiones que corresponden al Gobierno de
España".
Pero resalta la necesidad de
"plantear soluciones a la reducción en los envíos del acueducto
producidos por la escasez de agua en el sistema de Entrepeñas y Buendía,
consecuencia del cambio climático".
Y
es que, reconoce Urrea, desde su apertura el trasvase "sólo proporciona
la mitad de recursos posibles a regadío y el cambio climático está
reduciendo aún más la cantidad en los últimos años".
Por
ello, avisa que "debemos prepararnos mediante la optimización del agua
disponible y la creación de un mix de recursos (aguas superficiales,
subterráneas, desaladas, trasvase y depuradas) que permitan compensar
los déficits puntuales".
Además, dada
la normativa que gestiona el ATS, puntualiza que es el Gobierno de
España "quien debe aprobar el Plan Hidrológico del Tajo, de tal manera
que se cuantifiquen las afecciones socioeconómicas de las decisiones a
adoptar, tal y como reflejó la Sentencia del Tribunal Supremo en la
sentencia en que se pronunciaba sobre los caudales ecológicos del río
Tajo".
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