MADRID.- El equipo de Gobierno de Barcelona, liderado por Ada Colau, quiere limitar la afluencia de cruceros a la ciudad para reducir la contaminación. Propone el cierre de varias terminales
para embarcaciones de estas características y permitir sólo aquellos
que tengan a la Ciudad Condal como punto de partida o de llegada, no
como una escala más de la travesía.
Estas y otras medidas, dirigidas a reducir las emisiones de efecto
invernadero y la contaminación del aire, se llevarán a la Mesa de
Emergencia Climática, en la que también habrá representantes de la
Generalitat de Cataluña y el Estado.
La idea de Colau es que el de Barcelona se convierta en un puerto
base. Esto se traduce en que sea un punto de origen y destino, pero no
de paso. De esta manera, se pretende reducir lo máximo posible aquellos
cruceros que se detienen en la Ciudad Condal para que los turistas
desembarquen sólo durante unas horas.
Además, se pretende eliminar un número aún indefinido de terminales,
para que la acogida y las posibilidades del puerto sean menores y, por
lo tanto, puedan acudir menos barcos.
El Consistorio no tiene competencias sobre el puerto, por lo que
tendría que ser Puertos del Estado, dependiente del Ministerio de
Fomento que dirige José Luis Ábalos, el que tomase la decisión.
Por otro lado, el Ayuntamiento propone que se penalice a los barcos
más contaminantes, el impulso de la finalización del corredor
mediterráneo para que las mercancías lleguen en tren hasta el puerto, y
no por carretera, y el uso de energía eléctrica en los muelles.
El puerto de Barcelona registró el año pasado la entrada de 3 millones
de pasajeros procedentes cruceros turísticos, una cifra que creció un
12% respecto al año anterior. La limitación de Colau también haría
descender esta cifra que supone un importante tránsito de turistas que
se traducen en un gran beneficio económico para el comercio barcelonés.
No hay comentarios:
Publicar un comentario