CÁDIZ.- El contrato de las corbetas para Arabia Saudí no sólo contempla la construcción de los cinco buques en San Fernando, sino la transferencia de tecnología al reino del Golfo Pérsico para el desarrollo de una industria militar propia. Ése es uno de los objetivos por los que se ha fundado SAMI-Navantia, la empresa conjunta hispano-saudí formada por Navantia y SAMI (Saudi Arabian Military Industries, de capital público),
que se encarga de pilotar el programa. Y esta meta no sólo se logra con
la inversión en recursos materiales, sino también con la formación de personal altamente especializado, publica Diario de Cádiz.
En este sentido, uno de los primeros frutos es el lanzamiento de un programa de formación sobre el terreno para jóvenes ingenieros saudíes, el cual fue presentado la pasada semana en Riad dentro del Primer Foro Marítimo Internacional Saudí,
en el que SAMI y Navantia han participado como patrocinadores
principales junto a otras firmas de la industria de la defensa.
Ya se ha contratado a un primer equipo de ingenieros integrado por nueve hombres y dos mujeres que son jóvenes licenciados en universidades de Estados Unidos, Japón, Reino Unido, Corea del Sur y Arabia Saudí.
Ya se ha contratado a un primer equipo de ingenieros integrado por nueve hombres y dos mujeres que son jóvenes licenciados en universidades de Estados Unidos, Japón, Reino Unido, Corea del Sur y Arabia Saudí.
Los participantes en el plan de formación, que trabajarán en el desarrollo de los sistemas de combate, “se beneficiarán del entrenamiento profesional y de la experiencia práctica formando parte del equipo que trabaja en el proyecto Avante 2200”, denominación oficial del programa de las corbetas.
“Esta iniciativa es uno de los programas de formación en
empresas que buscan construir una base sólida de hombres y mujeres
saudíes capaces de contribuir al sector militar con los más altos estándares técnicos y científicos
y desarrollar una sólida base para la industria de la defensa”, señaló
el vicepresidente de Recursos Humanos de SAMI, Muhammad Bushnaq, en
declaraciones a la prensa saudí.
Contrato de construcción
El acuerdo entre Navantia y Arabia Saudí contempla dos
partes. Por un lado, la construcción de las corbetas, y por el otro, la
transferencia de tecnología militar, que reportará unos 900 millones de euros a los astilleros españoles, aproximadamente la mitad de los 1.800 millones de euros en los que se valora el contrato, el mayor de la historia de Navantia.
En esta
línea, el pasado mes de febrero se constituyó la sociedad mixta entre
Navantia y la empresa pública Saudí SAMI, encargada de dirigir el
programa tanto de construcción como de transferencia tecnológica. SAMI
es titular del 51% del capital mientras que Navantia posee el 49%
restante y la titularidad de la gestión.
El siguiente paso fue la firma el pasado mes de septiembre de un acuerdo entre ambos socios para formalizar el trasvase del know-how.
El memorando de entendimiento fue rubricado en Londres en presencia del
presidente de SAMI, el príncipe Ahmed-Al Khateeb; el consejero delegado
de SAMI-Navantia, Antonio Rodríguez-Barberán, y la presidenta de
Navantia, Susana de Sarriá.
“Nuestro contrato con SAMI-Navantia subraya el compromiso
de Navantia con Arabia Saudí en aras de desarrollar sus capacidades
industriales en el sector de la defensa. Esto aportará una base firme para una cooperación a largo plazo entre SAMI y Navantia mutuamente beneficiosa”, declaró entonces Susana de Sarriá.
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