MADRID.- La escalada de los precios de los alquileres es tendencia en casi todos
los países de la OCDE desde mediados de los años 2000, y en España se ha traducido en una de las tasas más altas de sobreendeudamiento de personas con pocos recursos y en una de las más bajas de emancipación de los jóvenes.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha publicado esta semana datos actualizados para sus miembros sobre un problema generalizado, el de la vivienda abordable, que se ha agravado con el incremento de los precios y ha afectado a la venta, pero sobre todo a los alquileres.
Entre 2005 y 2018, comprar una casa o un piso se encareció un 13 % de media en el "club de los países desarrollados", mientras que cayó un 13 % en España por efecto de la crisis, después de haberse disparado durante la burbuja. Sólo en Grecia (-37 %) y en Italia (-24 %) los descensos fueron superiores.
En paralelo, los alquileres subieron en ese mismo periodo un 40 % en el conjunto de la organización y un 20 % en España.
Marissa Plouin, una de las responsables de esta recopilación de estadísticas, recuerda a Efe que España es un país en el que dominan los propietarios, las tres cuartas partes del total. Un 50,9 % vive en una casa en propiedad libre de hipotecas, mientras otro 25 % tiene que pagar préstamo.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha publicado esta semana datos actualizados para sus miembros sobre un problema generalizado, el de la vivienda abordable, que se ha agravado con el incremento de los precios y ha afectado a la venta, pero sobre todo a los alquileres.
Entre 2005 y 2018, comprar una casa o un piso se encareció un 13 % de media en el "club de los países desarrollados", mientras que cayó un 13 % en España por efecto de la crisis, después de haberse disparado durante la burbuja. Sólo en Grecia (-37 %) y en Italia (-24 %) los descensos fueron superiores.
En paralelo, los alquileres subieron en ese mismo periodo un 40 % en el conjunto de la organización y un 20 % en España.
Marissa Plouin, una de las responsables de esta recopilación de estadísticas, recuerda a Efe que España es un país en el que dominan los propietarios, las tres cuartas partes del total. Un 50,9 % vive en una casa en propiedad libre de hipotecas, mientras otro 25 % tiene que pagar préstamo.
Los españoles dedican a la vivienda un
21,7 % de sus ingresos, una cifra muy próxima al 22,3 % de media en la
OCDE, pero con diferencias notables entre el esfuerzo que deben hacer
quienes tienen una en propiedad (un 16 % de la renta) y los inquilinos
(25 %).
Plouin destaca que la parte de la renta que absorbe la vivienda se ha incrementado en términos relativos en cinco puntos entre 2005 y 2015 en la OCDE. Otras partidas han perdido peso, como la alimentación (-2 puntos) la ropa (-1) y el ocio (-1).
Las dificultades para acceder al alquiler golpean de forma muy particular a los jóvenes españoles y son un obstáculo para su emancipación.
Esa carestía es una de las razones de que el 77 % de quienes tienen entre 15 y 29 años sigan viviendo en el domicilio de sus padres, un porcentaje igual al de Portugal, Irlanda y Eslovenia, y que sólo superan Italia (81 %), Grecia (80 %) y Eslovaquia (80 %).
Otro sector también especialmente afectado es el de la población que se sitúa en lo más bajo de la escala de recursos, que en muchos casos son jóvenes.
La OCDE considera que cuando hay que dedicar más del 40 % de los ingresos se está en situación de sobreendeudamiento. Ésa es una realidad que viven en la OCDE un tercio de los inquilinos en el mercado privado que forman parte del grupo del 20 % con las rentas más bajas.
En España, el porcentaje es netamente superior, del 46 %. Únicamente se sitúan por encima Nueva Zelanda, Israel, Chile, el Reino Unido y Estados Unidos.
Plouin destaca que la parte de la renta que absorbe la vivienda se ha incrementado en términos relativos en cinco puntos entre 2005 y 2015 en la OCDE. Otras partidas han perdido peso, como la alimentación (-2 puntos) la ropa (-1) y el ocio (-1).
Las dificultades para acceder al alquiler golpean de forma muy particular a los jóvenes españoles y son un obstáculo para su emancipación.
Esa carestía es una de las razones de que el 77 % de quienes tienen entre 15 y 29 años sigan viviendo en el domicilio de sus padres, un porcentaje igual al de Portugal, Irlanda y Eslovenia, y que sólo superan Italia (81 %), Grecia (80 %) y Eslovaquia (80 %).
Otro sector también especialmente afectado es el de la población que se sitúa en lo más bajo de la escala de recursos, que en muchos casos son jóvenes.
La OCDE considera que cuando hay que dedicar más del 40 % de los ingresos se está en situación de sobreendeudamiento. Ésa es una realidad que viven en la OCDE un tercio de los inquilinos en el mercado privado que forman parte del grupo del 20 % con las rentas más bajas.
En España, el porcentaje es netamente superior, del 46 %. Únicamente se sitúan por encima Nueva Zelanda, Israel, Chile, el Reino Unido y Estados Unidos.
Vivienda social
La
experta de la OCDE indica que por lo general, los poderes públicos han
favorecido más el acceso a la propiedad que a los alquileres, pero
también que en los últimos 15 años están bajando las subvenciones
públicas para la construcción.
Las viviendas sociales representan hasta el 37,7 % del parque en alquiler en Holanda, el 21,2 % en Dinamarca, el 20 % en Austria, el 16,9 % en el Reino Unido y el 14 % en Francia, frente a únicamente el 4 % en España.
En paralelo, los subsidios para pagar la vivienda suponen hasta el 1,06 % del producto interior bruto (PIB) en el Reino Unido, un 0,89 % en Finlandia, un 0,73 % en Alemania o un 0,72 % en Francia (no hay datos sobre España), frente a una media del 0,28 %.
Las viviendas sociales representan hasta el 37,7 % del parque en alquiler en Holanda, el 21,2 % en Dinamarca, el 20 % en Austria, el 16,9 % en el Reino Unido y el 14 % en Francia, frente a únicamente el 4 % en España.
En paralelo, los subsidios para pagar la vivienda suponen hasta el 1,06 % del producto interior bruto (PIB) en el Reino Unido, un 0,89 % en Finlandia, un 0,73 % en Alemania o un 0,72 % en Francia (no hay datos sobre España), frente a una media del 0,28 %.
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